La campaña “En ciencia también pasa”, impulsada por el CREAF, presenta una colección de viñetas satíricas ilustradas por Javier Royo que representan diferentes situaciones de desigualdad de género que se viven habitualmente en el mundo científico.
este debate y a dar visibilidad a las situaciones inverosímiles (pero ciertas) que se dan en el ámbito científico.
De la mano del hashtag #aquipasa cada una de estas viñetas buscan apelar a hombres y mujeres, y a centros de investigación a que se unan aCon 14 ilustraciones provocadoras, el CREAF y Javier Royo dan voz a experiencias propias y reales en las que algunas mujeres se han sentido invisibles, ahogadas por la desigualdad, el síndrome del impostor y menospreciadas bajo el efecto del mansplaining. Situaciones variopintas donde se las ha prejuzgado como científicas por su género, se las ha discriminado y se les ha cuestionado su capacidad de liderazgo por su condición física, por su embarazo o por su carga implícita de cuidados.
La campaña contra la desigualdad, liderada por el comité de equidad y diversidad del centro y el departamento de comunicación, se ha creado a partir de 47 experiencias reales que el personal del centro ha compartido de manera anónima. Ellas han sido la fuente de inspiración d el ilustrador. De esta manera, el CREAF quiere dar el primer paso para eliminar la carrera de obstáculos que tienen que superar las mujeres en el mundo de la investigación reconociendo las discriminaciones que se dan en el mismo centro.
Síndrome del impostor, prejuicios y DESIGUALDAD
“Tengo un síndrome del impostor tan bestia que muchas veces ni tan siquiera soy consciente de las desigualdades que puedo haber sufrido como mujer”, así de clara y contundente es una de las experiencias recogidas para la campaña. Este síndrome se relaciona con una baja autoestima, y conlleva que las personas que lo padecen creen que no merecen los logros que consiguen. En ciencia es una situación que se da con mucha frecuencia. En 2021, se publicó un artículo que concluía que las mujeres científicas pueden sentirse más impostoras que los hombres cuando perciben que su disciplina académica requiere talento o ser brillante para tener éxito.
“Brillante, crack y genio son los adjetivos que se utilizan para describir a mis compañeros; nosotras, en cambio, somos trabajadoras, meticulosas o responsables. Parece que la generosidad y la entrega caracterizan a las mujeres científicas por encima de sus capacidades intelectuales o creativas”. Entre las experiencias recogidas, los prejuicios externos y los que cada una se autoimpone han salido también en varios testimonios. Las experiencias de mansplaining han sido las más repetidas. En estas situaciones, el científico hombre contesta dudas que se han dirigido primero a una mujer, o explica conceptos a una científica usando un tono paternalista y condescendiente.
¿La ciencia promueve un sistema de investigación diverso?
Por último, el CREAF, como centro de investigación en ecología terrestre, cambio global, observación de la Tierra y biodiversidad, acompaña la colección con una ilustración final que reivindica la necesidad y las ventajas de tener un sistema lo más diverso posible. En todas las viñetas anteriores, #aquipasa pone en evidencia la hostilidad de un sistema científico productivista, cargado de prejuicios y que no abraza ni promueve la diversidad de perfiles científicos que existen. “Como ecólogas lo tenemos muy claro, la biodiversidad es clave para mantener una naturaleza fuerte y resiliente. A pesar de esto, no vemos que se aplique esta lógica en las personas que hacen ciencia”, comenta Teresa Rosas, responsable de talento y género del CREAF. “Igual que para mantener una gran riqueza de especies en un ecosistema, hay que crear condiciones favorables para su supervivencia, necesitamos tomar medidas urgentes en el entorno científico para que aumente su diversidad; esto pasa por crear ambientes de trabajo inclusivos donde la mitad de la población también se sienta bienvenida”, concluye.