Ilustración del asteroide 2015 TB145 o de Halloween, que se parece a una calavera humana bajo determinadas condiciones de iluminación. / José Antonio Peñas/SINC
Se llama 2015 TB145 y se descubrió un 10 de octubre desde Hawái con el telescopio Pan-STARRS, pero el hecho de que su máxima aproximación a nuestro planeta ocurriera en la Víspera de Todos los Santos ayudó a que también fuese conocido con el nombre de asteroide de Halloween. Este oscuro objeto tiene un tamaño de entre 625 y 700 metros, su periodo de rotación ronda las tres horas y, bajo determinadas condiciones de iluminación, su aspecto recuerda al de una calavera humana. Asusta, ¿eh? En 2018 vuelve a aproximarse a nuestro planeta, esta vez el 11 de noviembre y a una distancia mucho mayor que en otras ocasiones, pues se situará a casi 40 millones de km de nosotros, unas 105 veces la distancia media Tierra-Luna (DL).
El asteroide de Halloween
Los científicos piensan que el asteroide de Halloween podría ser en realidad un cometa extinto que ha perdido sus compuestos volátiles después de numerosos pasos alrededor del Sol. En general los asteroides y los cometas se distinguen por su composición (más rocosos y metálicos los primeros y con mayor proporción de hielo y algo de roca los segundos) y por su tipo de órbita alrededor del Sol, pero a veces no es fácil distinguirlos. Los límites entre unos y otros cada vez son más difusos. En cualquier caso, ambos se formaron y son testigos de las primeras etapas de nuestro sistema solar, que nació hace alrededor de 4.600 millones de años.
una calavera para conocer más el espacio
“En realidad la aproximación de este año no se considera un paso cercano propiamente dicho, ya que para eso tendría que estar a menos de unas pocas decenas de DL (distancia media Tierra-Luna), lo que no volverá a ocurrir hasta 2085 y, aun así, no estará tan cerca como en 2015”, apunta a SINC el astrónomo Pablo Santos-Sanz del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y coautor de un estudio sobre 2015 TB145.
“De todas formas –añade–, aunque ahora las condiciones para las observaciones no sean tan favorables como las de hace tres años, se recogerán nuevos datos sobre este objeto cercano a la Tierra (NEO, por sus siglas en inglés) que pueden ayudar a conocerlo mejor. Su poco brillo y lejanía hace que esta vez solo sea visible con telescopios grandes, como los de rastreo rutinarios de la NASA o la ESA».
Fuente: Agencia SINC