La desinformación sobre las vacunas en las redes sociales es mortal. Y no lo decimos nosotros, sino la ONU: la organización alerta sobre el impacto que pueden llegar a tener los mensajes de un solo grupo antivacunas en las redes sociales, en plataformas como Facebook o Twitter.
En los últimos años, numerosos países han visto resurgir brotes de enfermedades que se consideraban erradicadas dentro de sus fronteras, como el sarampión. Aunque no se pueden limitar las causas a un solo desencadenante, todo parece indicar que los movimientos en contra de la vacunación tienen bastante que ver en este problema.
Como no podría ser de otro modo, una de las vías que tienen estos grupos o activistas para difundir sus principios son las redes sociales. Motivo por el que varias plataformas han decidido plantar cara a las publicaciones que ponen en entredicho la importancia de la vacunación. Pero ¿hasta qué punto pueden silenciar la información?
En el ‘Top 10’
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló la negativa a vacunar a pesar de la disponibilidad de vacunas entre las diez principales amenazas para la salud global en 2019. La vacunación, indican desde el organismo internacional, es una de las formas más rentables y efectivas de evitar enfermedades. A día de hoy previene entre dos y tres millones de muertes al año, cifras que podrían incrementarse si se mejorase la cobertura global.
Sin embargo, existen varias razones por las que algunas personas deciden no vacunar. En los países en vías de desarrollo o no desarrollados, por ejemplo, destaca la dificultad (o la molestia) que conlleva acceder a las vacunas. En los países desarrollados, sin embargo, las razones tienen que ver con “la autocomplaciencia y la falta de confianza”.
Como resultado, se están dando brotes de enfermedades que pueden evitarse gracias a las vacunas, como el sarampión. A pocos días de terminar 2019, los datos eran poco optimistas. Se habían confirmado 413.308 casos, frente a los 333.445 de 2018. El motivo: cuando la cobertura baja del 95%, se corre el riesgo de que surja un brote.
“Es un fracaso colectivo que estos brotes estén ocurriendo y que haya aumentado en el número o casos y muertes, y la razón subyacente es que las personas no se están vacunando», denuncia la doctora Kate O’Brien, de la OMS. «La información errónea que se transmite a través de los canales de las redes sociales realmente está afectando las decisiones de los padres a la hora de vacunar a sus hijos, y la consecuencia es que los niños están desarrollando sarampión y algunos están muriendo».
Bloqueo de los antivacunas en redes sociales
Facebook, Instagram y Pinterest han comenzado una colaboración con la OMS para garantizar que los usuarios encuentren datos veraces sobre las vacunas cuando busquen información en las plataformas.
Parece funcionar. Al introducir términos como “vacunas” o “antivacunas” en el buscador de Facebook, aparece la siguiente información: “¿Buscas información sobre vacunas? Cuando se trata de salud, todos queremos tener información actualizada y fiable. Conoce por qué la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la aplicación de vacunas para prevenir numerosas enfermedades”. A continuación, añaden un enlace a la página de la OMS.
Otras búsquedas un poco más complejas, como “peligros de las vacunas” o “las vacunas provocan autismo” (una de las principales teorías de los antivacunas) no hacen saltar este aviso, pero sí llevan a fuentes fiables como la propia OMS, Harvard Health Publishing, Gates Foundation o American Academy of Pediatrics.
Twitter nos lleva, por otro lado, a información del Gobierno de España. “Conozca los hechos: asegúrese de tener la mejor información sobre vacunaciones. Conozca los recursos disponibles del Ministerio de Sanidad de España”.
Sin embargo, no hace falta hacer una búsqueda muy exhaustiva para encontrar grupos y activistas antivacunas en las redes sociales. Cuentas activas que tienen miles de seguidores de diferentes partes del mundo.
Encontramos a los antivacunas
Uno de los primeros perfiles que encontramos es el de Larry Cook, un activista antivacunas estadounidense con casi 34.000 seguidores en Facebook. Varias publicaciones de su perfil están canceladas por la plataforma, por contener información falsa. Una de ellas, por ejemplo, habla de los efectos secundarios de la vacuna para prevenir el virus del papiloma humano (VPH).
El mismo Larry Cook está detrás de un grupo privado, ‘Stop Mandatory Vaccination’, con más de 178.000 miembros. Facebook alerta: “En este grupo se habla de vacunas. Cuando se trata de salud, todos queremos tener información actualizada y fiable. Antes de unirte a este grupo, conoce por qué la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la aplicación de vacunas para prevenir numerosas enfermedades”.
Ir más allá para evitar que grupos como estos (y tantos otros) difundan información resulta complicado, porque puede chocar con la libertad de expresión. Sin embargo, es importante encontrar las vías para hacerlo. “La difusión de información errónea sobre las vacunas es una importante amenaza para la salud mundial, que podría hacer retroceder décadas en los progresos logrados en la lucha contra las enfermedades prevenibles», denuncia Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de ?la OMS.
Parte de la solución está en mejorar la educación científica de la población, para evitar que mensajes como los que ponen en entredicho la importancia de las vacunas terminen, poco a poco, apagándose.
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