Los protagonistas de la entrevista, además de Abraham Esteve-Núñez, investigador de IMDEA Agua y director cienti?fico de METfilter, son unas bacterias electroactivas capaces de depurar, sin coste energético, hasta 25.000 litros de aguas residuales al día y darles un segundo uso. Esta tecnología electroquímica microbiana (MET por sus siglas en inglés), ya disponible en el mercado, se denomina METland® y se ha desarrollado con capital público español y europeo.
Implementada en diferentes latitudes, climas y lugares de España (Carrión de los Céspedes, Sevilla), Dinamarca, México y Argentina entre 2015 y 2018 a través de iMETland, un proyecto del programa de innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea coordinado por Esteve-Núñez, en la actualidad es METfilter, una startup fundada por el Instituto IMDEA Agua y la Fundación Centro de las Nuevas Tecnologías del Agua (Centa), la responsable de su comercialización.
– Agua, bacterias, electricidad… ¿Cómo empezó todo?
Las depuradoras convencionales son sistemas fabricados en hormigón, con un gran impacto ambiental y que, además, suelen generar olores. Hace décadas que existen tecnologías que son mucho más amables y que utilizan sistemas naturales para depurar el agua sin gasto energético e integración paisajística. Funcionan por toda Europa pero tienen una limitación: necesitan mucho espacio porque al estar basadas en ciclos naturales van al ritmo de la naturaleza, no los puedes acelerar.
Hace diez años fui a visitar la Fundación Centa, un instituto de la Junta de Andalucía de tratamientos de aguas mediante sistemas naturales como humedales artificiales y lagunajes. Yo había trabajado en la Universidad de Massachusetts con unos microorganismos, denominados electroactivos, capaces de producir electricidad a partir de contaminantes.
En lugar de utilizar estas bacterias en reactores bioelectroquímicos sofisticados, decidimos integrar este concepto innovador en un sistema de depuración natural, que era lo que me atraía. Al hacerlo, multiplicamos por diez su eficiencia.
Está pensado para pequeñas poblaciones aisladas, que son las que quedan por depurar y que no son pocas; más de 2 millones de personas en España y 40 millones en Europa.
– ¿Cómo funciona el sistema?
Cuando depuran agua, los microorganismos eliminan los contaminantes, ya que son su fuente de carbono y energía. Para hacerlo, establecen comunidades microbianas donde comparten recursos y productos, de la misma manera que nosotros interactuamos con otros vecinos de nuestra comunidad. Estas interacciones se han visto incrementadas con el uso de las redes sociales o el WhatsApp.
Algo así ocurre en el sistema METland®: las bacterias incrementan las interacciones dentro de su comunidad depuradora al compartir electrones, utilizando como soporte un sustrato conductor de la corriente eléctrica. Hemos conseguido ‘cablear’ comunidades microbianas que estaban distanciadas en el espacio. Al generar una comunidad más interconectada, las bacterias se pueden comer de forma más eficiente a los contaminantes.
– ¿Y qué aspecto tiene?
Estéticamente, parece un espacio ajardinado, con plantas en la superficie de un lecho electroconductor que alberga el crecimiento de las bacterias electroactivas bajo las plantas. El sistema no solo depura contaminantes, sino que elimina nutrientes y baja la huella de CO? a través de la fotosíntesis. El diseño puede ser enterrado o modular, construido sobre la superficie del terreno.
En lugar de utilizar estas bacterias en reactores bioelectroquímicos sofisticados, decidimos integrar este concepto innovador en un sistema de depuración natural. Al hacerlo, multiplicamos por diez su eficiencia.
– La tecnología ya se comercializa a través de METfilter. ¿Podría decirnos dónde se ha implementado?
Hay varios sistemas para tratar el agua residual urbana en España; desde municipios de 200 personas (Otos, Murcia) a sistemas descentralizados en edificios públicos como el Instituto Madrileño de Estudios Avanzados en Alcalá de Henares, Madrid, o el Camping Los
Escullos en el Parque Natural de Cabo de Gata con capacidad para 1.000 personas.
También se ha implementado en una comunidad de 200 personas en Dinamarca, en la isla griega de Lesbos e incluso para reutilizar las aguas grises de las duchas de un club de futbol en Bélgica. En la actualidad estamos trabajando para internacionalizarlo en China y la India. El sistema ha funcionado en diferentes latitudes y climas y está pensado para pequeñas poblaciones aisladas, que son las que quedan por depurar y que no son pocas; más de 2 millones de personas en España y 40 millones en Europa.
– ¿Puede utilizarse en otros sectores?
La hemos probado con éxito en la refinería de Petronor en Muskiz (Vizcaya), que es una de las aguas residuales industriales más complicadas que hay. Su exitosa validación nos ha llevado a firmar una joint venture con esta empresa refinera para la comercialización de la solución METland® en el sector de petróleo y gas.
Una vez el sistema está operativo, solo hay que alimentarlo con más contaminantes.
– ¿Las bacterias son eternas?
Las comunidades microbianas, como todos los seres vivos, se renuevan por sí mismos. Los contaminantes son sus nutrientes y fuente de energía durante su ciclo vital natural. Una vez el sistema está operativo, solo hay que alimentarlo con más contaminantes.
– ¿Cuáles han sido los principales obstáculos a los que se han enfrentado?
METfilter se fundó hace cinco años. Como toda startup que quiere introducir un concepto disruptivo, es imprescindible generar confianza a través de usuarios que prueban el producto. En este sentido, fue importante el apoyo de Esamur, siempre a la vanguardia de la innovación en agua, para adquirir el primer sistema de depuración METland® e instalarlo en un municipio del Parque Natural de Moratalla (Murcia). Uno de los retos a nivel nacional es poder reutilizar nuestros efluentes.
La gestión del suministro y tratamiento del agua es algo que se da por hecho y solo nos acordamos cuando hay una DANA, una sequía atroz o un vertido.
A pesar de ser uno de los países que más agua reutiliza en Europa, la Administración española pone demasiadas trabas a las iniciativas privadas. Se exige una determinada calidad del agua en función de lo que quieras hacer con ella, desde baldear calles hasta regar cultivos. El sistema METland® produce un agua con calidad de reuso tras someterla a un proceso de desinfección, por lo que presenta un valor añadido en determinadas zonas con problemas hídricos.
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Imágenes | Cedida, iMETland
Naturaleza sabia y justa, solo nos queda imitarla; me gustaría saber un poco más de los BIO filtros en especial el tipo de bacteria desarrollada.