Recuperar la memoria de cien mujeres españolas con vidas apasionantes que, debido a que la historia la han escrito hombres, han quedado alejadas de los focos, premios y titulares es el objetivo de No me cuentes cuentos, un proyecto colectivo liderado por Kloshletter y Prodigioso Volcán. Este proyecto trata de servir de inspiración a niñas y niños pero también a mayores que pueden desconocer las hazanas protagonizadas por estas mujeres que, en muchos casos, han pasado desapercibidas.
no me cuentes cuentos porque el futuro no entiende de género
En No me cuentes cuentos han participado, de forma desinteresada, decenas de periodistas que se han encargado de seleccionar a las cien mujeres españolas – «porque las aventuras personales y profesionales más interesantes ocurren también aquí al lado»- cuyas vidas pueden servir de estímulo para los más jóvenes. Se trata de «enseñar a las niñas y los niños que el futuro no es de hombres ni de mujeres sino de aquellos que se propongan conquistarlo, independientemente del sexo que les tocara al nacer».
En el proceso de selección se han tenido en cuenta diversos factores, como que fueran mujeres representativas de todas las épocas de la historia, abarcando el mayor número de profesiones y disciplinas y con historias que resultaran especialmente atractivas para el lector infantil.
científicas, guerreras y raperas
Escritoras, pintoras, guerreras, descubridoras, científicas o raperas son las protagonistas de estos cuentos que encuentran difusión a través de distintas plataformas con el objetivo de «usar todos los canales de distribución para llegar a cuantos más niños y niñas».
Además, a través de su página web, los lectores pueden hacer sus propuestas de personajes, incluso aportando ilustraciones o el mismo texto del cuento.
De momento, los cuentos publicados están protagonizados mujeres tan distintas como Ángela Ruiz Robles, la inventora de la primera «tablet»; Egeria, una aventurera del siglo IV; Lola Touza y sus hermanas, tres valientes contra los nazis; Maruja Mallo, la pintora surrealista que lanzó al aire su sombrero; o Tamara Rojo, la estrella de las piruetas.