Una revisión de más de 100 metaanálisis y cerca de 2.500 estudios ha analizado el uso de pantallas por parte de niños, niñas y jóvenes y las consecuencias sobre su aprendizaje y salud. Sus conclusiones son que, en general, los efectos son pequeños.
Nature Human Behaviour, suponen un alivio después de tantas advertencias sobre el supuesto nefasto efecto de las pantallas en los más jóvenes. Afirmaciones que han causado alarma durante años y que, sin embargo, no estaban apoyadas en investigaciones tan exhaustivas como la que ahora se publica. Como suele suceder cuando se profundiza en cualquier cuestión, las respuestas no son tan simples como afirmar que «pasar mucho tiempo frente a una pantalla es malo para los jóvenes».
Los resultados, publicados en la revistaLa conclusión principal del estudio es que los riesgos del uso de pantallas son, en general, cuantitativamente pequeños o moderados en promedio y, sobre todo, muy heterogéneos. Que no haya homogeneidad en los resultados quiere decir que hablar de riesgos del tiempo de pantalla es simplista y no tiene en cuenta variables moderadoras importantes, por ejemplo, que el uso de pantallas sea supervisado o no, la edad, el género, o las actividades concretas que se realizan en el entorno digital.
más ideología que ciencia
José César Perales, Catedrático de Psicología en la Universidad de Granada, señala a SMC que este estudio expone «la falta de evidencia para adoptar medidas drásticas basadas exclusivamente en el tiempo de uso y pone de manifiesto que el alarmismo sobre el uso de pantallas está actualmente injustificado con la evidencia en la mano, y es una cuestión más ideológica que científica».
Sin embargo, aunque este estudio rebaja el excesivo alarmismo sobre el uso de las pantallas por parte de los más jóvenes, tampoco conviene bajar la guardia. José César Perales señala que «aunque la evidencia disponible sea pobre, no quiere decir que estos riesgos o beneficios sean realmente pequeños. Simplemente la evidencia, incluso seleccionando los estudios de mayor calidad, es insuficiente para ser concluyente sobre la existencia de efectos sustanciales del uso de pantallas sobre el bienestar y la salud. Al igual que no puede concluirse que esos efectos existan, tampoco puede concluirse que no existan.
Que haya «ausencia de evidencia» no implica que haya «evidencia de ausencia». La conclusión final debería ser que es pronto para justificar una alarma desproporcionada por el uso de pantallas y que es necesario mejorar la forma en que se realiza la investigación al respecto.
niños y pantallas: recomendaciones de uso
Por ello, y aunque el miedo no esté ya justificado, conviene seguir apostando por unas pautas educativas razonables y continuar haciendo caso a las recomendaciones como las de la Asociación Americana de Pediatría y la OMS para ayudar a los padres a que los niños y las pantallas tengan una relación saludable:
- Seguir la regla 20-20-20. Levantar la vista de las pantallas cada 20 minutos para fijarla en un objeto que esté a seis metros y durante 20 segundos.
- Evitar el uso de pantallas digitales en niños menores de 18 a 24 meses.
- Si van a usar pantallas antes de los 24 meses, que sea con aplicaciones de alta calidad educativa, con supervisión de un adulto y durante poco tiempo.
- Para niños de 2 a 5 años limitar el uso de las pantallas a 1 hora al día.
- Para niños de 6 años o más, establecer límites de tiempo claramente definidos por los padres.
- Apagar las pantallas y televisores cuando no se estén utilizando.
- No usar pantallas una hora antes de ir a dormir.
- Que la pantalla no se convierta en la forma de calmar la rabieta de un niño.
- Los niños deben pasar un tiempo diario realizando actividad física que debe ser de, al menos, 180 minutos en niños de 1 a 5 años y de 60 minutos de 5 a 17 años.
alfabetización digital de los jóvenes
El reto de la alfabetización digital va más allá de la posesión de aparatos y dispositivos y del tiempo que se pasa frente a ellos. Como señalan desde la Fundación Orange, la educación y formación de los más pequeños en competencias digitales es un desafío del mundo moderno.
“La accesibilidad es un derecho con el que es necesario desarrollar un compromiso, porque nos ayuda a avanzar como sociedad, pero es cierto que ahora que nuestros niños tienen un acceso casi total y pueden poseer multitud de dispositivos a su alcance, así que deben aprender a utilizarlos para beneficiarse de su uso”, asegura Daniel Morales director de la Fundación Orange.
La implicación de la familia para convertir la experiencia con las pantallas en un acto enriquecedor para los más jóvenes protagoniza algunos de los cursos que esta entidad imparte a través de su plataforma digital y espacio físico Orange Digital Center.