Oh, ¡Internet! Estás hecho para los jóvenes, para los millennials, la generación Z y todos los que vendrán después. Los adolescentes se pirran por navegar con su smartphone, los youtubers reivindican desde sus púlpitos la alegría de su edad, los chicos y chicas ya ni ven la televisión, sólo quieren consultar las 800 cuentas de Instagram de las que son seguidores…
Bueno, un momento. Vale que los más jóvenes son maestros en el uso de la red. Pero no son los únicos, ni mucho menos. Porque, ¿qué pasa con los adultos?, ¿qué sucede con los padres? ¿Padres? ¿Te refieres a esos aburridos seres que se levantan, van al trabajo, se acuestan y vuelta a empezar? No. Nos referimos a esos individuos que también disfrutan del mundo digital, de las redes sociales, del compartir fotos y, desde luego, de poder reírse un poco de sus hijos.
¿El troll nace o se hace? ¿Cómo es posible que un progenitor, que vuelca su vida en el cuidado de los más pequeños, abra una cuenta en una red social para… burlarse de su hija, del tierno retoño que vio nacer y crecer? Nos encantan las modas virales que viven en Internet. Y una de las más poderosas, que gana adeptos y seguidores es la de los padres que trollean a sus hijos de mil maneras inimaginables.
Porque un padre es sólo una persona que ha cumplido años, que ha decidido formar una familia. Pero eso no quiere decir que haya perdido las ganas de reír y divertirse (y menos mal). Y no es de extrañar que el objetivo sea su hijo. Una jovencita que sube un selfie a su red social. Trata de mostrarse hipermona y estupenda. Es fundamental conseguir todos los «likes» posibles. Y un padre harto de su obsesión con el móvil o de que no le haga ni caso, o de su eterna exhibición en las redes. O de todo a la vez ¿Cómo vengarse de su hijo? Usando las armas que él mismo utiliza… Pasen y vean a los padres más trolls (y digitales) del planeta.
Bajo los efectos de la anestesia
Pero antes de meternos en materia, tenemos una parada obligada en este vídeo que ya forma parte de las historia de Internet. Se grabó en 2009, por lo que David debe de ser ya un hombre hecho y derecho, y no sabemos qué pensará de unas de las piezas más virales del mundo. Pero los pioneros son los pioneros y los padres de este niño marcaron un hito. Los efectos de la anestesia causan el hilarante comportamiento de este chiquillo y sus padres, en vez de emprender acciones legales contra el dentista que pone a su hijo en tales condiciones, deciden grabarlo y subirlo a Internet. Para disfrute de todo el personal. Esta pieza demostró que sí, los padres podían ser divertidos, aunque fuera a costa de sus pobres hijos.
Selfies por duplicado
Detrás de un padre troll, hay un hombre atormentado. Y, si no, que le pregunten al bueno de Chris Martin, un cómico harto de los selfies que su hija comparte en su cuenta de Instagram, sin parar. A Chris no le parece bien la actitud «sexy» que su pequeña muestra en ellos. Pues bien, por fin encontró la forma de que Cassie le escuchara. Comenzó a copiar sus selfies y a recrear las posturas y puestas en escena que la chica pone en práctica. Y se lo trabaja para que el resultado sea perfecto. Copia la ropa, se pinta los tatuajes de la nena e incluso recrea cada detalle de los escenarios (incluso un rollo de papel higiénico vacío). ¿El resultado? Mostrar al mundo, y a Cassie, que algunas de esas fotos, más que atractivas, resultan ridículas, y es cuando las vemos interpretadas por un hombre adulto cuando parece que nos damos cuenta. Aunque claro, la venganza respecto a Cassie es mayor. La cuenta de Instagram de su padre tiene muchísimos más seguidores que la suya.
No es el único padre que ha optado por este camino. Los de Emily Musson también se hicieron súper famosos por trollear las fotos de su hija. Emily es una chica de tantas, feliz como una perdiz con su novio. Para demostrar su amor, nada mejor que colgar en Facebook taitantas fotos en las que se les ve juntos, en mil actitudes cariñosas. A los padres de Emily quizá les resultó un tanto cargante tanto amor digital y para dar un escarmiento a su hija, no se les ocurrió otra cosa que parodiar sus fotos. Por lo visto, aún no conocían al novio de Emily, por lo que es difícil que al chico le quedaran ganas de conocerlos. Eso sí, la reacción de Emily ante estas circunstancias fue tremendamente madura:
my parents r actually on drugs or something pic.twitter.com/lt9MiwOi99
— emily musson (@emilymusson) 8 de septiembre de 2015
«Mis padres están drogados o algo», escribió la muchacha.
Nunca es suficiente
Pero algunos padres todo esto de las fotitos es poco menos que confeti mojado por la lluvia. Ellos necesitan más. Necesitan darles a sus hijos en donde más duele y luego correr a subirlo a Internet para que todo el mundo vea el buen trago que están pasando sus hijos.
Desde hace unos años, se han vuelto virales muchos vídeos de padres grabando el momento en que sus hijos viven ese inolvidable momento anual de abrir los regalos de Navidad, después de una noche soñando con que Papá Noel no olvidará lo buenos que han sido. Sólo que… algunos regalos no son lo que ellos pensaban. Y a los padres les resulta divertidísimo. Tanto que a veces la imagen se desenfoca porque es imposible para el progenitor aguantar el tipo con la risa.
Qué crueldad, por favor, vamos a calificar este artículo como no apto para corazones sensibles. Imaginamos a esos padres que traman: «Regalos, sí, los regalos les gustan a los niños. Y, ¿qué más? ¿qué más? Ah, claro, los caramelos». Entre los estadounidenses ya son clásicos los vídeos virales en los que los padres confiesan a sus hijos que se han comido todos los dulces que las pobres criaturas se pasaron la noche recopilando y para lo que tuvieron que aceptar incluso disfrazarse.
Si no puedes con tu enemigo, únete a él
El último paso evolutivo del trolleo de padres a hijos tiene un curioso resultado. Muchos hijos han decidido trabajar codo a codo con sus padres a la hora de hacer sus vídeos y tutoriales. Es el caso de Megan, que nos muestra su rutina de maquillaje diario con una particularidad. Es su padre quien aporta la voz en off que va explicando cada una de las partes del proceso. Eso sí, como el hombre se ve que de esto de maquillarse no entiende mucho, pues hace la narración de una forma bastante peculiar. Los comentarios son tan divertidos e hilarantes que es imposible no reír. Y el vídeo tiene casi dos millones de reproducciones, por cierto.
Padres del mundo, ya lo sabéis, si no podéis contra vuestros hijos, uníos a ellos.
Imagen | Instagram
En Nobbot | Los niños revelan demasiada información sensible en las redes sociales