Las populares series Los Simpson, Friends y Stranger Things han sido elegidas por IKEA para promocionar sus productos en Arabia Saudí y esa campaña también puede inspirar a clientes españoles.
No sabemos si esta peculiar forma de promocionar sus muebles llegará a España pero, de momento, la compañía sueca ya la ha lanzado en ese país en el que, por lo que parece, triunfan más las series que los derechos humanos.
¿Qué sería de nuestra vida sin la llave allen?
Es una seña de identidad de la empresa la recreación de ambientes hogareños para que los clientes puedan crear una imagen aproximada en su cabeza de cómo quedarían esos muebles en su casa. Escenas inspiradoras, decoradas con piezas de nombres raros que ponen a prueba los nervios y las capacidades para el bricolaje de sus compradores.vivir en stranger things esperando al Demogorgon
Hasta ahora, las recreaciones eran más o menos impersonales, pero muy reconocibles para los habituales de la firma sueca. Sin embargo, ahora IKEA dispone las distintas piezas de tal forma que sirven para replicar fielmente salones que todos tenemos en nuestra memoria televisiva, y en los que hemos disfrutado. Así, el termómetro de la empatía y el impulso de compra ascienden hacia el techo donde cuelga una funcional lámpara de papel.
¿Cómo resistirse, si es que no lo somos ya, a la tentación de convertirnos en un personaje de los Simpson? Hasta una Mahou, bebida en ese sillón, sabe a Duff. ¿Irrumpirá en nuestro salón el Demogorgon, ese aterrador monstruo de Stranger Things? ¿Asistirán esas paredes a encuentros y desencuentros amorosos como los de personajes de Friends, esos eternos “adultescentes”?
Esta posibilidad se antoja un sueño lúbrico del seriéfilo más contumaz, así que nos arrodillamos frente al televisor pidiendo al dios de internet que IKEA importe esto a España, añadiendo series locales como Los Serrano o La que se avecina.
De momento, ya podemos inspirarnos en el catálogo saudí para amueblar nuestro pisito, pequeño pero de precio versallesco en el centro de la ciudad. Eso sí, quizás haya que hacer alguna reformilla estructural, pero que una obra no eche por tierra nuestro frikismo.