La falla de San Andrés es una especie de espada de Damocles que se cierne sobre California. Una fractura en la corteza terrestre que podría ser responsable de The Big One (el Gordo), el terremoto que, según algunos, podría ser uno de los más desastrosos de la historia. Pero ¿de qué se trata realmente y cuán peligrosa es la falla?
¿Qué es la falla de San Andrés?
La falla de San Andrés se formó hace unos 30 millones de años en California, cuando la placa pacífica y la norteamericana se encontraron. Nació así un tipo de falla transcurrente, compuesta por dos placas que se mueven en la dirección opuesta, pero horizontalmente con respecto a la superficie de la tierra. Su movimiento, y las consiguientes laceraciones de la tierra, son claramente evidentes cuando se mira una fotografía aérea de la zona.
La placa del Pacífico se mueve hacia el noroeste ocho centímetros cada año, y la placa de América del Norte lo hace hacia el sur unos 2,3 cm por año. Su lento deslizamiento ha producido un desplazamiento a lo largo de la falla de al menos 563 km desde su formación. La falla de San Andrés tiene 32 km de profundidad y unos 1.287 km de largo. Fue descubierta por el profesor de Geología Andrew Lawson en 1895, cuando aún no se imaginaban los efectos devastadores que causaría unos pocos años más tarde.
De hecho, en 1906, la falla de San Andrés fue responsable del desastroso terremoto que sacudió la ciudad de San Francisco y que la destruyó casi por completo. El seísmo tuvo una magnitud estimada de 7.9 y rompió la superficie terrestre por una longitud de 402 km. Lawson, justo después de la catástrofe, registró una gran acumulación de energía en la parte sur de California. Es decir, se preparaban nuevos terremotos.
A medida que la falla se mueve, de hecho, acumula energía que debe descargarse. Esto ha determinado todos los eventos sísmicos ocurridos en esta región. Por esto, lo que más preocupa ahora es que desde hace demasiado tiempo no se registran grandes terremotos.
This is the moment a 6.4-magnitude earthquake struck near the town of Ridgecrest in California.
It’s the worst to hit Southern California in 20 years.
More on the aftermath here: https://t.co/GpD6N8v0EI pic.twitter.com/OYBZng5uiQ
— Sky News (@SkyNews) July 5, 2019
¿Cuál es el peligro real de la falla de San Andrés?
En realidad, el 4 de julio pasado, un terremoto de magnitud 6.4 se notó desde Los Ángeles hasta Las Vegas. Se trató del seísmo más potente de los últimos 20 años en California, pero el epicentro se encontraba en un área escasamente poblada y los daños fueron limitados. Además, ese temblor no procedía directamente de la falla de San Andrés, sino de una de sus ramas hacia el este. Aun así, el fenómeno ha vuelto a despertar el miedo al Big One.
California se encuentra en el llamado cinturón de fuego, que incluye prácticamente todas las costas del océano Pacífico, y es una de las áreas más sísmicas del mundo. En los últimos 100 años, la placa de América del Norte se ha movido hacia el noroeste unos cinco metros, pero la falla de San Andrés aún no ha descargado toda la energía acumulada.
Según los sismólogos, el mayor riesgo se encuentra en el segmento sur, donde los terremotos de magnitud superior a siete en la escala de Richter no se registran desde hace casi 300 años. Y es precisamente en esta área, que incluye metrópolis como Palm Springs y San Bernardino, donde se espera la llegada del Big One.
Desde un punto de vista científico, los temores acerca de la falla de San Andrés son exagerados. Dependiendo de su ancho y longitud, de hecho, cada falla tiene un límite de potencia máxima. En el caso de San Andrés, ese límite es igual a una magnitud de 8.2. Es un valor alto, pero los hay mucho peores. Hay que tener en cuenta que la escala de Richter es logarítmica. Eso significa que un terremoto de magnitud ocho tiene una potencia de 32 veces menor que un terremoto de magnitud nueve, como el de 2011 en Japón.
Predecir terremotos
No obstante, algunos científicos anuncian de vez en cuando haber hallado la forma de prevenir un terremoto, la realidad es que no es posible. Sabemos que algunas zonas sísmicas tarde o temprano experimentarán un terremoto, pero no podemos saber cuándo ocurrirá.
En un tramo de 25 km de la falla de San Andrés se lleva a cabo una investigación sobre posibles precursores sísmicos. El llamado Parkfield Experiment. Desde 1985, a través de diferentes herramientas, se estudia lo que sucede antes, durante y después de un terremoto cerca de la falla. La falla de San Andrés es un sitio experimental perfecto, porque ocurren pequeños seísmos con mucha frecuencia y, en promedio cada 22 años, un terremoto de magnitud seis o superior. Este monitoreo ininterrumpido de varios años ha generado una amplia base de datos que proporciona numerosas informaciones útiles. Sin embargo, aún no ha sido posible encontrar un mecanismo de previsión certero.
Las previsiones más recientes calculan un 7% de probabilidad de que el Big One ocurra en el sur de California en los próximos 30 años. Sin embargo, en este mismo período, existe una probabilidad del 75% de un terremoto de magnitud siete. En un intento por comprender los efectos del Big One en el sur de San Andrés, el Servicio Geológico de EEUU ha modelado un escenario de magnitud 7.8 con un deslizamiento de 2-7 metros.
El total de fallecidos se estima en 1.800 personas. Además, el evento principal desestabilizaría la tectónica de la región de tal modo que desencadenaría una serie de réplicas potencialmente muy peligrosas. Posiblemente no se produzcan tsunamis o se abran profundos abismos en las carreteras como en las películas, pero incluso así, la falla de San Andrés se hará notar en los próximos años. Eso sí es seguro.
En Nobbot | Miguel A. Rodríguez Pascua, el ‘arqueólogo’ de los terremotos
Imágenes | Wikimedia Commons/Ikluft, Wikipedia