No hace mucho tiempo, en España eran muchos los que pirateaban contenidos en Internet, como películas o series. Incluso lo reconocían públicamente y se jactaban de ello.
Sin embargo, en los últimos años, la piratería de películas, series de televisión o música ha empezado a caer y ahora la tendencia a la baja es clara.
Según datos del último ‘Observatorio de la piratería y hábitos de consumo de contenidos digitales’, realizado por la consultora GfK, desde 2015 la reducción ha sido del 12% en líneas generales. Pero en formatos muy de moda, como las series, ha sido incluso mayor, llegando al 27% sólo en 2018. ¿Qué está pasando para que en este país estemos dejando de piratear?
Pues, por un lado, está el desembarco de los modelos de suscripción a precios asequibles de plataformas como Orange TV, Netflix o Amazon, que han entrado con una oferta masiva y en muchos casos de buena calidad. Sus producciones más relevantes, como Juego de Tronos, son seguidas por millones de espectadores. Además, hay que destacar las ofertas de las grandes operadoras, que incluyen completos paquetes de Internet + móvil + televisión también por unos precios muy ajustados. Aunque el streaming de calidad llegó tarde a este país, definitivamente ha venido para quedarse.
“La oferta legal por internet está dinamitando al público pirata”, sostiene Elena Neira, profesora de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y experta en plataformas audiovisuales. Parece claro que, cuanto más y mejor oferta legal haya, menos necesidad tendrán los usuarios de buscar unos contenidos piratas. Contenidos que, por otro lado, elevan el riesgo de infección de sus equipos, se ven con muchas interrupciones publicitarias y molestos banners y pop-ups y, finalmente, pueden traer indeseadas consecuencias jurídicas. Hay que recordar que el delito contra la propiedad intelectual está tipificado en el artículo 270 del Código Penal y puede comportar multas e incluso penas de cárcel.
Muchos están dispuestos a pagar
Los españoles están hartos de la publicidad invasiva que muestran los sites de descargas. Según los datos del observatorio, entre el 39% y el 49% de los consumidores piratas (la cifra varía según hablemos de fútbol, libros, películas o series) estaría dispuesto a pagar para evitar esa publicidad. Esta cifra es muy alta en los partidos de fútbol, la música y las series. Sectores en los que más del 78% estaría dispuesto a pasar por caja.
Los bajos precios de los contenidos en streaming explican la caída de la piratería. Pero también la cantidad y calidad de la oferta legal que ha surgido en torno estas plataformas. Y es que, según los expertos, antes se pirateaba en parte porque los titulares de los derechos de una película o de una canción, por ejemplo, no licenciaban para terceros. Pero hoy, con webs como Spotify, la situación es bien distinta.
Además, los usuarios valoran mucho la posibilidad de compartir contenidos con otras personas o poder verlos en varios dispositivos de forma simultánea. También aprecian poder grabarlos y disfrutarlos en cualquier momento, incluso sin conexión a internet. Y todo desde aplicaciones de manejo muy intuitivo.
Todo esto ha llevado a que hoy, al contrario que en el pasado, por fin tenga prestigio contratar servicios de pago, y no lo contrario. De hecho, según datos de la CNMC, ya más de un tercio de los hogares conectados a internet en España utiliza plataformas de pago para ver contenidos multimedia.
aún queda mucho por hacer
De todas formas, queda mucho camino por recorrer para erradicar definitivamente la piratería. Según el observatorio de GfK, en 2018 se registraron nada menos que 4.348 millones de accesos ilegales a contenidos culturales, lo que supone una media de casi 12 millones de descargas ilegales al día. Más de 8.000 por minuto.
Por tipos de contenido, los más pirateados son las películas (32% de usuarios acceden de forma ilegal), seguidas de la música (31%) y las series (29%). Pero, a pesar de todo, el despegue del consumo legal es incuestionable. Las series son un buen botón de muestra. En 2017 solo un 48% de los usuarios reconocían acceder a ellas de esta forma. El año pasado ya eran un 61%. Los hábitos de los españoles están cambiando a toda velocidad porque ya no mola tanto piratear, ni hay razones para hacerlo.
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