A mediados de agosto, un juzgado de San Francisco daba la razón a una startup, HiQ Labs, frente a un gigante como LinkedIn. El motivo del conflicto: los datos. Mientras aún se desconocen los impactos futuros de una decisión que permite a HiQ utilizar la información pública de los usuarios de LinkedIn, se sigue alimentando el debate alrededor de la privacidad en Internet y el poder de los datos para los negocios digitales. Gerard Compte, CEO de Find That Lead y mentor de NUMA, coge el testigo de este eterno debate y nos cuenta su visión sobre el mundo online y la privacidad, el futuro y el emprendimiento digital.
¿Qué ha pasado exactamente entre LinkedIn y HiQ?
LinkedIn ha perdido la guerra sobre si se puede o no se puede «scrapear» [escarbar o rastrear webs en busca de información]. HiQ extraía los datos públicos de LinkedIn, como emails, y se los ofrecía directamente a sus usuarios. En el momento que levantaron una ronda de financiación importante, de unos siete millones de dólares, les llegó una carta de los abogados LinkedIn con la denuncia.
LinkedIn ha enviado estas cartas a bastantes startups americanas, pero nadie les había devuelto la demanda. HiQ lo ha hecho y ha ganado. Todavía no sabemos si esto va a conllevar que todo el mundo pueda scrapear datos de LinkedIn. De momento, los datos son públicos y se pueden utilizar.
¿Qué significa esta decisión a nivel empresarial?
Hay muchas empresas que utilizan este tipo de datos para enriquecer la información de sus CRM [Customer Relationship Manager]. Es decir, puedes agregar datos de tus clientes, completar los perfiles de forma automática gracias a la información de las redes sociales. Algunas redes, como Twitter, son muy abiertas. Otras, como Facebook o LinkedIn, intentan proteger mucho su información. El debate existe alrededor de si esta información está indexada en buscadores o no. Si aparece en Google, se considera pública y se podría utilizar.
Pero este parece un límite un poco difuso. ¿Hasta qué punto son, en realidad, datos públicos?
Claro, el usuario da sus datos a LinkedIn, no a todo el mundo. Pero es LinkedIn el que los indexa en los buscadores principales para que, si alguien te busca, te encuentre.
Seamos claros, si estás en Internet, eres público. Si tienes redes sociales, aceptas estar en Internet. Hay una línea muy fina entre público y privado
¿Quién marca entonces el límite de la privacidad?
Seamos claros, si estás en Internet, eres público. Si tienes redes sociales, aceptas estar en Internet. Hay una línea muy fina entre público y privado. Es como si pensáramos, la información que está en el BOE ¿es privada o pública? No se puede utilizar directamente para fines comerciales, pero realmente es pública. La normativa al respecto es difícil de cumplir. Al final, todo pasa por respetar al usuario y no bombardearle con información comercial no relevante.
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¿Qué precedente sienta esta sentencia?
No está claro todavía, pero parece que LinkedIn tendrá que aceptar que se utilicen tus datos. Facebook, por ejemplo, protege mucho más la privacidad de sus usuarios, no favorece el scrapeo de información, pero Facebook es una plataforma personal. El objetivo de los usuarios de LinkedIn es comercial, quieren darse a conocer. Por eso será difícil que LinkedIn no acabe permitiendo el acceso a sus datos públicos.
Facebook o Google saben dónde estamos. Hay gente a la que le asusta, a mí me encanta. Tiene sus ventajas, pero hay que ser conscientes de los riesgos
¿Crees que la gente es consciente de dónde están los límites de la privacidad?
No, no, no lo es. Pero los datos están ahí. Si compras un dominio web, tus datos están ahí. Si montas una empresa o haces una factura, la información es pública. A nivel usuario, no sé hasta qué punto somos ignorantes del rastro que dejamos con nuestra actividad online, empezando por la geolocalización del móvil.
Facebook o Google saben todo el rato dónde estamos. Hay gente a la que le asusta, a mí me encanta. Gmail te lee todos los emails y los analiza, para protegernos, para venderte algo o para lo que sea.
Tiene sus ventajas, pero hay que ser conscientes de los riesgos. Te pueden hackear, te pueden clonar una tarjeta de crédito y comprarse un Porsche en Bangladesh. Tenemos que saber qué parte de nuestros datos son públicos.
Y a nivel legal, ¿se necesitarían nuevos marcos para regular el mundo online?
Está bien que se proteja al usuario, pero las leyes están hechas frente a las grandes corporaciones. ¿Y la pequeña empresa? Si un pequeño fabricante manda un email comercial porque es su única herramienta de contacto con los clientes, no es legal. Yo creo que, si las cosas se hacen bien, se pueden llegar a aceptar muchas cosas. Otra cosa es que hablemos de robo de datos o spam.
Volviendo sobre las ventajas de estar en Internet, ¿hasta qué punto crees que la gente está dispuesta a sacrificar privacidad a cambio de comodidad?
Creo que depende un poco de la edad. En mi caso personal, yo estoy encantado. También va un poco en función de los perfiles de las personas. Yo, ahora mismo, tengo una startup y quiero darme a conocer, me interesa que se sepan cosas sobre mí. Quizá en el futuro no sea así. Se trata de hacer un balance entre pros y contras, y yo creo que hay muchos más beneficios que perjuicios.
La gestión de los datos no solo es importante a nivel personal, sino que, cada vez más, es fundamental a nivel empresarial.
Sí, sí, gracias a la inteligencia artificial cada vez hay más aplicaciones de negocios que se basan en los datos. Cada vez se pueden conocer más datos para potenciar las ventas, tendencias, predicciones, seguimiento y monitorización de estrategias… Hay un montón de beneficios escondidos en los datos.
Por ejemplo, a través de Find That Lead, cuando llamas a una empresa por primera vez, ya puedes saber cómo se llama el jefe, qué acaba de twittear y quién es su secretaria. Para ello scrapeamos Facebook, Google y a quien haga falta.
¿Cómo se os ocurrió la idea de Find That Lead?
Yo trabajaba buscando contactos de email de clientes internacionales. Después empecé a colaborar con una incubadora de startups y allí conocí a mi socio, Cristian Vitales, y le explique cómo verificaba yo los emails a nivel comercial. A partir de ahí, se desarrolló un sistema semi-automático. Subimos la primera extensión de Chrome y en tres meses tuvimos unas 1.000 descargas y nos dimos cuenta de que había una necesidad. De esto hace tres años y ahora somos más de 40.000 usuarios.
¿Qué obstáculos os encontrasteis para llegar aquí?
Cuando empezamos entramos en una incubadora que se llama Incubio y nos dimos cuenta de que el mayor obstáculo es uno mismo y los socios. Luchar contra tu propio ego, contra tus propias paranoias. Al final, la meca del emprendimiento está en cada emprendedor. Cuando lo tienes claro, cuando tienes esa fuerza que te da estar convencido de que algo va a salir bien, no hay nada que te pueda detener.
Como mentor de NUMA, ¿crees que es difícil emprender en España?
Creo que lo más importante es que te compren tu producto. Y creo que nos estamos dejando cegar por empresas tipo Wallapop y Twitter, que no facturan en un principio. La realidad es que para hacer crecer una empresa tienes que facturar desde el día uno. Hay gente super preparada que está haciendo productos increíbles durante tres años sin saber si alguien los va a querer.
Tenemos miedo a contactar a clientes, a presentar el producto. A lo mejor sabemos desarrollar un gran producto y hacer una buena presentación, pero no sabemos negociar, convencer, no sabemos vender nuestro propio producto.
Para emprender se habla ahora de bot, chatbot, inteligencia artificial, el bitcoin y otras criptomonedas, y muchas empresas de entrega de comida rápida
Y este miedo al no, ¿es algo cultural?
Me parece que nuestra educación sigue siendo muy teórica, no se fomenta que la gente se exprese y pierda el miedo a presentar sus propias ideas y a emprender.
Hoy por hoy, ¿cuáles son los sectores tecnológicos donde hay más oportunidades para los emprendedores?
Ahora mismo lo que más se escucha es bot, chatbot, inteligencia artificial para lograr una comunicación rápida con las máquinas, el bitcoin y otras criptomonedas, y muchas empresas de entrega de comida rápida.
Siempre digo una cosa, no te compliques la vida. Si vas a empezar una empresa, que tú seas el fabricante de tu propio producto. Desarrolla un producto que se pueda conectar con plataformas ya existentes. A veces, un emprendedor no tiene por qué montar una gran empresa ni levantar grandes rondas de inversión. Una persona sola, con un ordenador y con un buen producto, puede llegar a facturar mucho. Si quieres vivir bien, no pongas un inversor en tu vida.
En Nobbot | Videotutoriales para salvaguardar tu privacidad en las redes sociales
Imágenes: Gerard Compte, Find That Lead, iStock, Pixabay