En un tiempo en el que llevamos a cabo toda clase de acciones desde nuestro smartphone –desde disfrutar de videojuegos hasta comprar en tiendas online e interaccionar en las redes sociales-, la fotografía y el vídeo son dos de los aspectos que más relevancia han cobrado. Un asunto que tiene que ver con el auge de este tipo de contenidos online, pero también con la mejora de las cámaras integradas en los dispositivos.
De hecho, esta evolución ha dado lugar a nuevos perfiles profesionales, a expertos que realizan estas capturas y reproducciones únicamente con sus smartphones. Y lo cierto es que logran resultados más que notables; una tarea para la que cuentan con múltiples apps. Sin embargo, no es la única parte del proceso en la que estas resultan de ayuda, sino que también lo hacen en la parte de la edición. Recabamos algunas de las mejores así como otros consejos para mejorarlas con éxito.
Aplicaciones para editar fotografías
Para empezar, nos centraremos en las apps específicas de edición fotográfica. Su elección dependerá en gran medida de lo que queramos conseguir. Es decir, si lo que deseamos son efectos dramáticos, tipo cómic o, sencillamente, no queremos complicarnos demasiado la vida ni dedicar demasiado tiempo, nos decantaremos por una como Prisma.
Una herramienta que este verano se convirtió en una de las más populares y que destaca por su cantidad de filtros artísticos que nos permite aplicar. En todo caso, no es única en su especie, sino que Artisto es otra app para editar que actúa de manera muy parecida y se encuentra a medio camino entre este y el siguiente punto. Sí, porque también nos deja modificar vídeos. Ahora bien, solo aquellos que duran 10 segundos (o menos) de reproducción. Además de ellas, ciertos bots de Telegram y Twitter como Vinci y The Deep Forger consiguen efectos parecidos.
Más convencionales –aunque no por ello menos útiles- son Lightroom, VSCO, Afterlight, Aviary, PicSay, que nos ofrecen –además de filtros- la posibilidad de retocar aspectos como la luminosidad, la exposición, contraste, temperatura de la imagen e incluso otros parámetros no tan obvios como la textura. Algunos incluyen stickers y viñetas.
Para resultados más profesionales y a pesar de que requieren de más tiempo de edición, nos quedamos con la versión del conocido editor de Adobe, Photoshop Express y con Snapseed. ¿La razón? Que ambas son compatibles con archivos DNG, es decir, con fotografías que se hayan tomado en RAW; de manera que será posible alterarlas desde “la base” y lograr resultados más realistas, como si los hubiéramos aplicado en la fotografía de origen.
Aplicaciones para editar vídeo
Los vídeos también disponen de sus particulares herramientas. Un abanico muy amplio del que destacamos, además de la mencionada, otras como Filmora, cuya promesa es la de permitirnos llevar a cabo “obras maestras” desde nuestro teléfono móvil. Lo hace poniendo a nuestra disposición una serie de temas (que distorsionan, modifican el color y demás) y ofreciéndonos herramientas para incluir títulos, capas, filtros y otros elementos, y hasta música libre de derechos.
VidTrim, Magisto y Kinemaster actúan de manera parecida, y cuentan con controles de tono, brillo, saturación, velocidad para videoclips, efectos de transición –transiciones en 3D, fundidos y barridos, entre otros) y algunas características que van un poco más allá. En cuanto al primero, cabe resaltar el corte de grabaciones y los efectos, así como la opción de convertir los archivos a MP4. Otras de sus virtudes son que nos deja extraer solamente el audio y guardar fotogramas concretos como una imagen. Eso sí, la versión gratuita incluye marca de agua.
FXGuru también merece ser mencionada, ideal para aquellos que quieran empezar a hacer sus pinitos en el cine de ficción y para los amantes de los efectos especiales, precisamente lo que nos permite incluir esta app. Entre ellas se incluyen explosiones, desastres naturales, androides, fantasmas, zombies, pistolas y un largo etcétera de lo más variado. Tal es así que cuenta con más de 90, pero también con música y otras opciones de edición.
No falta tampoco en este apartado la aportación del gigante del software con Adobe Premiere Clip, ideal para crear y editar vídeos de forma rápida y sencilla –incluso automáticamente-, recortarlos, compensar los niveles de audio, ajustar los volúmenes de música durante los diálogos, etcétera. El añadido de títulos, transiciones y efectos son otras de sus funcionalidades. Además, funciona con Lightroom y Capture CC, que amplían sus posibilidades.
Otros consejos de edición
Al margen de las aplicaciones recabadas, resulta imprescindible comentar algunas consideraciones que tener en cuenta a la hora de editar. Por ejemplo, algo básico será visualizar la imagen a pantalla completa, en su orientación original, la manera más sencilla de detectar errores y detalles que, inicialmente, podemos pasar por alto.
En todo caso y a priori, nunca deberíamos modificar directamente la foto o el vídeo, sino realizar una copia y alterarla después. En caso de que no quedemos satisfechos con el trabajo siempre podremos recuperar la anterior. Algo que ciertos programas hacen por defecto pero que conviene comprobar, sobre todo si queremos utilizarla de otros modos.
Material borroso, no gracias
Otro aspecto fundamental es la calidad de la captura. Es decir, en ocasiones tendemos a elegir una que nos recuerda un buen momento, una situación divertida y similares pero que, por desgracia, se encuentra desenfocada o cuenta con una serie de defectos difíciles de resolver. La idea, precisamente, es tratar de corregirlos.
Sin embargo y a no ser que hayas disparado en modo RAW, conseguirlo no es fácil. Las oscuras o quemadas, no obstante, tienen más posibilidades. Relacionado con esto, un truco consiste en reducir el tamaño de la imagen, algo que incrementará la resolución y afectará a la sensación de nitidez. Si no vas a imprimirlas o subirlas a un site que requiera de grandes capturas, es una buena opción.
Qué cambiar
Tampoco es recomendable cambiarlas en exceso. Sí, aunque los filtros nos llamen a gritos y queramos conseguir el efecto más dramático posible. Lo único que lograremos con esto es un acabado poco natural y, a no ser que este sea el objetivo final, merece la pena parar a tiempo. Por fortuna, siempre podrás hacer clic en deshacer.
Acabar con los elementos molestos, que generen ruido o distraigan la atención de la zona que quieres resaltar resulta también relativamente sencillo. Conseguirás grandes efectos. Lo mismo ocurre con el volteo y el recorte, que te permitirán re-encuadrar el resultado, corregir la línea de horizonte, mejorar composición y hasta simular que has cumplido la regla de los tres tercios.
Solo para vídeo
Si nos centramos únicamente en el vídeo, lo primero que deberemos hacer es seleccionar el mejor material y minutarlo con precisión –también podemos organizarlo por escenas-; adaptarlo todo a la resolución más baja –se evitará el pixelado- y dejarlo todo con el mismo formato de compresión.
La continuidad es otro de los aspectos clave. Para lograrla necesitaremos de una homogenización, algo que conseguiremos mediante un sonido sin altibajos, e imágenes en cuya luz no se produzcan saltos. Nos estamos refiriendo a la alternancia de planos muy oscuros con otros tremendamente luminosos, por ejemplo. La falta de recursos también puede menoscabarla. Aquí podemos utilizar fundidos entre fotogramas, fundidos en negro para cambiar de escenas, carteles, etcétera.
Imágenes | Pixabay
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