“Es la primera vez en mi vida que escucho música dentro de mi cabeza”. La frase, dicha con lágrimas en los ojos, es de una de las personas que acudió a un concierto muy especial en el Teatro Real de Madrid en el año 2013.
La obra a la que asistía era ‘Réquiem’, de Giuseppe Verdi. Una composición de innegable calidad musical que escuchaba por primera vez. No porque antes no hubiera tenido ocasión, sino porque le había sido imposible debido a su discapacidad auditiva.
Aquel día lo que se estrenaba en este teatro no era una obra musical, sino un bucle magnético. Un sistema que facilita el acceso a las personas que necesitan un audífono o implante coclear a lugares como el cine, un museo, un hotel, el transporte público, la universidad o un centro comercial.
Cómo funciona el bucle magnético
En los lugares públicos, el ruido de fondo y la reverberación hacen que les resulte difícil escuchar la voz y percibir la calidad de la música. Además, la distancia a la que se encuentre la persona de la fuente del sonido perjudica su escucha. A más distancia, menor calidad en la recepción.
La tecnología de lazo de inducción magnética de audiofrecuencia (o bucle magnético) se encarga de que desaparezcan ambas barreras. Tanto los ruidos como la necesidad de estar pegados a la fuente de audio para escuchar la voz o la música.
Este sistema se basa en un amplificador que es el que recoge el audio. Lo que hace es introducir una corriente eléctrica en el cable (previamente instalado). Así crea un campo magnético en el área que sea necesaria. Ese campo magnético es el que contiene el audio. Su señal es la que llega al audífono o implante sin mermar su calidad. Siempre que estos últimos cuenten con telebobina magnética.
“La primera patente de un sistema de comunicación mediante un bucle de inducción magnética es de Joseph Poliakoff, de Gran Bretaña, en 1937”, nos cuenta Federico Rueda de la Peña, director de FUE. “La telebobina es el elemento que se induce con el campo magnético del bucle y que permite utilizarlo. La primera prótesis auditiva que lo incorporaba la fabricó la empresa Multitone VPM en 1938. Por lo que, aunque se considera un invento reciente, ya tiene más de 80 años de existencia”.
Obligatorio en recintos de uso público
La legislación vigente en España obliga a que este sistema se utilice en recintos de uso público en los que se produzca una comunicación. Tanto de titularidad pública como privada. Esto incluye, como apuntan desde FUE, todos los puntos de atención al ciudadano de las administraciones públicas. Además de teatros, auditorios, cines, salas de actos, salas de espera de estaciones de transporte y aeropuertos, mostradores de atención y salas de espera de hospitales. En resumen, cualquier sitio en el que se produce una comunicación entre personas o a un auditorio.
“Es tan obligatorio como las rampas, los baños adaptados o las plataformas elevadoras”, explica Rueda de la Peña a Nobbot. “El concepto ‘accesibilidad’ solo se asocia a personas en sillas de ruedas. Pero para alguien con discapacidad auditiva no poder escuchar a otro o disfrutar de una obra de teatro es una barrera insalvable”.
La instalación del bucle magnético requiere de un estudio técnico específico. Esto es necesario para saber, por ejemplo, si en la sala hay presencia de metal. Lo habitual es un sistema fijo que cubra la zona que interese –un mostrador de atención al cliente– o un espacio más amplio –una sala de cine–. El cable se instala en el suelo o el techo de forma permanente. Y va oculto para que no moleste el paso de personas, así como para conseguir el adecuado acabado estético.
“Si no se puede instalar el cableado por razones de protección arquitectónica del edificio, se opta por un sistema de bucles magnéticos personales mediante transmisión por FM”, describe Rueda de la Peña. En este caso no se necesita realizar ninguna obra. Pero la persona con audífono o implante deberá pedir un receptor que le haga llegar la señal de audio. Mientras que en la instalación fija podrá disfrutar del sonido del mismo modo que las personas oyentes.
En edificios y también en medios de transporte
Los recintos que disponen de este sistema están identificados. Se utiliza una señal azul en la que aparece, en blanco, la forma de una oreja y una ‘T’ en la esquina inferior derecha. En edificios de Reino Unido, Alemania, Francia, Noruega, Suecia o EE.UU. es habitual encontrarlo.
En España, todavía falta camino por recorrer, aunque ya se ha iniciado con buen pie. FUE, entre 2008 y 2011, se encargó del programa de Accesibilidad Universal en el Equipo Redactor del Plan Director del Palacio Real de Riofrío, en Segovia. Este proyecto piloto de rehabilitación, promovido por Patrimonio Nacional, será utilizado como plan director en futuros trabajos de rehabilitación.
Entre sus proyectos, además del mencionado Teatro Real de Madrid, figuran el Gran Teatro del Liceo, de Barcelona, o el auditorio del Palacio de Congresos Príncipe Felipe, de Oviedo. También los mostradores de atención al cliente de varias estaciones de Renfe, del Museo Nacional de Arte Reina Sofía o del Monasterio de San Jerónimo de Yuste.
Uno de sus últimos proyectos ha sido la instalación del bucle magnético en taxis de Madrid, en colaboración con la empresa Nyeher Comunicaciones. «Desde hace tiempo los taxistas venimos adaptando nuestros vehículos a la atención merecida de las personas con diversidad. Pero en el caso de las personas con diversidad auditiva, aún no se había adaptado ningún vehículo. Por esa razón me decidí a instalar el bucle magnético y ser pionero«, nos explica Ángel Garrido, uno de los primeros taxistas en incorporar este sistema.
Ya cuentan con él, asimismo, casi 400 sucursales del Banco Santander, los mostradores de caja de algunos supermercados de la cadena Mercadona y algunas oficinas del BBVA, entre otros. Que no pare el bucle.
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Imágenes | iStock, Nyeher Comunicaciones, FUE