Los operadores de telecomunicaciones sufren una alta y creciente presión fiscal en España; en Europa, soloo superada por las compañías francesas. Actualmente, hay más de 10 tasas específicas para el sector de las telecos y, durante los últimos años, han aparecido un buen número de tasas locales nuevas. Por ejemplo, en 2016, Orange España pagó casi el 4% de sus ingresos solo en tasas específicas del sector de las telecomunicaciones, antes del pago de ninguna otra tasa. Esto es una disminución significativa de recursos que podríamos reinvertir en España, por ejemplo en infraestructuras o en innovación, según afirma Laurent Paillassot, CEO de Orange.
Y es que, según leemos en el diario abc, las telecos españolas abonan en tasas locales, autonómicas y estatales exclusivas para su actividad, y sin contar el impuesto de Sociedades, el 3,4% de media de sus ingresos anuales, cuando en otros países comparables de la Unión Europea las compañías del sector pagan en torno al 1%, tres veces menos. Se calcula que pagan 850 millones de euros anuales en tasas nacionales y locales específicas, más de 2.100 millones de euros en subastas de espectro en los últimos seis años y unos 30 millones de euros por el servicio universal. Cifras a las que hay que añadir las derivadas de financiación de RTVE, CNMC, impuestos locales, etc.
Solo en Francia ese porcentaje es ligeramente superior, del 4,1%, según un estudio al respecto de PwC de 2012 pero cuyos datos, según explican a ABC las compañías, siguen siendo vigentes. De esta forma, el sector español de las telecomunicaciones, el más pequeño de entre las grandes economías europeas (Alemania, Francia, Italia y Reino Unido), hace el segundo mayor esfuerzo fiscal del Viejo Continente.
las telecos, un sector a contracorriente
A pesar de esta carga fiscal, según el informe de Arthur D Little sobre “El sector de las telecomunicaciones en la economía española”, las comunicaciones suponen menos del 3% del gasto de los hogares, por debajo de conceptos como vivienda, agua, luz y gas (36%); alimentación y bebidas (17%), hostelería y ocio (15,1%), o transporte (11,5%). Por si fuera poco, el IPC de las comunicaciones es el único que ha bajado desde 2010 en España, situándose en 85 puntos con una base de 100, respecto a 2010. En el extremo contrario estaría la enseñanza con 118 puntos. La oferta de las telecos, además, incluye cada vez más prestaciones (la velocidad de internet fijo se ha multiplicado por 300, la de internet móvil por 5, más datos, etc…), gracias a su contante y creciente inversión en infraestructuras, que se calcula en 25.000 millones en los últimos seis años, a pesar de la crisis económica.
La inversión en infraestructuras y servicios de telecomunicaciones se traduce en empleo para nuestro país. El informe de Arthur D Little calcula que son 546.000 los puestos de trabajo generados, lo que supone el 3% del empleo en España. Además, este sector es una pieza fundamental para la productividad de otros sectores de la economía, como Turismo, Banca, Logística, etc. Por todo ello, se estima que la inversion en telecomunicaciones va a contribuir a incrementar el PIB español por lo menos en un 1,02%. Para el próximo lustro, se calcula que el desarrollo de la economía digital generará la mitad del crecimiento del PIB y España tiene la infraestructura necesaria para capturar las oportunidades derivadas de este desarrollo.
Las grandes de internet, la cruz tributaria
En el otro lado, grandes empresas de internet como Google, Apple, Amazon o Microsoft se encuentran siempre bajo de la lupa de la Agencia Tributaria por sus estrategias para reducir la factura fiscal. Tal como publicó recientemente El Pais, Hacienda afloró 3.700 millones de euros tras 189 inspecciones a estas grandes corporaciones, que se sirven de recovecos legales para pagar menos impuestos. La oficina nacional de fiscalidad internacional (ONFI) fue creada en 2013 para combatir los excesos de estas corporaciones. Compañías como Google, Apple o Microsoft tienen abiertas inspecciones por Hacienda.
En Nobbot / El sector de las telecomunicaciones saca pecho (y con razón)
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