Donde hay un problema hay una oportunidad y donde hay muchos problemas hay múltiples oportunidades. Y el periodismo atraviesa ahora mismo por muchos problemas, tantos que parece estar muriendo. Pero a la vez está más vivo que nunca, tal como demuestran múltiples proyectos de jóvenes periodistas emprendedores.
El negocio decae pero la atracción por el oficio aumenta: 21.662 jóvenes se matricularon en Periodismo en el curso 2015-2016, un 8,9% más que el año anterior, pese a que la opinión mayoritaria es que les será muy difícil encontrar su primer empleo, según el Informe Anual de la Profesión Periodística 2016, realizado por la Asociación de la Prensa de Madrid.
No hay negocio, pero sí los instrumentos tecnológicos para hacer casi cualquier tipo de periodismo que nos podamos imaginar. La gente se ha acostumbrado al gratis total y la publicidad sostiene cada vez peor un modelo que está en proceso de reinvención sin saber muy bien qué camino tomar.
Pese a ello, más de 16.000 jóvenes se han licenciado en los últimos cinco años en Periodismo. Antes de la crisis, muchos de los que salían de las facultades se dedicaban a otras cosas nada más acabar. Ahora pasan directamente a la desocupación. Pero no en todos los casos. Hay un grupo, todavía minoritario pero cada día más numeroso, que apuesta por un tercer camino: emprender.
¿los buenos tiempos del periodismo?
Son jóvenes periodistas que no añoran los buenos tiempos del periodismo porque, entre otras razones, no los han conocido.
Son jóvenes periodistas que en algunos casos, además, han encontrado unos aliados inesperados: otros periodistas con una cierta trayectoria profesional que han sido expulsados del mercado laboral, ya sea por la coyuntura económico-empresarial-tecnológica o por malas decisiones directivas en las empresas que trabajaban.
Estos periodistas emprendedores están sacando todo el significado a la expresión ‘hacer de la necesidad virtud’, esto es, intentar sacar ventaja de la desventaja y beneficio de la desgracia. En realidad, no les ha quedado otro remedio.
En el podcast Escuela de Periodismo, he tenido ocasión de hablar con algunos jóvenes periodistas que se han resistido a ver morir su sueño de ejercer esta profesión y han decidido emprender un camino lleno de dificultades.
Por ejemplo, Sergio Pascual y Lucía Abarrategui, unos jóvenes periodistas que, durante sus últimos años de formación y tras peregrinar sin éxito por diferentes medios, se sintieron cautivados por la radio, decidieron unirse, arriesgarse, lanzarse a la aventura emprendedora y crear su propio proyecto, Laboratorio de Radio, organizando actividades dirigidas a niños y personas mayores. Ofrecen sus servicios a colegios, institutos, residencias y ayuntamientos en una apuesta por la radio como un recurso pedagógico, con el que fomentar la imaginación y las capacidades comunicativas.
periodistas emprendedores que no entienden de cobardías
Son periodistas que no entienden de cobardías. Como Toni Moret, un joven canario, estudiante en la Universidad Complutense, que cansado de ver las escasas prácticas en la facultad decidió pasar de la cómoda crítica a la exigente acción.
Se le ocurrió crear una plataforma «donde los universitarios pudieran poner en práctica lo que están estudiando en las aulas y actuar como profesionales antes de su salida al mercado laboral». Y fundó Infomix, una plataforma audiovisual que divide sus servicios en un canal de televisión online a la carta, donde los contenidos son realizados por universitarios, y en una productora audiovisual a terceros.
“Son jóvenes que llegan con las habilidades necesarias, con las sensibilidades adecuadas. Pueden pensar bien, escribir bien. Son brillantes, enérgicos, entusiastas. Aman lo que el periodismo puede lograr. Entienden su rol vital en la sociedad. Aprecian que haya nuevas formas de contar historias altamente efectivas, que aprovechan las poderosas herramientas que tenemos disponibles”, dijo Martin Baron, director de The Washington Post, en el discurso de clausura de los Premios Gabo 2016.
Esta generación de periodistas emprendedores ha dedicado tiempo a su formación, maneja las herramientas digitales y quiere un periodismo que dé servicio a la comunidad.
Estas tres características las reúne Newskid, un proyecto multiplataforma en el que la periodista Eva Domi?nguez lleva trabajando desde hace años. A través de la realidad aumentada pretende acercar la actualidad a niños de 8 a 12 años de manera divertida y sencilla, con el objetivo de involucrarles y que aprendan a entender las noticias que leen y escuchan.
periodismo nativo digital
Son solo tres ejemplos de verdaderos periodistas nativos digitales, empeñados en lograr que su profesión funcione para la gente de su generación, y que demuestran que el periodismo como auténtico servicio a una comunidad ha dejado de ser una brumosa y bienintencionada aspiración.
Para estos y otros muchísimos periodistas emprendedores con modestos proyectos, como El Salto o Datadista, mejorar el periodismo que se hace actualmente se ha convertido en una cuestión de supervivencia.
Naturalmente, nadie tiene asegurado el éxito, pero estos periodistas y otros tantos que están trabajando en proyectos modestos, han tenido la enorme virtud de enfrentarse a un problema y empezar a preguntarse qué querían hacer, cuál era el rumbo que deseaban tomar, y han pasado a la acción.
Martin Baron lo tiene muy claro: “Estamos en una sociedad digital y será mejor que nos adaptemos. No solo adaptarnos, sino acoger el cambio con entusiasmo”.
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