«Kimi no kotoba niwa ikutsu no imi ga. Aru you ni kikoeru kara what’s what?«. ¿Qué, os habéis quedado a cuadros, verdad? No nos digáis que no reconocéis esta canción. Se trata de uno de los temas de K-Pop más populares: ‘Don’t Leave me’ de los ‘Bangtan Boys (BTS)’. Si todavía no sabéis por qué la música K-Pop es un fenómeno mundial que no para de crecer, necesitáis leer este artículo.
Qué es la música k-pop
El k-Pop es un movimiento cultural centrado en la música que procede de Corea del Sur. Son grupos formados por chicas o chicos, que cantan y bailan aunando estilos occidentales como el rock, el jazz, el hip-hop, el country, el reggae e incluso la música clásica. Para algunos puede parecer un batiburrillo poco claro, pero la frescura y descaro a la hora de mezclar estos géneros es uno de sus grandes éxitos.
Para entender este fenómeno, que en la actualidad genera unos 4.000 millones de euros, tenemos que remontarnos a la década de los 90. Es entonces cuando los músicos coreanos abrazan la cultura occidental y se fijan en los estilos musicales que triunfaban internacionalmente. En 1992 se crea el grupo ‘Seo Taiji and Boys’. Este marcaría un antes y un después para el nacimiento del K-Pop. New jack swing fue como se definió el estilo musical empleado que les catapultó al estrellato. Los miembros del grupo se convirtieron en ídolos juveniles que hicieron que muchos los tomaran como referencia. Vaya, que les copiaron.
A lo largo de los 90, la industria musical coreana no paró de especializarse. Se crearon empresas de entretenimiento como S.M. Entertainment. Los productores musicales son artífices de la profesionalización de un fenómeno que no deja nada a la improvisación. Los chicos y chicas son seleccionados desde niños. Y se les forma en diferentes disciplinas musicales. Como si de una cantera de futbolistas se tratara, solo algunos pasan a formar parte de estas bandas de ídolos a los que las agencias acompañan a lo largo de toda su vida musical. Guían sus pasos profesionales e incluso los hacen ensayar durante 15 horas diarias.
En España, el fenómeno llegó con el éxito de ‘Gangnam Style’ de PSY en 2012. Los más académicos afirmarán que no se trata del K-Pop más puro. Pero lo cierto es que el estilo musical que destilaba la canción y esa puesta en escena tan particular hicieron que muchos abrieran los ojos a esta nueva realidad cultural.
En realidad, el K-Pop se puede enmarcar dentro del fenómeno Hallyu, que se puede traducir como «ola coreana». Y es que el éxito de este género solo es un ejemplo más de la popularidad que ha alcanzado la cultura coreana primero en Asia y, después, en otras partes del mundo. Los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988 supusieron una ventana al mundo. Y el Mundial de fútbol disputado en 2002 consolidó la tendencia. Estamos hablando también de series de televisión, que convierten a los actores en ídolos absolutos cuyas vicisitudes son seguidas por millones de fans.
¿Es una locura? Es k-pop
Como vemos, el estilo K-Pop está bastante institucionalizado. Incluso existen una serie de características que definen perfectamente de qué hablamos cuando nos referimos a este fenómeno:
–Audiovisual. No solo se trata de las melodías musicales. La puesta en escena K-Pop incluye un alarde visual impresionante. Los vídeos musicales que acompañan son fundamentales y se caracterizan por un barroquismo de colores y objetos que incluso podemos no llegar a entender demasiado bien. Extravagantes, estridentes, exagerados… Se trata de lanzar estímulos de todo tipo que enganchen de forma irremediable al espectador. Los conciertos cuentan con sofisticados efectos visuales de esos que deslumbran.
–Bandas de ídolos. Jovencitos y jovencitas en formaciones de incluso nueve miembros. Y todos ellos, formados en rigurosas escuelas en las que aprenden el oficio. Como si de un Hogwarts musical se tratara, los futuros artistas viven juntos. Y comparten rutinas de trabajo y todo tipo de actividades. Eso no significa que los chicos vayan a ser seleccionados para formar una de las exitosas bandas de música. Es un sistema de trabajo que deja poco espacio para la naturalidad, por lo que muchos critican esta industrialización de las estrellas.
–Efímero. Una de las contrapartidas para los chicos que forman las bandas, pues su carrera musical no dura demasiado tiempo. Rápidamente, son sustituidos por ‘sangre fresca’. Las compañías musicales explotan al grupo al máximo. Y como estos jóvenes no pueden decidir sobre su futuro musical, sino que sus carreras están conducidas en cada uno de los pasos, viven a merced de las decisiones de los directivos de la industria. Las canciones no suelen durar mucho en las listas de éxito, no por desgaste, sino porque las propias compañías siguen una política de sustitución que nunca permite llegar al hartazgo.
–Hibridación de culturas. Una canción K-Pop nos puede recordar a muchos estilos musicales que se entremezclan en pos de un bien común: una canción comercial trabajada para encandilar al público. Quizá por ello se trata de un fenómeno que llega a todo tipo de países. Sea cual sea la cultura de cada individuo, siempre encuentra un reconocimiento. Así, en las letras también se emplean frases en inglés, que buscan conectar con el público más mainstream.
–Coreografía. No nos podíamos olvidar de otra de las cualidades esenciales del K-Pop. De nuevo, la estética lo es todo y ello pasa por unas coreografías de baile complejas y únicas, no aptas para todas las espaldas. De hecho, las canciones se componen para que, en un momento determinado, el baile sea el protagonista absoluto. Lo que se llama «punto de baile».
–Mi gobierno me ama. Según lo que hemos explicado, a muchos no les sorprenderá saber que el K-Pop está financiado y respaldado por el Gobierno de Corea del Sur. Los beneficios que genera para el país son tales que influyen en marcas de moda o cosmética. Desde embajadas y consulados se celebran conciertos para dar a conocer este fenómeno. Incluso hay un turismo enfocado al K-Pop con visitas guiadas a los lugares emblemáticos que celebran este fenómeno.
¿A quién sigo?
Puede que aún no tengas claro si el K-Pop es una tendencia mundial a la que seguir los pasos. Bueno, a más de uno se le quedó la sonrisa helada cuando, en 2017, una banda como ‘BTS’ se alzó con uno de los galardones más codiciados de la gala Billboard. El de Mejor artista en redes sociales. Y ojo, lo hizo ante rivales como Justin Bieber o Ariana Grande.
A continuación, un pequeño muestrario de lo que se lleva actualmente dentro de la música K-Pop. Daos prisa en escucharlo porque puede que en unas semanas ya no estén de moda.
‘BTS’ es una de las bandas que está llevando el K-Pop a sus cotas internacionales más altas. Nacieron dentro del género hip-hop.
Red Velvet’ se han hecho mundialmente conocidas después de que Kim Jong-un (sí, sí, no hay otro) se declarara fan de ellas.
‘Super Junior’ lleva más de 13 años en el estrellato. Eso sí, debido a su programa de rotación que va cambiando a sus integrantes.
‘EXO’ nació con 12 miembros, ahí es nada.
K-Pop, un fenómeno cultural institucionalizado que nos habla mucho de cómo son los nuevos tiempos industriales y de cómo los occidentales no podemos evitar rendirnos al poderío asiático.
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