Mitad de año puede ser un momento amargo cuando, al ponerte el bañador, recuerdas en detalle que en enero te propusiste el hábito de hacer dieta, estudiar inglés, dejar el azúcar o pasar menos tiempo en redes sociales. El flotador de grasa abdominal indica que no lo conseguiste, y te planteas si tuitear este pequeño fracaso con un ‘piernas o salchichas’ playero.
Al final, todas aquellas excepciones de “por un día no pasa nada” y aplazamientos de “el lunes empiezo” se convirtieron en la norma. No es así para Craig Benzine, un tipo mediocre en el buen sentido de la palabra. Hace unos años, cuando se dedicó a trabajar desde casa, fue durante un tiempo una anomalía, pero es el tipo de persona que pasa desapercibida.
No ocurre así con su canal de YouTube (‘Wheezy Waiter’), monetizado con éxito a través de Patreon, en el que cuenta qué logró tras proponerse retos vitales como dejar el alcohol o estar un mes siendo vegano o sin azúcar añadido ni redes sociales. ¿Qué se puede aprender de su (a menudo inconsistente) experiencia?
¿Es posible vivir sin internet? un hábito necesario
Internet puede ser adictivo, especialmente las redes sociales. Incluso hay informes que indican que afectan a la capacidad cognitiva, a la memoria, a la conducta, inducen a la depresión y repercuten en la calidad democrática, como refleja James Williams en ‘Clics contra la humanidad’ (2021).
De modo que conviene limitar el tiempo de exposición a lo ‘malo’ de internet para que sus desventajas no pesen más que sus numerosas ventajas. Un reto, sin duda, porque hoy todo es internet y casi todo pasa por las redes sociales. Esto causa comportamientos compulsivos como el doomscrolling: no poder parar de hacer scroll en la pantalla del móvil u ordenador.
Tras la experiencia de un mes sin un uso compulsivo de internet, Craig Benzine y su mujer, Chyna, se dieron cuenta de la enorme cantidad de tiempo ganado tras abandonar las redes sociales. Pudieron leer un libro a la semana, disponer de ratos para pensar (y aburrirse), pasar más tiempo conectados con la gente, leer la prensa, e incluso dormir mejor.
el hábito de Ducharse con agua fría, duro tormento
Las duchas frías parecen tener muchas ventajas para nuestro cuerpo, desde espabilarte por las mañanas hasta mejorar la circulación. También es positivo para la piel y aún se estudia si hay una relación con evitar la depresión. De lo que sí hay bastante información es sobre el «nivel percibido de energía»: una ducha fría es más saludable (y más barato) que un café.
Tras todo un mes dándose duchas frías de pocos segundos, Craig nos evita el mal trago de descubrir que “simplemente a mí no me hace nada”. No obstante, sí recomienda que la gente lo pruebe. ¿Quizá por fastidiar?
10 000 pasos cada día durante un mes
Caminar es una necesidad biológica evolutiva de la que no nos podemos librar. Por desgracia, las personas suelen llevar una vida sedentaria. El estadounidense medio solo camina medio kilómetro diario hasta el punto de que el esfuerzo mediático de las autoridades anima a caminar kilómetro y medio. Sin embargo, los humanos tribales tienen el hábito (por necesidad) de caminar entre cinco y quince kilómetros diarios.
Esa es la cantidad que se debería caminar para mantener la salud, pero las sociedades modernas no están ni remotamente cerca. Craig tampoco lo estaba. Por eso se marcó el reto de caminar 10 000 pasos diarios, como mínimo (con excepciones para no volverse loco), una medida elegida de forma arbitraria por la gente que diseñó el primer podómetro wearable.
Tras un mes caminando esos pasos, tanto Craig como Chyna se sintieron cómodos con la experiencia. No solo podían disfrutar de tiempo en el que no había que gastar dinero para consumir ocio, sino que eran capaces de aprovechar el rato y escuchar podcasts o conversar. A día de hoy siguen con el reto, e incluso lo han ampliado a hacer ejercicio intenso una vez al día durante un año. Spoiler: es altamente recomendable.
azúcar añadido, un hábito peligroso
El alto contenido en azúcares de la dieta que siguen los españoles es claramente perjudicial para la salud. Es decir, hay que reducir (y mucho) su ingesta. El problema es que el azúcar está presente en una gran cantidad de alimentos y productos que parecen alimentos pero no lo son porque carecen de contenido nutricional.
La alta disponibilidad de azúcar y su componente adictivo son dos grandes barreras que dificultan que la gente deje de comprar alimentos azucarados. La mayoría de los productos que se pueden adquirir en una tienda llevan cantidades absurdas de azúcar añadido. De hecho, solo unos pocos alimentos están libres de azúcares añadidos. Pista: suelen venir sin envasar.
Como comenta Craig, los primeros días sin azúcar fueron llevaderos, aunque a partir del cuarto el reto se complicó sobremanera. El síndrome de abstinencia se manifiesta en dolores de cabeza, irritabilidad, dificultad para dormir y cansancio, entre otros. Craig no es un caso aislado, son síntomas frecuentes tras abandonar esta sustancia.
Este hábito tiene ventajas indudables. Tras un mes sin tomar azúcar bajan los niveles de colesterol y la presión sanguínea, se reduce el riesgo de diabetes y aumentan los niveles de energía. Y, por supuesto, descartando los productos con azúcar añadido, se adelgaza bastante.
¿Vegano durante un mes? (Se necesita nutricionista)
El veganismo está de actualidad debido a la huella ambiental que tienen muchos productos cárnicos (no, no todos), a la influencia en el riesgo de cáncer que tienen algunas carnes (de nuevo, no todas), y al impacto en los seres vivos que genera la matanza (aunque la agricultura celular eliminará esto).
Como comenta en el vídeo el doctor Aaron Carrol, bastante conocido por su programa Healthcare Triage, “si lo haces por razones éticas, estoy completamente de acuerdo; si lo haces para proteger el medioambiente, creo que es un buen motivo; pero si lo haces por salud… no estoy tan seguro”.
¿Qué significa esto? Que como cualquier otra dieta, la supervisión de un nutricionista (con conocimientos actualizados) se vuelve indispensable. Seguir la dieta de un influencer incluso está relacionado con graves trastornos alimentarios. Así que mejor con ayuda profesional.
Tras un mes llevando una dieta sin productos animales, Craig dejó esa modalidad estricta. Según él, debido a la conveniencia que da ser omnívoro y no tener que pensar qué se está comiendo (especialmente fuera de casa), porque le gustan esos productos, y porque quiere centrarse en añadir más productos vegetales en lugar de suprimir animales. Aunque sí matiza que cambiará la ratio de proteína animal/vegetal por lo aprendido con Kurzgesagt. Concretamente, por este vídeo sobre el impacto de la dieta cárnica.
Dejar el café es posible, pero difícil
La apertura del vídeo, con Chyna (la mujer de Craig) comentando a cámara que “quiero una taza de café, me siento realmente mal, quiero una ya mismo” en el día 13 de la ‘desintoxicación’, ayuda a entender por qué es tan difícil dejar el café. Es una droga que, además de muy adictiva, está disponible en todas partes.
Si bien los médicos y biólogos no acaban de ponerse del todo de acuerdo sobre si las ventajas del café superan a sus desventajas, los ecólogos tienen claro que el cultivo del café es un enorme problema medioambiental. Cada kilogramo de café libera 17 kgCO2eq, así que reducir su ingesta es más que aconsejable.
Además de los ambientales, los beneficios de dejar el café, según Benzine, son el no estar todo el día hiperactivo y disfrutar de un modo de vida pausado. Aunque por descontado cada persona responde de forma diferente. En el video aparecen cuatro y solo coinciden en un punto: dejar el café es difícil.
Abstemia, una mejora fuera de toda duda
El alcohol es un tóxico independientemente de la cantidad tomada. Dicho de otra forma: no existe ninguna cantidad recomendada de alcohol que difiera de cero. La copa diaria que hace unas décadas se aconsejaba para comer se ha descubierto cancerígena: tumores malignos de boca, de colon, de hígado, de mama, de faringe y laringe, esófago y estómago. Así que dejar el alcohol es siempre beneficioso.
Dicho esto, el alcohol ha sido durante milenios un ‘dinamizador’ social por sus efectos en la inhibición de la conducta. Muchas festividades tradicionales giran alrededor del vino, de la cerveza, del sake, etc., y los bares son un elemento de importancia elevada (aunque decreciente) de la socialización. Dejar de beber es difícil cuando se bebe de forma habitual.
«Lo echo de menos, especialmente el sabor», sostiene Benzine después de un mes sin tomar bebidas alcohólicas. Tras un consumo medio de varias cervezas diarias durante años, abandonar por completo el alcohol durante un mes aportó a toda la familia una perspectiva moderada: el alcohol, como mucho, para ocasiones especiales. Más una anomalía estadística que un hábito.
En Nobbot | ¿Es ‘eco’ ducharse solo una vez a la semana?
Imágenes | Gage Skidmore