Jesús de la Gándara lleva 30 dedicado a la psiquiatría y a descubrir cómo los cambios en el estilo de vida influyen en la aparición de nuevas enfermedades mentales. En la actualidad es el jefe del Servicio de Psiquiatría y Salud Mental de Burgos. En su último libro, ‘Cibernícolas’, el doctor De la Gándara habla de los problemas a los que da lugar un uso indebido y abusivo de Internet, el móvil o las redes sociales, de los vicios que debemos evitar para que las pantallas no nos hagan caer en la patología. Pero también huye de una visión catastrofista y analiza las ventajas que aportan las nuevas tecnologías a las personas que las utilizan convenientemente, ésas a las que él llama “cibernícolas”.
Nobbot: En su libro ‘Cibernícolas’ usted intenta detectar usos y abusos de las nuevas tecnologías en la «vida hipermoderna». ¿Cómo es esa vida “hipermoderna” que nos ha tocado vivir? ¿Qué rasgos la definen y la distinguen de otros momentos?
Jesús de la Gándara: Lo primero que distingue la vida “hipermoderna” es la enorme cantidad de opciones y posibilidades que pone a nuestra disposición. La segunda es la capacidad de conexión rápida que tenemos y cómo eso ha configurado una nueva manera de relacionarnos. El nuevo estilo de vida que todo esto conlleva trae aparejado nuevas dificultades, pero también nuevas ventajas.
Nobbot: ¿Qué es concretamente un cibernícola? Lo digo porque suena duro el término y porque, por su proximidad a cavernícola, no parece amable.
Jesús de la Gándara: Yo vivo en Burgos, cerca de Atapuerca, y el término se puede considerar un guiño a los cavernícolas. La idea es que antes vivíamos en cuevas de piedra, y ahora vivimos en cuevas cibernéticas. Los cibernícolas somos todos los que estamos usando bien las nuevas tecnologías. Y lo contrario, pero que no puse en el título del libro porque sonaba mal, serían los “ticópatas”. Este último término se refiere a los seres que padecen los problemas de la vida moderna y de las tecnologías. Por eso, lo de cibernícola no es negativo, es un término optimista.
Nobbot: ¿Cuándo cambió todo? ¿Cuándo llegaron las nuevas tecnologías amenazando con cambiarlo todo? Lo digo porque en el fondo a lo largo de la Historia siempre hemos estado sujetos a novedades e innovaciones que nos han hecho cambiar nuestra forma de vida de forma drástica.
Jesús de la Gándara: La gran novedad ahora es que la revolución tecnológica actual es de un calibre nunca visto antes, y también que se ha producido a una velocidad insospechada. A partir de los años 50 del siglo pasado se produce una gran revolución a la hora de generar riqueza, tecnología e investigación. Y desde hace unas décadas, con Internet, la sociedad, que ahora está en red, ha cambiado. Se discute eternamente si con Internet estamos en una nueva era, y yo creo que sí. Estamos en la hipermodernidad, que empieza a finales del siglo XX y principios del siglo XXI, a pesar de que los orígenes de la Web se remonten a los años 60.
Los cibernícolas somos todos los que estamos usando bien las nuevas tecnologías; y los que no, los ticópatas.»
Nobbot: Usted detecta vicios fundamentales en los que están muy expuestos a la tecnología y no hacen un uso cabal de la misma. ¿Cuáles son?
Jesús de la Gándara: Uno de los vicios de esta sociedad en la que vivimos es que tiene muchas cosas, y que tenemos que tener muchas cosas para seguir viviendo. A esto lo denomino “posesionismo”. Dime cuánto tienes y te diré cuánto vales. Hasta la gente menos pudiente tiene mucho de todo. Creemos que por tener más vamos a ser más. Otro vicio es el apresuramiento. Tenemos demasiada prisa para todo. Vivimos en la sociedad del tiempo contado a la milésima de segundo. El tercer vicio es la “infosaturación”. Recibimos tal cantidad de información que luego no sabemos o no podemos absorberla toda, y eso es un problema. El cuarto vicio lo llamo los espejismos. En Internet nos ofrecen todos los días ofertas suculentas de viajes y habitaciones que quedan libres a precios irrisorios en paraísos lejanos, como Maldivas. Eso crea el espejismo de que todo está al alcance de la mano, de que la belleza está a un palmo. Nos dicen que podemos viajar sin problemas, pero no es verdad porque luego llegamos al aeropuerto y nos encontramos con una huelga de pilotos que nos deja en tierra.
Nobbot: Al mismo tiempo, usted huye de visiones apocalípticas y demonizaciones de la tecnología, y también encuentra virtudes en el uso de Internet, del teléfono móvil o de las redes sociales. ¿Qué cosas buenas nos depara la tecnología?
Jesús de la Gándara: Es muy fácil echarle la culpa al que no se defiende, y las nuevas tecnologías no se defienden por sí mismas. Es como cuando echamos la culpa a la guadaña de que nos corte, cuando la guadaña está para segar. Yo creo que debemos defender lo bueno que aportan las nuevas tecnologías. Yo me doy cuenta de que hay muchos estudiantes y profesores que están de acuerdo con lo que defiendo en el libro, y es que no conviene demonizar las nuevas tecnologías y, por el contrario, hay que reconocer que nos dan mucho más de lo que quitan. Los riesgos son infinitamente menores que las ventajas.
Nobbot: Pero, ¿cuáles son esas virtudes que debemos desarrollar para lidiar con el móvil, la tableta o Internet?
Jesús de la Gándara: La primera virtud que deberíamos desarrollar es lo que lo llamo “intelegancia”. La inteligencia es mirar hacia adentro, y la legancia es leer hacia fuera. Si uno tiene “intelegancia”, puede elegir y eso es clave en un mundo tan lleno de opciones y de cosas que solo están a un clic. También nos conviene tener “telempatía”. Suceden muchas cosas en el mundo, y conviene tener capacidad para empatizar a través del teléfono o de la tablet con los que sufren en el mundo. Tenemos que estar acomodados emocionalmente con lo que sucede en el mundo. Otra virtud que deberíamos cultivar es la “ciberprosexia”. Prosexia significa atención. Es una palabra que usamos los psiquiatras y los psicólogos. Se nos dice que las nuevas tecnologías destrozan la atención de los seres humanos, apenas podemos leer superficialmente y ya no somos capaces de leer profundamente. Eso es porque no tenemos desarrollada esta nueva capacidad de atención. Mi hijo, que es informático, lee cien veces más deprisa que yo cuando está enfrente de pantallas. Ha desarrollado una atención especial para los medios cibernéticos. Y, por último, está la “ticopraxia”, las habilidades para manejar las nuevas tecnologías, que empieza con el manejo de los dedos de la mano para desplazarse por una pantalla táctil y acaba con un código ético para relacionarnos con las tecnologías.
Ciberprosexia es una palabra que usamos los psiquiatras y los psicólogos. Se nos dice que las nuevas tecnologías destrozan la atención de los seres humanos, apenas podemos leer superficialmente y ya no somos capaces de leer profundamente. Eso es porque no tenemos desarrollada esta nueva capacidad de atención».
Nobbot: Precisamente usted propone un código ético para garantizar el buen uso de lo digital y de Internet. ¿Qué mandamientos tiene ese código?
Jesús de la Gándara: No lo sé. No tenemos ese código ético para movernos en el campo de las nuevas tecnología. Necesitaríamos juntar a muchos expertos en psicología, medicina, sociología, etc. para reflexionar sobre esto. Yo no soy quien para establecer este código ético, pero sí pido que esto se tome en serio y que algún día alguien lo formule.
Nobbot:: ¿A quién va dirigido su libro: a los adictos a la tecnología o a aquellos que siguen viéndola como algo extraño y por prejuicio o prevención no la adoptan ni le sacan partido?
Jesús de la Gándara: Esto es un libro de reflexión. No estamos ante un libro de curación o autoayuda. Yo creo que lo deberían leer todos los que estén preocupados por la cultura moderna y por cómo las nuevas tecnologías están cambiando el mundo.
Nobbot: ¿Dónde aprende uno a hacer un uso razonable y enriquecedor de la tecnología? ¿Está la escuela capacitada para marcar esta guía o están más bien los profesores superados y algo confusos ante lo que se les viene encima?
Jesús de la Gándara: Curiosamente, no hay un sitio donde se nos diga cómo usar las nuevas tecnologías de forma adecuada. En esto todos somos amateur. Por ejemplo: te compras un ordenador y te dicen que lo pongas en marcha tú mismo. Se impone el amateurismo. Aun así, las nuevas tecnologías son tan buenas que casi todo el mundo aprende por generación espontánea. Yo creo que la escuela y familia deberían ser los sitios para asimilar las nuevas tecnologías, como ocurre con otras muchas cosas en la vida.
Nobbot: Entiendo que su libro es, en última instancia, una guía para ser feliz. ¿Qué se pierden los que están enganchados y son incapaces, por ejemplo, de levantar la vista de su teléfono móvil en una reunión familiar o de amigos?
Jesús de la Gándara: Se pierden felicidad. A mí lo que me preocupa de todo es lo mal que se vive por culpa de las tecnologías. Cuando se pierde la libertad, se pierde el control, y aparece la ansiedad. Los que no usan bien la tecnología son más infelices, más enfermos, más patológicos, y no le sacan tanto partido a la vida. De todo esto depende una buena parte de la salud de los seres humanos en el tiempo en que nos ha tocado vivir.
Nobbot: Usted es un experto en salud mental. Aparte de las nuevas tecnologías, ¿cuáles son sus principales preocupaciones como profesional?
Jesús de la Gándara: Yo siempre he tenido la misma preocupación. Y es cómo el estilo de vida cambiante ha ido influyendo en la aparición de nuevas patologías mentales. Yo publiqué el primer caso de compra compulsiva en España. Y también fui pionero en investigar el síndrome de Diógenes. Lo próximo que quiero hacer es escribir un libro de psicoterapia práctica, para divulgar las técnicas y los trucos que he ido aplicando a lo largo de mis 30 años de trabajo como psiquiatra.