El uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) se ha generalizado en todo el mundo, aportando enormes beneficios, pero también algunos riesgos. Así, el mal uso de estos dispositivos y aplicaciones se relaciona con problemas de salud mental y fallos de comportamiento en actividades de la vida diaria. El estudio publicado recientemente en la revista Adicciones ofrece resultados sobre estos problemas por primera vez en la población general. En total, han sido encuestadas 1.276 personas de 80 países diferentes, todas ellas residentes en España o países hispanohablantes. Entre los principales datos que ofrece esta investigación destaca que un 57,5% de los encuestados, jóvenes menores de 18 años, presentan un uso problemático del móvil (un 7,9% de dependencia).
La aparición de las TIC se puede describir a partir de dos hitos importantes: la disponibilidad de internet en los hogares a finales del siglo XX y la aparición de los teléfonos móviles inteligentes o smartphones a mediados de la década pasada. »La incorporación de estas tecnologías y el desarrollo incesante de aplicaciones ha permitido llevar en una mano una enciclopedia, toda la música, comunicación inmediata con cualquier lugar del mundo e infinidad de juegos, entre otras muchas cosas», explica Gloria Rojo, terapeuta ocupacional e investigadora de la URJC, a la Agencia Sinc..
»Los seres humanos han ido asimilando a gran velocidad todos estos avances, sin tener tiempo para hacerlo de una forma racional. Algunas poblaciones son especialmente vulnerables, como los niños y adolescentes, o los adultos con problemas psicológicos», añade Rojo.
En este sentido, el estudio se ha centrado también en la relación entre el abuso de las TIC y los síntomas de estrés o dificultades para realizar tareas complejas, como el pensamiento abstracto, la autoconciencia y la planificación (destrezas desarrolladas en la corteza prefrontal del cerebro humano). »Los resultados muestran una estrecha relación entre problemas con el uso de todos los dispositivos o recursos explorados y síntomas de mal funcionamiento prefrontal en la vida diaria, riesgo de mala salud mental y estrés percibido», añade Gloria Rojo.
los jóvenes y el móvil
Entre los principales datos que ofrece esta investigación destaca que un 57,5% de los encuestados menores de 18 años presentan un uso problemático del móvil (un 7,9% de dependencia). A esta cifra le siguen un 45,1% en el uso problemático de internet (8,6% de dependencia), un 39% en la mensajería instantánea (10,7%), un 25,3% en redes sociales (6,1%) y un 10,9% en videojuegos (1,9%). A raíz de estos resultados, la investigadora de la URJC sugiere que es necesario “reconsiderar la relación que los seres humanos establecen con estas tecnologías y las consecuencias que un mal uso puede acarrear”.
por un uso love de la tecnología
Con el objetivo de investigar y proporcionar atención psicológica a quienes han perdido el control en el uso de Internet o los móviles, el Plan Nacional sobre Drogas ha incorporado esta problemática entre sus competencias. En esta línea y con el objetivo de concienciar a las familias sobre un uso responsable de la tecnología, Orange puso en marcha el pasado año la iniciativa #PorUnUsoLoveDeLaTecnología. Todos hemos interiorizado que son los jóvenes los que más tiempo dedican a sus dispositivos, en concreto, una media de tres horas al día conectados a Internet, según el mismo informe. Por ello, en el marco de esta iniciativa, Orange lanzó la campaña ¿Has pensado todo que te pierdes mientras miras el móvil? Porque los padres deben predicar con el ejemplo y no pueden saltarse las reglas que después intentar imponer a sus hijos.
consejos #PorUnUsoLoveDeLaTecnología
Con el objetivo de promover el uso responsable de las tecnologías en el ámbito familiar, la iniciativa un #PorUnUsoLoveDeLaTecnología ofrece una serie de consejos:
A continuación, te proponemos algunos consejos para que todos juntos hagamos un buen uso de la tecnología.
– Establecer horarios, lugares y momentos para usar la tecnología.
– Fomentar el uso de la contraseña para que nadie pueda acceder a los contenidos en caso de pérdida o robo.
– Activar una contraseña para la descarga de aplicaciones y compras online y así, evitar sustos.
– Concienciar sobre un uso responsable de la tecnología en redes sociales.
– Enseñar a no conectarse a redes WiFi gratuitas y desconocidas.
– Recurrir a herramientas de control parental.