Vale que un puesto de trabajo en grandes empresas o grandes multinacionales suele ser sinónimo de cierta estabilidad -o al menos antes lo era- y que está probablemente mejor remunerado que el mismo puesto en una empresa empqueña. Pero lo cierto es que es un trabajo que muchas veces coarta al empleado, como trabajador y como persona, que ve limitadas sus posibilidades de promoción y ascenso, de aprendizaje o incluso de desarrollo e innvocación, y se ve confinado a un trabajo monótono que no le aporta más que dinero. Romper con esa dinámica es precisamente lo que atrae a muchos trabajadores al mundo del emprendimiento y éstas son algunas de las razones que justifican el cambio:
#1. Reconocimiento:
Trabajar en una gran empresa es casi sinónimo de pasar desapercibido. No importa cuán duro trabajes porque lo más probable es que no obtengas reconocimiento por ello, al menos la mayor parte del tiempo, y sobre todo si estás en prácticas o eres una trabajador del nivel básico.
En una startup, sin embargo, toda la plantilla, incluso la empresa misma «está en prácticas». Estás ayudando a levantar el negocio y eso significa que tu trabajo será reconocido casi instantáneamente.
#2. Aumento de responsabilidades:
Si te sientes desmotivado porque te has estancado en tu trabajo y ya no te atribuyen nuevas responsabilidades, entrar a trabajar en una startup puede ser la solución a tu problema. En una empresa que está empezando no hay tiempo ni presupuesto para gente poco trabajadora o poco comprometida.
#3. Se establecen vínculos con los compañeros de trabajo:
Una startup empieza necesariamente siendo una empresa pequeña en la que prácticamente todos los empleados tienen que trabajar codo con codo. Esto favorece la dinámica de trabajo en equipo y estrecha relaciones entre los trabajadores, incluídos empresario y becarios.
#4. Aprender de los innovadores:
El concepto de startup está inseparablemente ligado a la idea de unnovación. Esto significa que, si trabajas en una startup, te vas a ver inmerso desde el principio en numerosos procesos creativos en las que tendrás, además, la oportunidad de trabajar directamente con sus creadores.
#5. Nuevas oportunidades:
Dependiendo de cuál sea tu actual puesto de trabajo te podría parecer que pasar a trabajar en una startup es dar un paso atrás en tu carrera profesional. Pero en ella vas a desarrollar habilidades y destrezas profesionales que nunca ganarías en una multinacional. Además, no sólo puede compensar la experiencia una reducción en tu salario sino que, es probable, que tu CV acabe beneficiándose en un futuro de haber ligado tu nombre al de estos emprendedores.
#6. Exprimir todas tus habilidades:
Como decíamos antes, en una startup no hay hueco para personas poco trabajadoras. Eso significa que vas a tener que sacar todos tus conocimientos, incluso los que aún no tienes, y ponerlos a funcionar a pleno rendimiento. ¡Aprenderás más de tu experiencia en el lanzamiento de la nueva empresa que todos tus años de universidad y multinacional juntos!
#7. Acabar ganando mucho dinero:
Vale, es cierto que en un principio trabajar en una startup signifique renunciar a una parte de tu salario. Sobre todo si la empresa está empezando. Pero también es verdad que el objetivo final de la startup será expandirse y crecer, y tienes muchas oportunidades para aumentar tus ingresos en ese proceso. Lo más probable de hecho es que, si la empresa alcanza el éxito esperado, acabes ganando más que en tu anterior puesto de trabajo.
Vía: Entrepreneur