En la actualidad, existen más teléfonos móviles operativos que habitantes. En su amplia mayoría, la esperanza de vida de estos dispositivos no supera los 3 años y por eso es tan importante reciclar móviles.
Esto provoca que, solo en España, se desechen 20 millones de teléfonos, muchos de los cuales no son reciclados, y se estime que haya unos 3 millones olvidados en los cajones. Si se reciclasen correctamente, se evitaría que sus componentes acaben en basureros electrónicos de grandes dimensiones, en el agua o filtrados en la propia tierra; y permitiría que se recuperen materiales que podremos usar de nuevo en otros aparatos. Por eso, Fundación Orange, en su compromiso por la recogida de estos móviles usados y la economía circular, ofrece algunas pautas para mejorar la reciclabilidad de estos terminales en desuso y avanzar hacia un entorno más sostenible.
¿Por qué reciclar móviles?
Alrededor del 97% de los materiales que los componen son reciclables, en cambio, la batería es su parte más contaminante. Una sola batería de litio llega a contaminar hasta 600.000 litros de agua. Esto implica que cada vez que un dispositivo no se recicla de forma adecuada, libera sus materiales tóxicos (arsénico, antimonio, plomo, entre otros metales pesados), lo que causa daños irreparables en el medio ambiente.
En respuesta a esta problemática, el reciclaje de móviles ofrece importantes ventajas que van desde la reducción del impacto ambiental de los residuos tecnológicos, a la lucha contra la obsolescencia programada y la mitigación del uso de los “minerales de sangre”, como se conoce a los que son extraídos de zonas de conflicto armado.
“El 95% de la contaminación que produce un smartphone se genera a lo largo del proceso de fabricación del dispositivo. Cuanto más se alargue la vida útil de un dispositivo más estaremos contribuyendo a mejorar la salud ambiental de nuestro planeta” afirma Daniel Morales, director de la Fundación.
aprender a reciclar móviles
Incluido en Orange Digital Center, su plataforma de cursos gratuitos, la Fundación Orange cuenta con una formación, en formato juego didáctico, bajo el nombre “Economía Circular: reciclaje de móviles” que se dirige a todas aquellas personas que quieran tener conocimientos de los beneficios que aportan el correcto tratamiento de los terminales móviles. En ella, se enseñará sobre las materias primas y sustancias peligrosas que se concentran en los dispositivos móviles, las diferentes opciones de creación de nuevos productos a través de los terminales en desuso, entre otras lecciones que enseñarán cómo reciclar nuestros móviles correctamente.
Otras formas de reciclaje
Además de las anteriormente citadas, existen otras opciones para dar una segunda vida a nuestros smartphones. Una buena opción es dar un uso alternativo en casa al teléfono, bien empleándolo como móvil de repuesto u opciones más creativas como altavoz inteligente, como cámara de vigilancia o vigilabebés, reproductor de música o simplemente aprovechando su almacenamiento. También, en caso de que el móvil esté en buenas condiciones puede valorarse la posibilidad de la venta de segunda mano, para recuperar así parte del dinero invertido.
También, existen empresas como Orange que tiene entre sus fines de sostenibilidad medioambiental la recuperación de móviles en desuso. De hecho, Orange lleva años impulsando la campaña ‘1 móvil = 1 árbol’, por la que plantará un árbol por cada teléfono móvil que se entregue en sus tiendas, con el fin de contribuir así a la reducción de emisiones de CO2 reforestando el Bosque La Umbría, en Ejulve-Teruel
“Cuando hablamos de reciclaje inmediatamente nos viene a la cabeza en qué contenedor tiramos la basura. En cambio, el reciclaje es un universo que merece la pena explorar. Ofrece muchas posibilidades y muchas opciones para dar una nueva vida a un objeto que ya no empleamos. En ese sentido, el número de dispositivos móviles activos e inactivos se ha multiplicado durante los últimos años y es de vital importancia para nuestro futuro y para nuestro planeta alargar su vida al máximo y reciclarlos como es debido, una vez su uso no se pueda prolongar más. Esto responde a los principios básicos de la economía circular y del compromiso que debemos mantener con el medioambiente”, añade Morales.