La contribución de la epidemióloga colombiana Nubia Muñoz ha sido decisiva para desarrollar la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) para prevenir el cáncer de cuello de útero o cérvix. Por su trabajo en este campo, recibió una nominación al premio Nobel de Medicina en 2008.
Gracias su investigación, actualmente puede prevenirse el 70% de este tipo de cáncer, una enfermedad que afecta en un 80% a mujeres en países en vías de desarrollo. Es, además, la primera vacuna del mundo que consigue prevenir cualquier tipo de cáncer. La carrera de la doctora Muñoz ha sido excepcional y se ha desarrollado en los centros de investigación epidemiológicos más importantes del mundo.
Primeros pasos en la Medicina
Muñoz empezó a romper moldes a una edad bien temprana. Nacida en Cali, Colombia, fue la primera de su familia en ir a la universidad, en su caso para estudiar medicina. Eligió esta carrera tras fallecer su padre de difteria, una muerte evitable de haber podido recibir un tratamiento con penicilina, pero su disponibilidad en la Colombia de los años cuarenta era escasa. Este episodio despertó su interés por las enfermedades infecciosas.
En la Facultad de Medicina de la Universidad del Valle fue una estudiante excepcional, consiguiendo la nota más alta de su promoción al final de cada curso. Una vez se graduó, comenzó a colaborar con su mentor, Pelayo Correa, director del departamento de Patología en la facultad de dicha universidad. Correa fue la persona que le sugirió dedicarse a la epidemiología del cáncer si lo que quería, según ella misma afirmaba, “lograr el mayor beneficio para la sociedad”.
Con este objetivo en mente, obtuvo beca de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer para estudiar una máster en Salud Pública en la Universidad de Johns Hopkins (Baltimore, Estados Unidos). Al terminar, se mudó a la ciudad francesa de Lyon en 1969 donde la agencia tenía una sede y empezó a investigar sobre el cáncer.
Su descubrimiento
Nubia Muñoz pasó treinta años en la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer averiguando las causas del cáncer de cuello uterino. Existían sospechas de que su origen fuera la transmisión sexual, ya que el virus se incrusta en células de tejidos, particularmente en el de los genitales.
Desde 1986 lideró la Unidad de Estudios de Campo e Intervención, un grupo de investigación que buscaba validar la hipótesis que vinculaba el VPH con el cáncer de cuello uterino. Esta unidad incluía científicos de 35 países que iniciaron una serie de estudios para recoger información de cientos de mujeres con y sin cáncer.
Con su trabajo, la doctora Muñoz y sus colegas demostraron que el VPH es el principal responsable del cáncer de cuello uterino, concretamente las variantes 16 y 18, de los cerca de cien tipos que existen. Su precisión en determinar estas variantes fue fundamental para desarrollar estrategias de prevención.
Por un lado, se implementó el test del VPH y la vacuna contra este virus, disponible desde 2006. Muñoz también tuvo un papel destacado en el impulso de esta vacuna. Ya en 1993 organizó la primera reunión internacional sobre vacunas contra el VPH y desde entonces realiza un trabajo infatigable de divulgación científica y promoción ante entidades nacionales e internacionales.
Su labor le valió una nominación al Premio Nobel en 2008 que fue finalmente otorgado al médico alemán Harald Zur Hausen, que fue quien desarrolló la vacuna contra el VPH.
Polémica con los antivacunas
En su país natal, Muñoz sufrió el ataque de los llamados ‘antivacunas’. Cuando se implantó el programa para la prevención del cáncer de cérvix en Colombia, que se inició en 2012, casi cien niñas que habían sido vacunadas sufrieron desmayos. Los antivacunas dedujeron que causaba efectos secundarios nocivos para la salud de las mujeres y su presión logró que la vacuna dejara de ser obligatoria. Fue el fin de campaña que había conseguido la vacunación de más del 90% de las niñas. Muñoz expresó su frustración y declaró que le dio “mucha rabia al ver cómo la ignorancia y los rumores acabaron con un programa a la altura de los mejores del mundo”. A pesar de este incidente, actualmente son más de 80 los países que han implantado el programa de vacunación contra el virus para niñas de entre 9 y 14 años.
Además de su trabajo en la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, Muñoz ha sido Catedrática emérita del Instituto Nacional de Cancerología de Colombia y consultora en el Instituto Catalán de Oncología, del Ministerio de la Salud y la Protección Social de Colombia y del Instituto Nacional de Salud Pública de Cuernavaca, en México.
La carrera y los hitos conseguidos por Nubia Muñoz la han hecho merecedora de varias distinciones. Cuenta con dos Doctorados Honoris Causa, la Medalla de Honor de la IARC, es miembro de la Society of Scholars de la Universidad de Johns Hopkins y ha sido distinguida como epidemióloga por las Sociedades de Epidemiología de Norteamérica, además de haber recibido el Premio «Fronteras del Conocimiento» en la categoría de «Cooperación al Desarrollo» de la Fundación BBVA, la Cruz de Boyacá colombiana y la Legión de Honor francesa, entre otros reconocimientos.
Imágenes | Fundación BBVA, CDC/Unsplash
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