Científicos de EE.UU. y Corea del Sur han desarrollado una nueva fibra capaz de generar electricidad cuando se estira o se retuerce, según el trabajo publicado en la revista “Science”. Este nuevo material, al que han llamado «Twistron», podría ser útil para desarrollar sensores de movimiento, así como para recoger energía de las olas del mar o de la respiración, abriendo la puerta al desarrollo de prendas inteligentes para alimentar objetos conectados.
Convertir la energía mecánica en electricidad puede servir para crear dispositivos autoalimentados y aprovechar la energía procedente de fuentes naturales. Sin embargo, hasta ahora el aprovechamiento de energía a partir de movimientos de estiramiento o de torsión se han limitado a circuitos con corrientes muy pequeñas.
TWISTRON en la camisa
En esta ocasión, este grupo de científicos han utilizado nanotubos de carbono, unos cilindros huecos cuyo diámetro es hasta 10.000 veces más pequeños que un cabello humano y los han introducido en un material conductor de iones o electrolito, que puede ser incluso sal de mesa y agua.
Al probar la capacidad del Twistron para recoger energía de las olas oceánicas frente a la costa de Corea del Sur, el dispositivo de 10 centímetros de largo alcanzó una tensión de 46 mV y una potencia de salida media de 1,79 mW. Además, los investigadores demostraron que el dispositivo podría actuar como sensor de movimiento, por ejemplo cosiéndolo a una camisa para controlar el movimiento asociado con la respiración.
Este material abre la puerta a un futuro con tejidos que podrían utilizarse como cargadores de dispositivos electrónicos. Según los experimentos de laboratorio, un hilo de Twistron, que pesa menos que una mosca común, es suficiente para alimentar una pequeña bombilla LED, iluminándose cada vez que se estira la fibra.
Sin embargo aún es pronto para lanzar las campanas al vuelo ya que esta tecnología se halla aún en una fase muy inicial y resulta muy aventurado plantearse su producción a gran escala.
La investigación, desarrollada por la Universidad de Hanyang de Corea del Sur, es financiada por varias agencias de Estados Unidos (la Fuerza Aérea, la NASA, la Oficina de Investigación Naval), así como por el programa de cooperación entre la Fuerza Aérea y el Ministerio de Ciencias surcoreanos.
Fuente: Science
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