Allá por el año 1994, el vendedor de antigüedades Scott Wilson, paseaba por Roslindale, Massachusetts, cuando vio emerger, entre dos contenedores de basura, un marco que rodeaba a algo parecido a una pintura. En principio, lo que más llamó la atención de nuestro hombre fueron esos cuatro listones de madera pero, al dirigir la vista hacia el lienzo que trataban de realzar, descubrió a «Lucy en el campo con flores«. Esta pintura, horrible, fue la obra fundacional del museo de los horrores artístico que es el Museo de Arte Malo («MOBA» por sus siglas en inglés), un museo de carácter privado cuyo objetivo es «celebrar la labor de los artistas cuyo trabajo no sería mostrado y apreciado en ningún foro más que en éste«. Hoy, su colección permanente de arte malo incluye 600 piezas de «arte demasiado malo para ser ignorado»Lo que empezó como una broma entre amigos que, entre cerveza y cerveza, intercambiaban piezas de arte a cual más horrenda, se ha convertido en toda una atracción internacional (bueno, quizás sólo local) que tiene su epicentro en el sótano de un teatro en Boston. Según el Boston Globe, la colección de arte malo se encuentra bien situada «justo frente al baño de hombres», donde sonidos y olores llegan a la colección y ayudan a conservar las obras «manteniendo la humedad uniforme».
ARTE MALO Y LA MADRE DE NORMAN BATES
Entrar allí produce un escalofrío similar al que sintieron los personajes de Psicosis al irrumpir en el sótano en el que (ojo spoiler) Norman Bates escondía el cadáver de su madre. Miedo del bueno.
Tal como podemos leer en la Wikipedia, el MOBA ha sido mencionado en decenas de veces en rutas turísticas fuera de lo común para conocer Boston, apareciendo en periódicos y revistas internacionales, además de haber inspirado a varias otras colecciones de todo el mundo dispuestas a rivalizar con su propia muestra de atrocidades visuales.
También ha recibido la atención de los medios de información españoles y, así, El Español o El Pais (gracias por darnos a conocer este museo y lanzarnos en brazos del psiquiatra) han hecho hueco entre las noticias de actualidad, con frecuencia tan feas, a la fealdad sin paliativos de las obras expuestas en el que ha recibido el sobrenombre del «museo más cutre del mundo«.
derecho a fallar
Sin embargo, hay en sus fundadores una intención digna de elogio: «celebrar el derecho de un artista a fallar, gloriosamente«. Como ellos dicen, su colección es un homenaje a la sinceridad de los artistas que perseveraron con su arte a pesar de que algo salió terriblemente mal en el proceso.
Aunque no lo parezca, los estándares de admisión de nuevas obras del museo que pretende acoger «al arte demasiado malo como para ser ignorado», son muy estrictos. Según Marie Jackson, una de sus fundadores, «nueve de cada diez piezas no pueden entrar porque no son lo suficientemente malas». Las obrars deben tener una intención seria en su ejecución y no resultar aburridas.
Lucy en el campo con flores
«Lucy en el campo con flores», la obra que encabeza este texto, fue definida por Montreal Gazette como el retrato de «una anciana bailando en un campo exuberante de primavera, con el pecho moviéndose caprichosamente, sosteniendo de forma inexplicable una silla roja en una mano y un remillete de margaritas en la otra». Su autor, Cash Peters, utilizando lenguaje florido, describió su obra como «la vieja con un sillón pegado a su culo«.
Otra de las grandes obras maestras de este Museo, «Domingo sobre el cazo con George» retrata, con un estilo puntillista deudor de Seurat, a un hombre corpulento en calzoncillos sentado sobre un..¿orinal? La obra es objeto de debate y algunos especialistas consideran que los gayumbos puede ser, en realidad, un pañal.
galeria de los horrores
En fin, disfrutad de algunas de estas horripilantes muestras y, si esta noche os resulta imposible conciliar el sueño, desde nobbot os recomendamos una tila. En todo caso, si habéis superado el trauma del Ecce Homo de Borja, no hay duda de vuestro temple a la hora de soportar la contemplación de estas pesadillas enmarcadas y pintadas sobre lienzo.