A principios de los 70, el investigador Gordon Gallup dio a conocer la prueba del espejo, que consistía en colocar animales delante de una superficie reflectante para ver si podían reconocerse a sí mismos. Hoy en día (en realidad, desde hace ya unas décadas), este experimento se ha trasladado a móviles y dispositivos inteligentes. Es a las máquinas a las que se les enseña a identificar a las personas.
En su día, delfines y chimpancés pasaron con éxito la prueba de Gordon Gallup. Otros, como los macacos, han aprendido a reconocerse tras un entrenamiento. En cuanto a las máquinas, hace ya tiempo que también consiguieron su aprobado. La tecnología de reconocimiento facial ha avanzado tanto en los últimos años que hasta los teléfonos de gama media pueden integrar apps de reconocimiento facial que ofrecen muy buenos resultados.
Qué es el reconocimiento facial
Los sistemas de reconocimiento facial permiten identificar a una persona en una imagen o un vídeo mediante algoritmos capaces de analizar los rasgos faciales. Esta tecnología puede servir simplemente para reconocer ciertos rasgos o, mediante la comparación con una base de datos, identificar a personas reales, como en los sistemas que utiliza la policía para reconocer y seguir a determinados criminales.
La investigación en reconocimiento facial ha avanzado mucho en los últimos años e implica el trabajo de diferentes disciplinas tecnológicas como el procesado de imágenes, el reconocimiento de patrones o las redes neuronales (un tipo de inteligencia artificial). En la actualidad, esta tecnología tiene múltiples aplicaciones, como:
- Seguridad de la información. Desbloqueo de dispositivos, inicios de sesión, terminales de pago o comercio o seguridad de aplicaciones móviles.
- Biometría. Control de fronteras, DNI o pasaporte o registro y control de votantes.
- Control de acceso a instalaciones de seguridad o de acceso restringido.
- Vigilancia y seguridad pública. Sistemas de videovigilancia, seguimiento de delincuentes o sospechosos o identificación de criminales.
No es magia: ASÍ funcionan
El reconocimiento facial es un método de identificación personal biométrico, como el reconocimiento del iris o de las huellas dactilares. A pesar de lo que se podría pensar, el teléfono no guarda fotografías, sino conjuntos de datos matemáticos que le permiten reconocer una cara o identificarla en medio de varias.
Un lector analiza las características del rostro y localiza sus rasgos. Mide tanto el tamaño de sus componentes como las distancias entre ellos (el ancho de la nariz, el tamaño de la frente o la distancia entre los ojos, por ejemplo). De esta forma determina formas geométricas que compara con la información que tiene en su base de datos.
Al basarse en estos datos y no en una fotografía, las apps de reconocimiento facial pueden reconocer los rasgos de una persona aunque se corte el pelo, haya cogido un par de tonos tras sus vacaciones o lleve puestas unas gafas.
¿Y para qué sirven?
La tecnología de reconocimiento facial tiene infinidad de usos. Desde la medicina hasta la seguridad, pasando por el marketing. Varios aeropuertos del mundo ya basan su sistema de seguridad en esta tecnología. China, por otro lado, cuenta con el despliegue de cámaras con sistemas de reconocimiento facial más grande del mundo. Se usan, por ejemplo, en el metro de ciudades como Beijing y Shanghái.
Sin embargo, en las apps de reconocimiento facial para smartphones y tablets tienen usos más reducidos. Los claros ganadores son, sin duda, la seguridad y el ocio.
Apps de reconocimiento facial para ganar en seguridad
Vamos a situarnos, por ejemplo, en 2001. Con un móvil robado, un ladrón podía llamar desde el teléfono, enviar sms y acceder a datos que se podían contar con los dedos. Sin embargo, hoy en día los móviles contienen acceso a todo tipo de información valiosa. Apps con información bancaria, redes sociales y un largo etcétera. La evolución de la tecnología está estrechamente ligada a mejoras en la seguridad. De ahí que uno de los usos principales de estas herramientas de reconocimiento facial sea restringir el acceso al teléfono.
Face Lock Pro: permite desbloquear y bloquear tanto el teléfono como diferentes aplicaciones. Además, y por si las moscas, permite establecer un PIN, un patrón o una contraseña como métodos de acceso alternativos. Disponible para Android.
Applock Face: además de reconocimiento facial, esta app incluye también la posibilidad de establecer reconocimiento de voz. Disponible también para Android.
¿Y qué pasa con iOS? Los dispositivos iPhone X o posteriores integran Face ID. Esta tecnología permite, entre otras acciones, desbloquear el terminal, autorizar compras e iniciar sesión en apps.
Segundo objetivo: echarse unas risas
¿A qué famoso me parezco? ¿Cómo sería (o seré) con 10 kilos más o dentro de 20 años? Las posibilidades de las apps de reconocimiento facial parecen no tener límites.
Polivibe: traduce tus emociones en emojis. Es capaz de interpretar los gestos de tu rostro y elegir cuál los representa mejor. Uno de sus usos potenciales es poder ver cómo otros usuarios reaccionar a tus posts. ¿Un perrito saltando? Cara contenta ?. ¿Ojalá nunca hubiera visto eso? Cara horrorizada ?. Polivibe está disponible para iOS.
Snapchat: el hermano mayor de Polivibe y sin duda uno de los más conocidos. Lo mejor de Snapchat es que los filtros cambian continuamente. Disponible tanto para Android como para iOS.
La mayoría de estas apps solo cubre la primera mitad del procedimiento de la tecnología de reconocimiento facial. Es decir, reconocen rasgos faciales pero no la identidad referente a una persona concreta, contrastada con una base de datos.
Una de las apps de reconocimiento facial que permite identificar a personas es Blippar. Al enfocar la imagen de un famoso, percibe su identidad y da información sobre él (como su entrada de Wikipedia o sus redes sociales). Es fácil imaginar que esta aplicación fue objeto de controversia. En la actualidad solo reconoce personas famosas de EE.UU. Disponible para Android e iOS.
Visión computarizada y seguridad: el caso de Clearview
Más allá de las diferentes aplicaciones de reconocimiento facial que han ganado popularidad entre los usuarios, esta tecnología es cada vez más utilizada por los diferentes cuerpos de seguridad. Puede ser un uso que pase más desapercibido, pero es muy habitual y cada vez entra más en conflicto con la privacidad. El caso de Clearview, una empresa de desarrollo de visión computarizada y reconocimiento facial de Estados Unidos, es quizá el más paradigmático.
La plataforma de esta compañía permite, a grandes rasgos, identificar las caras en cualquier imagen cruzando datos con una inmensa base de datos de fotografías extraída de internet. Incialmente, Clearview aseguraba que solo los departamentos de policía de Estados Unidos tenían acceso a esta plataforma. Pero una investigación reciente de medios como ‘New York Times’ y ‘BuzzFeed’ destapó que más de 600 entidades (agencias de seguridad, empresas privadas e, incluso, personas individuales) habían tenido acceso a esta tecnología.
Clearview cuenta con una base de datos de más de 3000 millones de fotos de personas extraídas de internet, fundamentalmente, de redes sociales. Para la policía de Estados Unidos, el software ha significado un antes y un después en el reconocimiento facial de sospechosos. Para los usuarios y los defensores de la privacidad en internet, Clearview es una muestra más del difícil equilibrio entre seguridad, tecnología y respeto a la intimidad y a los datos personales.
Es más, los datos publicados por el ‘New York Times’, que tuvo acceso al código de la app, señalan que el software puede ser utilizado como herramienta en tiempo real junto a cámaras de seguridad o gafas de realidad aumentada. Esto permitiría a cualquiera que tuviese acceso a Clearview identificar a cualquier persona con la que se cruzase. Hasta ahora, esta había sido una de las grandes líneas rojas que, sobre el papel, la tecnología de reconocimiento facial no debía sobrepasar.
Queda margen para mejorar
Los primeros intentos de incluir tecnología de reconocimiento facial se dieron en 2011 con el lanzamiento del sistema operativo Android 4.0 (también conocido como Ice Cream Sandwich). Sin embargo, la calidad de las cámaras frontales de los móviles de principios de década no era la adecuada. Esto, unido a las limitaciones técnicas del propio sistema operativo, evitó que el uso de la tecnología se extendiese. Durante años, se siguieron usando los códigos PIN y los patrones de desbloqueo.
Sin embargo, hoy en día las cámaras de la gran mayoría de los móviles ofrece calidad más que suficiente. Uno de los principales retos es garantizar el funcionamiento de las apps en situaciones con poca luminosidad. Otro de ellos, seguir reconociendo a las personas a pesar del envejecimiento.
Una vez solventadas estas dificultades técnicas, el uso de esta tecnología dependerá solo del límite de la imaginación. Es probable que, en pocos años, las apps de reconocimiento facial sirvan para mucho más que desbloquear el teléfono o hacernos los mejores fotos.
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Hombre, conseguirlo, conseguirlo, sólo lo ha conseguido Apple y para ello destina una cantidad de recursos del aparato que no tiene sentido, en mi opinión, claro.