Hay marcas que enamoran con sus productos o sus servicios incluso mucho antes de que estos sean lanzados al mercado. La mayoría de los lectores seguramente tengan en mente al mismo fabricante de móviles u ordenadores –por mencionar varios mercados–, incluso si no son consumidores de sus dispositivos, solo por cómo vende sus productos a través de la fotografía. Estos, simplemente, no dejan indiferentes.
Son productos llamativos con un enorme trabajo de diseño y composición detrás, y con un marketing orientado al efecto WOW. Este efecto, muy relacionado con el neuromarketing, persigue atacar las emociones del cliente. Busca una unión con él a través del deseo, generando un sentimiento de exclusividad en el comprador. Eso es lo que hace Tesla con sus vehículos, algo que puede verse en sus imágenes.
Las curvas son sensuales, y venden
A diferencia del siglo pasado, en el que el estilo brutalista hacía brotar grandes edificios corporativos de hormigón y logos en mayúsculas en lo alto de los headquarters de las marcas, el siglo XXI se caracteriza por un estilo más natural, orgánico. Menos ortogonal.
Aunque Tesla (TESLA, en su logotipo) siga usando una tipografía rectilínea con tintes futuristas, sus coches dejan detrás las líneas rectas porque hoy día las curvas venden. Localizar una línea recta de poco más de unos centímetros se vuelve una odisea y, cuando lo conseguimos, pronto reparamos que la recta solo respondía a una perspectiva muy limitada, y que cambiando nuestra posición esta vuelve a ser una curva.
Contornos y juegos de luces que venden antes de poderse comprar
No es necesario que el producto exista para generar deseo y ventas a su alrededor. Tesla demostró con su Model 3 que no hacía falta tener un sistema de fabricación en marcha para tener miles de pedidos. Bastó una presentación con varias diapositivas de contornos del nuevo vehículo para que empezasen las reservas.
La estrategia de un contorno iluminado basado en las luces y sombras no es nueva, pero a la marca de vehículos eléctricos le funciona muy bien, y la usa con frecuencia, como en su camión eléctrico que saldrá hacia 2020 (fotografía de apertura del artículo) o en el Model X con el contorno puertas aladas.
En este sentido, Elon Musk sabe aprovechar las presentaciones de sus vehículos para crear lo que ahora se conoce como hype y que podríamos traducir como emoción o expectativa.
La deportividad clásica existe, y está condensada en los Tesla
No pocas personas encuentran sexy, sensual o interesante un reloj de agujas. Un reloj analógico con manillas, una corona metálica grande y correa de cuero. En otras palabras, un reloj clásico. Por eso, no resulta extraño que cause admiración el interior del Tesla Model S:
Los asientos y el espacio trasero para acompañantes:
E incluso el maletero:
Esta cualidad suele entrar en conflicto con la novedad tecnológica y con la deportividad (en el caso de los vehículos eléctricos deportivos), pero Tesla lo soluciona con un diseño elegante y mixto que consigue hacer de puente entre un mundo sobrio clásico, y uno deportivo y tecnológico.
Los coches Tesla siguen siendo exclusivos
No es muy complicado defender el sentido de exclusividad y deseo de un objeto cuando este está muy por encima de las posibilidades del usuario medio. Y por encima de las posibilidades es lo que sugieren casi todas las imágenes de catálogo de los Tesla.
Es una marca que se dedica únicamente a la fabricación de vehículos eléctricos y que en su origen no disponía de una gran cadena de producción. Esto significaba vehículos casi manufacturados (a un precio desorbitado). Aunque ahora puede aplicar la economía de escala, el coste de la tecnología sigue repercutiendo en un precio fuera del alcance de la gente.
La última tecnología, pero sobretodo la tecnología del futuro
Tesla nació en 2003, cuando ningún fabricante quería entrar voluntariamente en el terreno de la movilidad eléctrica. Sin embargo, la empresa de Musk demostró no solo que la tecnología era fiable, sino que la conducción eléctrica sería el futuro. Hoy, casi todas las marcas corren detrás de Tesla en cuanto a electrificación. Esta tecnología se refleja en sus vehículos y fotografías.
Pero no solo en este campo marca tendencia. El diseño con pantallas orientadas a la mejora de la experiencia está siendo asumido por buena parte de las marcas, y ya nadie duda de las grandes ventajas y avances de la conducción autónoma que Tesla ayudó a afianzar. Los compradores de estos vehículos saben que están invirtiendo en tecnología punta (y futurista), lo que ayuda al efecto WOW.
Sorprendente hasta en el chasis
Pocos vehículos pasarían un examen de belleza si retiramos la chapa que les cubre, y en la que habitualmente se centra todo el marketing. Los coche de Tesla, quizá jugando con la todavía poco vista configuración de los vehículos eléctricos muestra así su chasis de aluminio junto al que se observa la batería:
O el motor trasero junto con su generador, la dirección electrónica y la bomba del ABS:
el diseño de los detalles
Otro motivo por el que Tesla genera este efecto WOW es porque no deja ni un solo detalle al azar. El interior de los vehículos es un tema muy conocido, pero tampoco hay que dejar de lado las electrolineras, que habrá que visitar cada 500 km (más o menos).
Estas cumplen con alguno de los puntos que hemos visto previamente, tales como la importancia de las líneas curvas, del minimalismo, de los contornos y del juego de luces.
Basta buscar una estación de carga de Tesla para darnos cuenta de que el deseo surge hasta en los elementos que rodean a la marca: los postes, el pintado del suelo e incluso la propia boquilla del cargador. Todo está medido y cuidado al detalle.
«No necesito filtro de aire, porque soy limpio»
Uno de los detalles más llamativos de los vehículos eléctricos (por el hecho de estar acostumbrados a los coches de combustión) es que no necesitan una entrada de aire frontal (calandras) para refrigerar el motor. Este, eléctrico, no se calienta tanto como un térmico.
Tesla aprovecha muy bien la liberación del frontal y se lo da en exclusiva al diseño de sus vehículos. Estos tienen un aspecto mucho más orgánico que el que otras marcas pueden asumir. Así, consigue su característico morro de tiburón.
Tesla no ha inventado la rueda (nunca mejor dicho), pero sí ha sabido crear una imagen de marca potente alrededor de un producto exclusivo, innovador, que presume de cuidar del medio ambiente y que, indudablemente, provoca el efecto WoW en muchos aquellos que lo ven y en todos aquellos que lo prueban.
En Nobbot | ¿Qué tiene un Tesla de 31.400€ que no tenga mi coche de 16.500€?
Imágenes | Alberto Martos del Rincón, BBC TopGear, Tesla © 2017, @elonmusk, iStock/muri30, iStock/Jag_cz, iStock/Jag_cz, iStock/jetcityimage, iStock/ablokhin