«Hay miles de profesores en España que se estrujan el cerebro para intentar innovar», Juanito Libritos

Su nombre es Juan Naranjo, pero prefiere ser conocido como Juanito Libritos. Profesor de Historia en Mijas (Málaga), en su canal de YouTube habla, sobre todo, de literatura y asuntos del colectivo LGBT.

Recientemente, comentaba en su Twitter que estaba enseñando a sus alumnos la Edad Media como si fuera una pelea de grupos de WhatsApp. Un tuit que acumula más de 15.000 RT y 23.000 Me gusta.


Sin embargo, Juanito Libritos asegura que su caso no es único. «Hay miles de profesores en centros de toda España que se estrujan el cerebro para intentar innovar«, sentencia. Pero este profesor cree que uno de los principales problemas del modelo educativo en nuestro país radica en que quienes toman decisiones sobre educación quizá no saben mucho sobre la materia

Hablamos con este profesor sobre sus métodos, los resultados, la utilización de la tecnología en la educación y otros asuntos.

-Has enseñado a tus alumnos la Edad Media utilizando WhatsApp y tienes muchos vídeos educativos en YouTube. ¿Desde cuándo utilizas estas herramientas en tu profesión?

Creo que es esencial para un docente estar al día de las tecnologías que usan sus alumnos y alumnas. Esta es la primera vez que he usado WhatsApp como herramienta para repasar los contenidos de la asignatura de Historia de 2º de ESO… pero este alumnado ya está acostumbrado al uso de las nuevas tecnologías con un fin académico. Hemos hecho concursos de fotografía sobre el paisaje mediterráneo, hemos analizado la iconografía del arte egipcio a través de un videoclip (Katy Perry – Dark Horse), hemos repasado los contenidos de prehistoria usando el gameplay de un videojuego (Far Cry Primal)… A ellos les encanta hacer actividades diversas, y a mí me encanta poder diversificar los métodos.

EMplear internet, usar las habilidades que ellos ya traen de casa… les emociona y les hace enfrentarse al temario con más alegría y cariño. Y así, por supuesto, se aprende mejor

-¿Cómo se te ocurrió emplearlas?

Surgió en la propia clase. Se nos vino a la mente la idea de que en aquella época la Península Ibérica era constantemente invadida por pueblos que se convertían “en los nuevos administradores”. La imagen que relacionaba historia medieval con un grupo de WhatsApp me pareció muy poderosa, y les propuse crear conversaciones ficticias en forma de guión, que después pasamos a un grupo real de WhatsApp.

-¿Qué otros métodos y herramientas utilizas en tus clases?

Además de las que he comentado antes, también usamos YouTube como fuente de información. Hay mucho material muy bien elaborado. El año pasado en 3º de ESO nos sirvió, por ejemplo, para trabajar la historia del feminismo o la historia del colectivo LGBT en la asignatura de Educación para la Ciudadanía. También usamos YouTube para buscar canciones en las que pudiésemos encontrar rasgos machistas en las letras o en los videoclips. O las cámaras de los móviles para encontrar micromachismos en nuestra ciudad.

-¿Qué resultados estás obteniendo con ellas?

Los resultados han sido siempre muy positivos. El alumnado está muy acostumbrado al uso de la tecnología, pero casi siempre en un entorno de ocio. Por lo que su uso para asuntos académicos siempre les parece una oportunidad de mostrar sus habilidades. Además, lo que aprenden es por ellos mismos (mediante investigación guiada), por lo que el aprendizaje es más significativo y es mucho más difícil que lo olviden.

-¿Aprenden mejor los conceptos los alumnos?

Siempre que un contenido se enfoque desde un método que entronque con los intereses del alumnado el aprendizaje será más significativo. El alumnado pasa muchas horas sentado y encerrado en el aula: cualquier cosa que les permita moverse, abrir esa ventana al mundo que es internet, usar las habilidades que ellos ya traen de casa… les emociona y les hace enfrentarse al temario con más alegría y cariño. Y así, por supuesto, se aprende mejor.

-¿Se aprende lo mismo así que con el método tradicional o se busca otro objetivo? (en caso afirmativo, ¿cuáles?)

El currículum de secundaria es extremadamente exhaustivo y largo: tanto que los docentes tenemos poca capacidad para añadir o quitar puntos según nuestro criterio. Al final, el currículum es una cosa estandarizada que trata de asegurarse de que todo el alumnado, viva donde viva en España, aprende prácticamente lo mismo. Por ello, el profesorado tiene pocas posibilidades de modificar “el qué”… pero sí podemos cambiar y adaptar “el cómo”, y es ahí donde entra la habilidad de cada docente para conectar con su alumnado según las necesidades y habilidades de este. Es en ese espacio donde cabe la innovación educativa.

-¿Cómo se recibe, tanto por parte de alumnos, padres y otros profesores estas técnicas que utilizas?

Aunque esta noticia haya saltado a la palestra, hay miles de profesores en centros de toda España que se estrujan el cerebro para intentar innovar, para hacer interesantes sus materias y para enganchar a su alumnado a la ciencia, el arte, las letras… Mi ejercicio de repaso mediante WhatsApp es sólo un ejemplo más de las miles de cosas que docentes de todo nuestro país llevan a cabo cada día, a pesar de lo rígido del currículum, de la pérdida de poder adquisitivo, de la inestabilidad laboral (yo he llegado a trabajar en tres institutos en un mismo curso).

Con respecto a los padres, hay que hacer un poco de labor pedagógica: a ello les choca que usemos el móvil en clase, mientras ellos intentan que sus hijos dependan menos de la tecnología. Siempre les intento explicar que los móviles son una realidad, y que ya que están en los bolsillos de cada adolescente podemos luchar contra ellos o educarles para usarlos para cosas positivas.

El alumnado está encantado de que se hagan cosas nuevas y de que se rompa con la rutina de las clases.

Ahora me estoy rompiendo la cabeza para ver la próxima innovación educativa que llevo al aula, y los tiros van a ir por los juegos de rol

-¿Qué es lo mejor y lo peor de utilizar estas herramientas en tu trabajo?

Lo mejor es cómo implica al alumnado: ver cómo los chicos y las chicas aprenden sin darse cuenta, como si estuvieran jugando, como si estuvieran haciendo algo de fuera de las paredes del instituto. ¿Lo peor? Los fallos inherentes a la tecnología: siempre hay baterías que se acaban, señales de WiFi que no llegan bien…

-¿Es difícil mantener ese espíritu innovador en la enseñanza? Este año has educado sobre edad media con WhatsApp. El año que viene, ¿esperan los alumnos lo mismo? ¿O, como ya se lo «saben», esperan algo nuevo y distinto?

Para mantener el espíritu innovador, hay que estar siempre estudiando, investigando, estando al día de las nuevas tendencias y las cosas que investiguen otros docentes. Las técnicas que uso con mi alumnado siempre se están renovando según lo que voy descubriendo del campo de la pedagogía (una ciencia social extremadamente exhaustiva y compleja) y de ellos mismos. Una actividad sólo sorprende la primera vez: si la repites, se convierte en una tarea rutinaria. Ahora me estoy rompiendo la cabeza para ver la próxima innovación educativa que llevo a cabo en el aula con este grupo: y los tiros van a ir por los juegos de rol.

-¿Compartes estas inquietudes con otros profesores? ¿Os comunicáis de alguna forma?

Somos miles los docentes preocupados por la innovación y la calidad educativa. En mi centro (IES Las Lagunas, de Mijas) todo el claustro se implica constantemente en proyectos que tratan de mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje, la convivencia, el bienestar de nuestro alumnado. Además, nos estamos formando constantemente en los cursos ofrecidos por los CEP. Y también está el bagaje personal de cada uno (yo, por ejemplo, además de Licenciado en Historia del Arte, soy Maestro de Audición y Lenguaje, y Licenciado en Pedagogía, además de Máster en Teoría e Historia de la Educación), que intentamos verter en nuestra práctica cotidiana. Y también aprendo mucho por mi cuenta, en internet, de las experiencias de otros profesores con intereses similares a los míos.

El escenario ideal llegará cuando las personas que toman decisiones sobre educación sepan algo sobre educación, tengan formación y experiencia como educadores

-¿Cree que los niños de hoy necesitan nuevas pedagogías? ¿Cuáles?

Creo que los niños y niñas de hoy necesitan básicamente lo mismo que los de cualquier época: que se les escuche, que se les respete, que se les trate con cariño, que se trabaje codo con codo con ellos, que se esté atento a sus necesidades. La tecnología y la innovación educativa son sólo medios para conseguir eso.

-Actualmente hay mucho debate sobre el modelo y sistema educativo que tenemos. Como profesor, ¿crees que lógico y bueno que se dé este debate? ¿Por qué?

Debatir sobre educación está bien: al menos visibiliza los problemas que tenemos en los centros. La pena es cuando se habla sin saber; cuando se discute sin ninguna formación o fundamento; cuando gente que no ha pisado nunca un aula toma decisiones que afectan radicalmente al día a día de la vida en los centros.

-De aprenderse las cosas de memoria y carrerilla a denostar estos métodos. ¿Es todo tan blanco o negro? ¿Cómo debería ser el método educativo/formativo ideal en tu opinión?

La innovación educativa convive en su día a día con métodos más tradicionales. Ni todo lo nuevo es bueno, ni todo lo antiguo es malo. Hay cosas que, simplemente, hay que aprenderse: el secreto está en hacer ese aprendizaje más atractivo y menos traumático para el alumnado.

-¿Estamos lejos de ese escenario ideal? ¿Cuándo crees que podría lograrse?

El escenario ideal llegará cuando las personas que toman decisiones sobre educación sepan algo sobre educación, tengan experiencia como educadores y tengan formación de educadores. Hasta entonces, seguiremos sumidos en el caos.

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