El smartphone lo cambió todo. No queda un solo segmento industrial que se haya mantenido inmutable a la influencia de los teléfonos móviles inteligentes. El NFC es otro eslabón de la historia de las comunicaciones. Otro, en apariencia, poco importante.
Porque, de hecho, hubiese quedado relegado a los almacenes textiles y algunas jugueterías, como sistema de pruebas, de no ser porque renació en 2013 de la mano de millones de terminales de gama media, revolucionando nuestra forma de comprar y pagar.
Qué es el NFC
NFC es un acrónimo de las siglas de Near Field Communication (comunicación de campo cercano en castellano), una evolución y mejora del RFID, una tecnología de alta frecuencia y conexión inalámbrica enfocada a dispositivos cercanos. Es decir, solo sirve para un corto alcance, pero es rápido y cuenta con veloces niveles de transferencia entre dispositivos. Su radio de acción no va más allá de los 10-15 centímetros desde el sistema emisor al receptor.
Su funcionamiento está basados en ISO 14443 y FeliCa, dos estándares de comunicación cercana. Al igual que el bluetooth, suele usarse tanto para transferir archivos entre smartphones como para completar operaciones de alta velocidad.
Su modo de proceder es sencillo: la fuente emisora se comunica mediante inducción en un campo magnético. Las antenas del teléfono generan este espacio en la banda ISM de frecuencia de radio de los 13,56 MHz, un espacio dentro del espectro de frecuencias que no requiere ninguna licencia.
Historia y origen de NFC
Para hablar correctamente del NFC debemos remontarlos a los años 40, en el marco de la II Guerra Mundial, cuando el Ejército alemán descubrió un ‘truco’ determinante en el futuro: si las aeronaves se balanceaban o cambiaban de altitud, se modificaban las señales de radio que recogían los radares. Y he aquí la primera identificación por RF en modo pasivo.
Viajamos cuatro décadas en adelante, cuando el ingeniero Charles Walton patenta las RFID desde su empresa Proximity Devices. Porque la historia del NFC nació en paralelo a la primera identificación por radiofrecuencia (RFID), que podemos rastrear hasta 1983, cuando el Gobierno de Estados Unidos registra y concede la patente al citado Charles Walton.
Hace ya una década, Nokia comenzó una serie de pruebas piloto incorporando conectividad NFC móvil a una serie limitada de sus modelos 3220 y 5140. Pero hasta 2010 no se convirtió en una alternativa de éxito, y aún tardaría otro par de años en aterrizar en miles de teléfonos en gama de entrada y convertirse en el método de pago seguro más común del mundo.
Los primeros avances en NFC vinieron de parte de distintas empresas y aplicaciones de pagos. Corría el año 2011 y la desconfianza aún era habitual.
Visa y MasterCard (Masterpass) presentaron por entonces sus tarjetas contactless. Es decir, tecnología de comunicación sin contacto que permite pagar con tan solo acercar la tarjeta al terminal de venta. Y fueron un éxito. A esto se unieron los distintos wallets virtuales de algunas compañías y las pasarelas de las stores más populares: Google Wallet, Apple Pay, Samsung Pay, Bizum, etcétera.
Cómo activar el NFC en Android
Los smartphones actuales, en su mayoría, cuentan con conexión NFC. Para activarlo o desactivarlo, solo tenemos que deslizar hacia abajo la barra de notificaciones, y si encontramos su icono oficial, pulsar sobre él. Si no lo encontramos, debemos volver a la barra de notificaciones y tocar el icono de la rueda dentada. Así entraremos en los Ajustes del sistema.
Una vez dentro debemos ir a la sección Conexiones inalámbricas y redes y después pulsar sobre la categoría Más. Una de las opciones se llamará NFC. En resumen:
- Toca la rueda de Ajustes.
- Ahora ve a Preferencias de conexión o Conexiones.
- Comprueba que la opción NFC esté activada
- Toca Android Beam o ve a Pago.
- Y vincula el servicio.
Cómo activar NFC en iOS
En cuanto a iOS, el sistema operativo de iPhone, el chip NFC también se encuentra disponible, como podemos comprobar cuando usamos el pago sincronizado a través de Apple Pay, pero esta opción no puede ser activada o desactivada desde una preferencia interna del menú.
Estos chips NFC están bloqueados por el fabricante y no pueden ser desactivados temporalmente, lo que significa que de forma predefinida están activados en el sistema. Por otro lado, todos los dispositivos de iPhone 7 en adelante cuentan con lector de etiquetas NFC. Para añadir el botón NFC al centro de control del móvil solo tendremos que seguir estos sencillos pasos:
- Abrimos la aplicación Ajustes en el iPhone.
- Vamos a la configuración del Centro de control.
- Bajamos hasta el botón +, pulsamos y elegimos lector de etiquetas NFC para agregarlo al Centro de control.
Cómo funciona la transferencia inmediata de datos en NFC
Uno de los usos más comunes del NFC es la transferencia inmediata de archivos. Una vez tengamos activado el NFC en dos dispositivos, y siempre y cuando ambos se encuentren muy cerca uno del otro, podremos compartir diferente información como el enlace a una página web, a una foto de perfil o a una página web que contenga, por ejemplo, nuestro CV.
Los MODOS DE NFC
No obstante, el estándar NFC (que puede ser ‘virtual’ o ‘verdadero’) en Android soporta diferentes modalidades. Un dispositivo NFC puede realizar tres funciones básicas:
- Emular tarjetas NFC para la transmisión de pagos o emisión de certificados.
- Ser un lector NFC, para analizar la información almacenada en las distintas etiquetas NFC, de entre dos y ocho kilobytes.
- Actuar como un NFC peer-to-peer, permitiendo el intercambio de archivos como a través del estándar bluetooth.
A su vez, cuenta con dos modos:
- Modo activo: el activo significa, como su nombre indica, que los dos equipos están equipados con la suficiente capacidad para generar su propio campo electromagnético.
- Modo pasivo: el pasivo significa que el equipo emisor necesita una fuente de energía adicional para generar ese campo electromagnético, mediante modulación de la carga. Uno se aprovecha del otro para transmitir los datos.
Usos comunes y casos de éxito con NFC
Poco después, los bancos introdujeron sus propias alternativas. Con una tarjeta contactless, solo hay que introducir un PIN para realizar compras superiores a 20€, lo que agiliza el proceso sin comprometer la seguridad.
Por supuesto, la tecnología NFC Android no sirve únicamente para hacer un pago en un comercio. También puede usarse para estas tareas:
- Agilizar una compra en el extranjero u olvidarte de llevar la cartera con las tarjetas de crédito —algo absolutamente innecesario en la actualidad—.
- Sincronizar auriculares (fabricantes como Sony o Sennheiser apuestan por ello).
- Conectar altavoces inalámbricos.
- Gestión bibliográfica (en fichas de bibliotecas públicas o privadas).
- Sistemas de telepeaje (similares a VIA-T o Teletag.
- Almacenamiento de archivos.
- Utilizar el smartphone como llave para arrancar el coche.
- Conectar equipos del vehículo a nuestro smartphone o viceversa.
Usos de las etiquetas NFC
Por otro lado, las NFC Tags o etiquetas NFC son un perfecto ejemplo de tecnología que usa el modo pasivo, ya que son similares a las etiquetas RFID de las tiendas de ropa de toda la vida, pero guardan más información y con un mejor ancho de banda. Podemos usarlas para colocarlas en el llavero, en el collar de nuestro perro o gato y así indicar toda su información vital o el contacto de emergencia, etcétera.
Casos de éxito usando NFC
Uno de los primeros casos de éxito y escenarios más conocidos se dio en Klagenfurt, una ciudad de 90 000 habitantes que no contaba con bibliotecas públicas.
El proyecto, denominado Ingeborg en honor a la poeta y escritora Ingeborg Bachman, desarrolló y situó 70 pegatinas NFC en distintos puntos de la ciudad. Cada una contenía un enlace a un dominio público para acceder a la biblioteca del Proyecto Gutenberg y otros proveedores. Poco después la iniciativa creció hasta transformarse en el proyecto Pingeb. El modelo se extendió hasta alcanzar los 300 puntos de conexión. En todos ellos situaron etiquetas NFC en distintos lugares públicos para que la población pudiera descargar desde el móvil distintos títulos que no estuvieran protegidos por las leyes de protección intelectual.
Otro caso de éxito lo vivimos dos años después, cuando Orange Business Services y SITA desarrollaron juntos un sistema de tarjetas de tarjetas de embarque digital. Mediante este sistema, el pasajero no necesita otro material que su propio teléfono móvil. Con solo acercarlo al lector ya puede realizar el check-in y el sistema verifica toda la información concerniente al vuelo.
NFC como herramienta de comunicación
El NFC es una magnífica forma de comunicación, y una de las más extendidas formas de contactless shopping. Desde la promoción de productos hasta la consulta de horarios en las paradas de bus; el NFC es realmente una evolución del código QR. No en vano, hasta nuestro DNI actual cuenta con un chip NFC, lo que permite usarlo como firma digital para interactuar con otros dispositivos electrónicos.
Pero como herramienta de comunicación, su uso se extendió durante los últimos años especialmente en el campo del marketing.
Unilever, por ejemplo, presentó máquinas de venta de té con etiquetas NFC para que los usuarios pudieran dar a «me gusta» automáticamente en la página de Facebook de Lipton, para después entrar en sorteos y concursos.
Adidas incorporó chips NFC en algunas de sus zapatillas para que el comprador pueda acceder a una comunidad privada. Y lo mismo han hecho dentro del marco gastronómico, incorporando un único código NFC en algunas botellas de vino para conocer en profundidad la historia de su producción, variedad de uva, vídeos didácticos y otros materiales.
El balón oficial del Mundial de Rusia 2018, el Telstar, también incorporó esta tecnología en primicia. Su función era enviar los datos recogidos por otros sensores dispuestos dentro del balón y así medir su trayectoria, fuerza de patada, rotación y metros en movimiento.
Y si de turismo hablamos, solo hace falta recordar el sistema que se implementó en la ciudad de Granada, en el acceso a la Alhambra. Un éxito de fórmula —agilizando el control en tornos y la validación de entradas— que incluso ha sido extendido a las redes de autobuses urbanos.
Cómo se presenta el futuro de la tecnología NFC
El año pasado, grandes eventos como el Mobile World Congress (MWC) implementaron NFC Badge, acreditaciones muy sencillas que agilizan todo el proceso de acceso a un recinto —ferial, de transporte, de viaje, o incluso a nuestro propio lugar de trabajo—. Bajo el mismo marco también se presentó el nuevo Wireless Charging Specification (WLC), con el cual un usuario puede cargar pequeños dispositivos. El NFC opera con 1 W y dentro de la frecuencia 13,56 MHz, así que esta es una medida pensada para gadgets como auriculares inalámbricos o wearables.
Solo hace falta salir a cenar a un restaurante para entender el valor capital del NFC en el marco de la COVID-19 —y la gestión del futuro, en general—. Todas las cartas plastificadas de los restaurantes han pasado a ser códigos grabados o simples pegatinas impresas sobre las mesas o la vajilla que nos mandan a una URL con la carta de marras. Y aunque esta pandemia nos ha llevado a entender nuevos significados de la palabra contactless, no está todo dicho aún en el futuro de esta tecnología.
Las posibilidades del NFC son enormes: eliminan el emparejamiento y sincronización entre dispositivos para simplificar procesos. Lo que redunda en una ágil transferencia de fotos, por ejemplo. Aplicaciones como Trigger nos permiten compartir wifi sin tener que aprendernos claves y muy probablemente nuestras futuras tarjetas médicas hagan lo mismo.
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