Los videojuegos son la forma más divertida y compleja de entretenimiento de nuestro tiempo. A menudo, crear uno bueno es más complicado que rodar una película o escribir un libro. No en vano, los presupuestos del sector han superado los que se dedican al cine. Sin embargo, 70 años de historia nos han enseñado que nada es más importante que una idea brillante.
Los pioneros
El nacimiento de los videojuegos está vinculado al final de la Segunda Guerra Mundial. En 1947 se presentó el dispositivo Cathode-Ray Tube Amusement Device, inspirado en las pantallas de radar utilizadas durante el conflicto. Se podían lanzar misiles con un mando. Obviamente no había pantallas, sino un verdadero radar, con pegatinas para representar los objetivos.
En 1958, el ingeniero Willy Higinbotham trabajaba en el Brookhaven National Laboratory, un centro de investigación del Gobierno estadounidense. Para la anual apertura al público del laboratorio, Higinbotham decidió mostrar a los visitantes algo diferente. Convirtió un osciloscopio en un juego en el que se comandaba un punto luminoso que simulaba los rebotes de una pelota en una cancha de tenis. Era Tennis for two, posiblemente el primer videojuego de la historia.
Higinbotham encontraba interesante la posibilidad de mostrar de una manera simple y entretenida el funcionamiento de una herramienta tecnológica compleja. No pensaba en absoluto en un posible desarrollo comercial de su juego.
En 1961, Steve Russell, un estudiante del MIT, programó Spacewar en una de las enormes computadoras DEC PDP-1 de la facultad de ingeniería eléctrica. Lo que diferencia Tennis for Two de Spacewar es el elemento de desafío presente en el segundo. Spacewar tenía una ambientación espacial, como consecuencia del interés hacia el espacio típico de la década de los 60.
Gracias al boca a boca entre estudiantes, Spacewar se difundió rápidamente en todas las universidades estadounidenses. Para muchos representó el impulso para acercarse al mundo de la programación. Steve Russel pensó en la posibilidad de comercializar su Spacewar, pero no podía imaginar que alguien pudiera pagar para jugar con aquello.
El éxito comercial
El ingeniero electrónico Ralph Baer, en 1966, intuyó que los 40 millones de televisores de los estadounidenses podían convertirse en excelentes herramientas para jugar. Fabricó un dispositivo, la Brown Box, con un juego de ping-pong muy similar a Tennis for Two: The Bucket Filling Game. Incapaz de encontrar un acuerdo con las televisiones por cable, Baer logró vender su prototipo a Magnavox.
Magnavox, a su vez, en 1972, lanzó Odyssey, la primera y rudimentaria consola de videojuegos. Era en blanco y negro y no tenía sonido. Contenía 12 juegos y en la caja había pantallas de plástico de varios colores que se superponían a la televisión. También se podía conectar un dispositivo externo, una escopeta llamada Light Gun. Se vendía por 100 dólares y no tuvo mucho éxito.
Dos años antes, Nolan Bushnell había creado Computer Space, parecido a Spacewar. El juego se vendía dentro de una máquina similar a los viejos pinballs. Computer Space fue así el primer videojuego arcade de la historia. Sin embargo, era demasiado complicado y el público lo ignoró.
Bushnell no se dio por vencido y, en 1972, se inspiró en el juego de Magnavox para crear Pong, el juego más famoso de la historia. En el mismo año fundó Atari. Con un capital inicial de 500 dólares, la empresa se convertirá en una compañía de 2.000 millones de dólares al año en menos de una década. Pong inauguró la edad de oro de los salones recreativos.
A finales de los 70 y principios de los 80 llegaron los primeros microordenadores para competir con el sector de las consolas. El Commodore 64 se vendió principalmente a una audiencia de jugadores y ayudó a introducir a muchos de ellos en el mundo de la programación.
La entrada en escena de Japón
En 1978, en Japón, Taito lanzó Space Invaders. El juego se inspiró en el título de Atari Breakout. Este último había sido realizado por un joven Steve Jobs, en colaboración con Steve Wozniak. Space Invaders fue el primer videojuego en introducir una narración y era potencialmente infinito.
Otro paso decisivo en el desarrollo del sector japonés fue el lanzamiento de Pac-Man. Creado por Namco en 1980, fue el primer videojuego en presentar un personaje con el que identificarse. Tan solo en 1981 se vendieron más de 100.000 maquinitas y en pocos meses se convirtió en una verdadera estrella. La simpática pelota amarilla incluso terminó en la portada de ‘Time’.
En esos mismos años, una compañía que llevaba un siglo en la producción de naipes, decidió lanzarse en el entretenimiento electrónico. Era Nintendo. Los primeros títulos fueron un fracaso, hasta que llegó Shigeru Miyamoto, considerado el diseñador de juegos más influyente de todos los tiempos. Inventó Donkey Kong y los llamados plataform games, donde se tenía que caminar, correr, saltar o escalar sobre una serie de plataformas.
1983 es el año del NES (Nintendo Entertainment System) y de un fontanero italiano llamado Mario. En 1985, llegó también el Sega Master System. La patria de los videojuegos se traslada así de Estados Unidos a Japón.
De Nintendo salió también, en 1989, la Game Boy, la primera plataforma de juego móvil, que venderá más de 120 millones de copias. Parte de su éxito se debe a Tetris, el juego creado por el matemático ruso Alexey Pajtnov. Al año siguiente, llegaron los Pokémon de Satoshi Tajiri, una combinación sin precedentes de coleccionismo y juego.
Los videojuegos ya no tienen límites
En 1994, Sony lanzó la PlayStation, que en siete años vendió más de 110 millones de modelos. Es la llamada quinta generación de consolas, caracterizada por el uso de cd-rom en lugar de cartuchos. Uno de los mayores éxitos producidos para Play Station fue Tomb Raider, en 1996, desarrollado por Core Design. Tomb Raider fue el primer juego en combinar aventura y acción en un entorno 3D. Pero, sobre todo, presentó a la primera protagonista femenina: Lara Croft.
Los años 2000 en realidad comenzaron en 1989. Cuando Will Wright creó SimCity, el primer juego que convierte la vida cotidiana en una empresa espectacular. Diez años más tarde, en 2000, llegaron Los Sims, el primer simulador de vida diaria. Así los videojuegos pasan a ser un pasatiempo para todos, conquistan incluso al público femenino y a los que nunca había jugado. En poco tiempo, Sims se convertirá en el título más vendido de la historia.
2000 es también el año de la sexta generación de consolas. Llega la Playstation 2, la consola más vendida de la historia (más de 150 millones de unidades). Un año después, en los Estados Unidos, nace la primera Xbox, de Microsoft. Ambas consolas usan el DVD y ofrecen conexión a internet. En 2006, un año después de la Xbox 360 y la Playstation 3, aparece la Wii de Nintendo. Esta consola rompe definitivamente las barreras del público objetivo de los videojuegos. Ahora es un asunto de toda la familia.
Nuestros días
En 2007 nace el primer iPhone, que lleva los videojuegos literalmente a los bolsillos de todos, con títulos tan emblemáticos como Angry Birds. A partir de ese año, la facturación de la industria del videojuego empieza a despegar y alcanza los 100.000 millones de dólares en 2016.
Hoy el mercado mira hacia los dispositivos móviles y las redes sociales. Facebook es considerada la plataforma de juegos más extendida, gracias a fenómenos como Farmville.
La realidad aumentada y virtual son el siguiente paso y lo mejor, como cualquier jugador bien sabe, aún está por jugar.
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