Netflix llegó para quedarse y su exitoso modelo televisivo ha transformado de forma radical el consumo de contenidos audiovisuales a la carta. Para comprender algo más la trascendencia del modelo de negocio televisivo de Netflix, la profesora de Estudios de Comunicación de la UOC, Elena Neira, ha publicado su trabajo »El impacto del modelo Netflix en el consumo cultural de pantallas: Big Data, suscripción y long tail». En él, Neira hace un repaso a la trayectoria de Netflix desde su lanzamiento al mundo digital en 2007 hasta nuestros días.
La sentencia «nadie querrá pagar por algo que se puede tener gratis», con la que se recibió la propuesta de Netflix para consumir contenidos sin descarga al dispositivo de reproducción, mediante una suscripción mensual, se ha demostrado equivocada con el paso del tiempo. Hoy, Netflix cuenta con 125 millones de abonados y un beneficio neto de 290 millones de dólares, con unos ingresos de 3.700 millones de dólares. La plataforma está ahora presente en 190 países y produce su propio contenido, con éxitos incontestables como “Stranger Things”, “Narcos”, “Altered Carbon” o “Por trece razones”.
Reed Hastings, su consejero delegado, explicó durante la presentación de sus últimos resultados que Netflix va a destinar 1.300 millones de dólares a inversiones en tecnología. Y es que la tecnología y su apuesta por un modelo de suscripción, frente al modelo publicitario de plataformas como Facebook, Google o Twitter, explica gran parte del éxito de Netflix en estos años.
Tecnología para conocer al usuario de netflix
¿Pero para que utiliza esta tecnología? Pues, entre otras cosas para apuntalar una experiencia de uso basada en la filosofía user centric, en la que el servicio ofrece un valor adicional al mero consumo de contenidos, de manera que su utilización genere un elevado índice de satisfacción general.
Para ello, es clave el potencial de los datos que genera el consumo de contenidos mediante dispositivos conectados a Internet. “El conocimiento de sus suscriptores le permite la consecución de su principal objeto de negocio (aumentar las altas y reducir las bajas a su servicio), gracias a la mejora de las experiencias de usuario y a la constante búsqueda de la eficiencia en el tipo de contenido que ofrecen”, explica Elena Neira. ¿El objetivo? Destacar al usuario una selección de títulos que resulte relevante para él para no abrumarle con el exceso de oferta.
Para realizar esta recomendación automatizada, depurada por dinámicas de machine learning, la plataforma cruza el contenido disponible y toda la información que tiene de los usuarios para realizar una serie de predicciones sobre sus intereses.
La pregunta a responder en este punto es qué datos maneja Netflix de sus usuarios. La profesora Neira ha hecho un trabajo de revisión de la información difundida por trabajadores de la compañía en presentaciones públicas, entrevistas, artículos y posts en su Tech Blog para llegar a saber el tipo de información que utiliza la plataforma.
alimentar a los algoritmos para producir series de psicópatas
Frente a la información manejada por otra plataformas como Facebook, lo de Netflix parece casi un juego de niños. Así, Elena Neira enumera datos como »el tipo de contenido reproducido y descartado; las características de la reproducción (si se ha realizado a ritmo normal, si se ha avanzado, retrocedido, pausado o abandonado); la intensidad de la reproducción (frecuencia y número de horas de streaming por sesión); la valoración que el usuario le otorga al contenido (pulgar arriba o abajo); el tipo de dispositivo desde el que se accede; los caminos que sigue el usuario y las búsquedas realizadas dentro de la aplicación; el día y la hora; la ubicación del contenido que se decidió reproducir o se descartó, y cuestiones tecnológicas, como el tipo de conexión, el funcionamiento óptimo del buffer, etcétera».
Estamos hablando, pues, de datos que permiten »alimentar» a los algoritmos para que el encuentro entre la oferta de contenidos y sus usuarios produzca un consumo satisfactorio.
Así, tal como señala Neira, »Netflix, en concreto, puede llegar a mostrar cuarenta filas de contenido personalizado. La mayoría de esas filas se corresponde con un algoritmo, y suele incluir categorías emocionales descritas en el apartado anterior, específicas para cada usuario. Su influencia en el tiempo de visionado total es abrumadora: dos de cada tres horas de contenido reproducido en Netflix se «descubren» en este nivel».
Por desgracia para algunos, el uso de algoritmos y datos también condiciona la producción de contenidos y, por ello, el éxito de producciones sobre asesinos en serie hace que la parrilla de programación se llene de psicópatas a cual más sangriento, perseguidos por investigadores que, más o menos, aplican las mismas técnicas detectivescas para resolver los crímenes. En todo caso, no es esta una práctica tan ajena al sector. Los éxitos siempre han sido «inspiración» para crear fenómenos similares. Así que pongámonos los impermeables para no mancharnos de sangre la ropa.