El periodista de datos Kiko Llaneras ha creado un método para hacer los datos más cercanos y comprensibles, ‘Piensa claro. Ocho reglas para descifrar el mundo y tener éxito en la era de los datos’, que recientemente presentó en un evento organizado por DigitalES (Asociación Española para la Digitalización).
Claves para pensar claro
A lo largo de la charla, Llaneras fue desgranado estas reglas y desgranando ejemplos para explicar los distintos puntos de su método:
- Acepta la complejidad del mundo
- Piensa en números
- Protege tus muestras de sesgos
- Asume que atribuir causas es difícil
- No desprecies el azar
- Predice sin negar la incertidumbre
- Admite los dilemas
- Desconfía de tu intuición
Por ejemplo contó cómo, gracias al periodismo de datos, se puede observar que si un niño quiere llegar a ser futbolista profesional lo tiene el doble de complicado respecto a los de su misma edad si no nació en los primeros meses del año. No se trata de una casualidad: Los nacidos antes suelen ser más listos y fuertes, lo que hace que normalmente jueguen mejor.
Lo cierto es que, a edades tempranas, unos meses de diferencia pueden marcar mucho en su desarrollo. A esto se suma que, como juegan mejor, sus padres se vuelquen con ellos apuntándoles a un equipo, llevándoles a entrenamientos, etc. Algo que no hacen con los niños más pequeños… porque juegan peor.
Pero esto es solo un ejemplo que se puede aplicar a muchos otros ámbitos y que demuestran que el mundo es más complejo de lo que parece.
La realidad es compleja
Por eso, para tratar de pensar claro es necesario comenzar aceptando la complejidad del mundo y tratar de sacar provecho de los datos, tan abundantes en esta época. Tan copiosos que es necesario hacer una criba y saber analizarlos teniendo en cuenta muchas variables. “Una labor del analista de datos en una organización es ser juez. No es fácil pero es un expertise necesario porque tomar malos datos es sencillo”, comentó Llaneras.
Nosotros además tuvimos ocasión de hablar con él personalmente y preguntarle cómo podemos estar seguros de que los datos que tomamos para analizar un problema son fiables y suficientes. En este sentido, el periodista nos habla de “dos buenas prácticas: valorar la fuente de los datos en cuestión, y entender lo mejor posible cómo se han obtenido y qué miden exactamente”.
“Al mismo tiempo —continúa— en general es mejor aceptar que ninguna información ni ningún dato resuelve por entero una pregunta. Casi nunca es así. Nos tenemos que reconciliar con la idea de que vivimos bajo incertidumbre, y tomamos decisiones con información incompleta. La alternativa es creer firmemente, rotundamente, en ideas no suficientemente fundadas. Esa es la forma que nos resulta más naturales —tener creencias firmes aunque a menudo equivocadas— pero es una alternativa peor”.
Por este motivo, un personaje como Barack Obama asumía que los problemas que llegaban a él no tenían solución y, para poder dormir tranquilo, lo que hacía era pensar en probabilidades: “Hacían un trabajo de escuchar, pensar y entender sus retos lo mejor posible. Luego asumía que no tenían una respuesta segura, pero tomaban el camino que juzgaban —probablemente— el mejor”, nos cuenta Llaneras.
La objetividad sí existe
O al menos así lo cree Llaneras, quien cuenta cómo al llegar al mundo del periodismo le sorprendió que una parte importante de los profesionales de este sector pensaran que la objetividad es un mito. Para él la objetividad sí que existe y es algo que hay que perseguir para, al menos, “quedarse cerca”. Y para ello recomienda “datos, curiosidad y una mirada híbrida”.
Hablando de periodismo de datos salió a colación el clickbait, “un tema muy relevante” para Llaneras, quien considera que “un medio serio no debe elegir el titular que capta más atención. Debe ser fiel al contenido de la noticia, no mentir y ser real”.
Con la premisa de que “es difícil predecir cuál va a ser un buen titular, pero puedo ensayarlo”, el periodista contó que en El País han realizado algunos experimentos. Por ejemplo durante las últimas elecciones en Cataluña, donde hicieron que, durante unos minutos y al azar, quien entrara a su home viera distintos titulares de una misma noticia (en el mismo lugar, con la misma foto, etc).
El resultado fue que un titular concreto, el más soso periodísticamente hablando, tuvo entre el doble y el triple de clicks que el otro. Eso sí, para Llaneras es importante que el titular, por plano que sea, cumpla la premisa de ser fiel al contenido de la noticia y no mentir.
A pesar de eso, para Llaneras lo que convierte una noticia en clickbait no es el titular sino el contenido, “si lo que pones dentro está mal. Lo malo es prometer algo y luego dar basura”, sentencia el experto.
Chat GPT y los periodistas
Hablando de periodismo de datos no podíamos dejar pasar la ocasión de preguntarle a Llaneras por el papel que las inteligencias artificiales pueden llegar a jugar en este ámbito, y si una aplicación como ChatGPT puede llegar a sustituir a los periodistas.
En este sentido, el experto cree que “la IA será muy pronto una herramienta para periodistas. Las usaremos para resumir, editarnos, hacer borradores, sugerirnos titulares, ejemplos o posibles estructuras”.
“Esa fase —continúa—, digamos que tándem, de humanos trabajando con asistentes de inteligencia artificial, la veo encima: ¿normalizada en dos o cinco años? Puedo equivocarme”.
Por otro lado, Llaneras también ve factible “que nos reemplacen en ciertas tareas. Los directos en texto de partidos de fútbol: ¿Puede un chatbot describir minuto a minuto lo que ocurre en el campo viendo solo eventos y estadísticas? Sí. Creo que podría hacerse hoy”.
Aun así, suplantarnos en otro tipo de trabajo periodístico es reto mayor. Primero, porque esta generación de IA no es de momento muy buena diferenciando realidad y hecho solo aparentes. Y sobre todo, porque no tienen nada parecido a una intención. Y sin eso, no pueden pasar de un asistente, ya sea para hacer periodismo, literatura o cualquier forma de arte”.
“Es más fácil engañar con pocos números”
En 2023 tendremos que acudir a las urnas en más de una ocasión (hay elecciones generales, municipales y, en muchos casos, autonómicas) por lo que era bastante lógico que el tema de las encuestas electorales apareciera en la charla.
No en vano, el análisis de las encuestas electorales y los posteriores resultados es una las tareas más importantes que lleva a cabo Llaneras en El País. En este sentido el periodista dio algunas claves para saber interpretarlas de forma correcta: la primera que “claramente la mezcla funciona” y que hacer un promedio de lo que dicen las diferentes encuestas realizadas es la mejor estrategia.
Por otro lado, pone de relieve cómo a veces exigimos a las encuestas más de lo que pueden dar, destacando que los resultados cambian según se va acercado la fecha de los comicios (en las actuales “la gente aún no está pensando en votar”), tendiendo a igualarse.
Aun así, Llaneras está convencido de que las encuestas electorales son el mejor instrumento para predecir el resultado de unos comicios: “Predecimos elecciones mejor que muchas otras cosas, mejor que un partido de fútbol, pero no son infalibles”.
Por último, preguntado al respecto de cómo algunos políticos utilizan datos sesgados para “retorcer la realidad”, Llaneras opina que «es más fácil engañar con pocos números”. Así, cuando alguien pretende usar los datos de forma partidista “suele exponer pocos datos, poniendo el foco en lo que le interesa”.
Sin embargo, “como la realidad es muy compleja hay que tener en cuenta muchos datos”, que es lo que deben hacer los medios serios, “jerarquizando la información”.
Pensar claro en el día a día
Cambiando de tercio, nos pareció muy interesante intentar averiguar cómo se puede aplicar el método en nuestra vida cotidiana, más allá del uso que puedan hacer de él perfiles muy concretos como los periodistas de datos o los analistas de empresas.
En este sentido, Llaneras cree que ‘Pensar claro’ ayudará “a un montón de profesionales, porque muchos tenemos que tomar decisiones con información incompleta en nuestra actividad diaria”.
“¿En la vida cotidiana? También. Por supuesto, no queremos esa mirada analítica para todo, pero te ayudará en grandes decisiones, cuando buscas una hipoteca, escoges el colegio de tu hija o te planteas cambiar de trabajo” cuenta Llaneras.
“Por ejemplo —continúa—, imagina que te apetece comprarte una casa con jardín. Te imaginas ahí haciendo barbacoas en verano y esa imagen casi te decide. Pero, si has leído que las personas caemos en la «falacia de las apuestas unilaterales», y que tomamos decisiones viendo solo medio problema, igual haces un esfuerzo extra en ver los dilemas de esa compra: tendrás barbacoas, sí, pero a cambio habrá que cortar el césped, recoger las hojas, pagar IBI y quizá un jardinero, y ya te falta el tiempo y el dinero”.
Por otro lado, el autor apunta ciertas “ventajas filosóficas. Elegir el colegio de tus hijos puede ser estresante: ¿si te equivocas, los vas a condenar? Saber que «el mundo es complejo» te dirá que está bien en tratar de elegir bien —porque todo contribuye—, pero también que nada es determinante —porque influyen muchas cosas—. Además, sabrás que las personas sufrimos de un «efecto foco», vas a exagerar la importancia de cualquier cosa cuando estás pensando en ello, como te pasa con el colegio en los días de decidir. Hay cierta paz que ganar si incorporas estas ideas en tu vida. Al menos para cierto tipo de personas”.
Imágenes | Foto de Kiko Llaneras y El País.