A veces parece que son Twitter y el resto de redes sociales las que controlan nuestra mente pero, en esta ocasión, un grupo de científicos trata de conseguir lo contrario. Así, investigadores de la Universidad de Valladolid han creado una interfaz cerebro-ordenador que permite controlar la red del pajarito azul y Telegram en un smartphone a partir de la señal del electroencefalograma. El sistema está destinado a personas que presentan problemas motores graves y dificultades para hablar.
«Twitter o Telegram son herramientas que usamos a diario, pero su accesibilidad para personas que no pueden controlar con precisión sus manos está prácticamente limitada al control por voz”, explica a SINC uno de los autores, Víctor Martínez, quien recuerda que existe un gran colectivo de personas con enfermedades neurodegenerativas o traumatismos que también presentan dificultades para hablar con claridad, lo que hace inútil el control por voz.
Twitter y Telegram para mejorar la calidad de vida
“Nuestro sistema permite controlar las funcionalidades de comunicación de un smartphone, como Twitter y Telegram, utilizando únicamente las ondas cerebrales del usuario, con el objetivo de aumentar la calidad de vida de este colectivo”, subraya el investigador.
El sistema se compone principalmente de tres etapas. En la primera, se recoge la señal EEG del usuario a través de la colocación de ocho electrodos en su cuero cabello. En la segunda, un ordenador portátil recibe la señal e identifica las intenciones del usuario en cada momento a partir de sus estímulos visuales. En la tercera etapa, el comando seleccionado se envía de manera inalámbrica mediante tecnología Bluetooth al teléfono móvil, que se encarga de interpretarlo y controlar la red social.
en fase de investigación
No obstante, los sistemas BCI, en general, se encuentran en fase de investigación y serán necesarios muchos más estudios para resolver las limitaciones que presentan, como en este caso, los problemas en el control de la mirada o los temblores involuntarios de algunos usuarios, hasta llegar a una implementación real. “En un futuro, estos sistemas podrían ser adquiridos por centros de día o rehabilitación para favorecer la autonomía e integración social de las personas dependientes, aumentando su calidad de vida”, confía Martínez.
Los sistemas Brain-Computer Interface (BCI) permiten el control de aplicaciones utilizando únicamente las ondas cerebrales del usuario. La motivación principal de estos sistemas se basa en aumentar la calidad de vida de las personas que sufren graves discapacidades motoras a través del desarrollo de aplicaciones. En el Grupo de Ingeniería Biomédica de Valladolid se han llevado a cabo los siguientes proyectos: aplicación de control domótico; plataforma de entrenamiento cognitivo y aplicación de navegación web asíncrona.