¿Hasta dónde se puede llegar siguiendo el rastro de un diente? Esta es una de las muchas respuestas que esconde María Martinón-Torres (Ourense, 1974), directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) desde el pasado mes de diciembre. Médica de familia de médicos y paleoantropóloga a la sombra de Atapuerca, Martinón-Torres forma parte de esa ciencia que ayuda a reconstruir la historia humana.
Nos atiende desde su despacho del CENIEH, en Burgos, a algo menos de 20 kilómetros de la afamada Sima de los Huesos. Y lo hace poco después de haber presentado un trabajo sobre el Homo sapiens más antiguo encontrado fuera de África, en el bíblico Monte Carmelo (Israel); un fósil que vuelve a batir récords y a escribir una página distinta en la historia de la humanidad.
– El mapa de la evolución humana cambia constantemente.
Más que cambiar, que reescribirse, la historia de la evolución humana se va precisando. Con más datos se pueden matizar mucho más los momentos, poner fechas más claras, una imagen, un lugar, un escenario… La historia de la evolución humana no es solo la del actor principal, sino la de todo el argumento.
– ¿Cómo cambia la historia del humano moderno el fósil de la cueva de Misliya?
La historia del sapiens es una historia fundamentalmente africana. La evidencia más antigua que tenemos de nuestra especie, la más contundente, estaba en África, en Etiopía. Ahora nos encontramos en Misliya con un fósil de Homo sapiens que está en el momento y en el lugar equivocado.
Tiene al menos 170.000 años y está fuera de África, al menos de lo que conocemos ahora como África. Tenemos un fósil de Homo sapiens fuera de África que es tan antiguo como los fósiles africanos más antiguos. Esto significa que el Homo sapiens salió de África antes de lo esperado o, y esta es la pregunta que nos hacemos ahora, ¿realmente salió de África?
– ¿Lo que conocemos ahora como África?
Israel y Oriente Próximo podrían estar dentro de lo que siempre hemos llamado la Cuna de la Humanidad. Cuando hablamos de la migración de un homínido, no hablamos tanto de distancia en kilómetros recorridos, sino de si el viaje ha generado un cambio importante, si ha implicado nuevas adaptaciones, o no.
Somos el homínido emigrante, desde siempre, desde el principio. Las razones por las que nos movemos no son siempre las mismas, pero lo hacemos siempre y cuando no haya nadie que nos lo impida
Tenemos el reto de comprender si el Homo sapiens necesitó nuevas adaptaciones para asentarse en Oriente Próximo o si, simplemente, el límite geográfico no era igual a como lo entendemos hoy en día. Las fronteras, en términos modernos, nos las hemos inventado. En otros tiempos, las fronteras eran solo naturales (geográficas o de competencia con otros animales).
– Entonces, el Homo sapiens no saldría de África hacia Oriente Próximo, ¿sino que ya estaría ahí?
La siguiente etapa es comprender qué hace el Sapiens en Israel en ese momento. ¿Podemos incluir Oriente Próximo como parte de la Cuna de la Humanidad? Personalmente, creo que es una zona crucial de diversidad biológica. Es un cruce de caminos entre continentes. Además, es un lugar que ha mantenido unas condiciones climáticas relativamente estables en el tiempo.
A la hora de representar las migraciones nos vemos constreñidos a dibujar diagramas de flechas, pero las migraciones del pasado no eran unidireccionales. Probablemente, no existía un destino, era una expansión. Y se acababa cuando los homínidos se topaban con una barrera que podía ser climática, de recursos o de competencia. Es decir, que hubiese alguien en ese territorio que no te permitía entrar a vivir.
Somos el homínido emigrante, desde siempre, desde el principio. Las razones por las que nos movemos no son siempre las mismas, pero lo hacemos siempre y cuando no haya nadie que nos lo impida. Hoy en día nos lo impedimos a nosotros mismos.
– En esta historia cambiante, se ha hablado mucho de la coexistencia y la convivencia entre sapiens y neandertales. ¿Existen evidencias del contacto entre especies en esta zona de Oriente Próximo?
En los últimos años, la genética nos ha dado evidencias de hibridaciones entre especies de homínidos. Genéticamente es muy evidente. Sin embargo, a día de hoy, seguimos sin encontrar un yacimiento con restos de ambos en el mismo tiempo y lugar. En Oriente Próximo, en los yacimientos de Monte Carmelo, es donde más registro hay de una presencia intensa e intercalada de sapiens y neandertales.
– Cuando hablamos de fósiles, ¿cómo se señalan los límites entre especies?
Los paleontólogos tenemos un problema. El concepto de especie está definido sobre seres vivos. Cuando hablamos del pasado nos falta muchísima información. No siempre se pueden comprobar los criterios para definir un grupo homogéneo, que ocupa un nicho ecológico concreto y que solo se reproduce entre sí, aunque hoy en día sabemos que algunas especies vivas hibridan.
La idea de una relación de inferioridad-superioridad entre Neandertales y Sapiens es obsoleta. Los Neandertales eran tan inteligentes como nosotros
Lo que nos importa es conocer la historia, no obsesionarse con los nombres. Si sapiens y neandertales fueron o no especies diferentes no podemos comprobarlo bajo criterios biológicos. Personalmente, creo que, si hay dos especies que se distinguen bien anatómicamente, son estas. Lo cual no significa que no pudiesen ser lo suficientemente próximas como para haber tenido descendencia fértil.
Es cierto que los humanos modernos tenemos ADN neandertal, lo que significa que hubo descendencia y que alguien cuidó de ella. Sin embargo, los mismos estudios genéticos señalan algunos problemas de fertilidad y otros desajustes. Son dos especies compatibles, pero no al 100%.
– ¿Cómo acaba imponiéndose el Sapiens?
Es la pregunta del millón, hay muchísimas teorías. Las extinciones son procesos muy complejos. Básicamente, suceden cuando una población pierde su fuerza reproductiva y el número de individuos no es suficiente para reemplazarla. Esa idea de la extinción por culpa de un meteorito, como en el caso de los dinosaurios, no es la habitual.
El fósil de Misliya pone al Sapiens en Oriente Próximo hace 200.000 años. En China hay registros de hace entre 80.000 y 120.000 años. Sin embargo, no entra en Europa hasta hace 40.000 años. ¿Por qué? Quizá porque los Neandertales estaban allí
La idea de una relación de inferioridad-superioridad entre neandertales y sapiens es obsoleta. Los neandertales eran tan inteligentes como nosotros. La historia la cuenta el que sobrevive, con lo cual estamos ante la versión de los hechos de los sapiens. Cuando queremos medir quién era mejor o peor, somos nosotros los que decidimos qué rasgos te hacen una especie superior.
Los neandertales fueron capaces de sobrevivir en unas condiciones climáticas dificilísimas durante 500.000 años. Esto significa que tenían grandes capacidades y que eran fuertes. Sin embargo, estuvieron aislados durante mucho tiempo. Genéticamente, esto agotó a la especie. Paulatinamente, la poca variabilidad fue debilitando a las poblaciones. Yo creo que es entonces cuando el Homo sapiens ve su oportunidad de entrar en Europa.
El fósil de Misliya pone al Sapiens en Oriente Próximo hace 200.000 años. En China hay registros de hace entre 80.000 y 120.000 años. Sin embargo, no entra en Europa hasta hace 40.000 años. ¿Por qué? Quizá porque los neandertales estaban allí.
– ¿Qué importancia tuvo la evolución cultural y tecnológica en este dominio final de los sapiens?
Probablemente les facilitó la entrada en Europa y la conquista rápida del continente. Hay gente que propone que el Homo sapiens era culturalmente más avanzado. Para mí, el error viene en comparar la cultura del neandertal con la del sapiens moderno. Para ser justos, hay que comparar al neandertal con el sapiens de su tiempo. Ahí no hay evidencias de una gran diferencia cultural.
– Volvemos sobre lo mismo, observamos la historia como nos interesa.
Claro, contamos la historia a posteriori. Como los neandertales no tenían X, significa que tenían una carencia frente a los sapiens. Algo tendrían que nosotros no teníamos para haber sobrevivido tanto tiempo, pero no lo podemos saber.
Por ejemplo, a nivel capacidad craneal, neandertales y sapiens eran iguales. La forma del cerebro, sin embargo, era diferente. En el Homo sapiens se han desarrollado mucho los lóbulos parietales, importantes para la llamada memoria operativa. Así, deducimos que los neandertales tenían más dificultades para aprender. Sin embargo, los neandertales tenían un gran desarrollo de la parte occipital, implicada en la visión. Además, tenían unos ojos más grandes.
Entonces podríamos contar la historia al revés. Los neandertales tenían mucha más capacidad de visión, podían distinguir muchos más colores en el cielo, las plantas y los animales. Quizá podían ver a mayor distancia. O tenían una capacidad de comunicación a través de expresiones faciales que a nosotros se nos escaparía. Como nosotros no tenemos esas capacidades, no se nos ocurren, es todo fantasía. En resumen, ellos tenían una cosa y nosotros otra. Ni superior, ni inferior.
– Vamos a saltar a tu trabajo. ¿Cuánto conseguís saber a partir de un diente?
Los dientes son el registro fósil más abundante que existe. Hay más dientes que casi cualquier otro hueso en el cuerpo y además el esmalte es el tejido más duro que tenemos. Tiene mucha información sobre la dieta y sobre el desarrollo de una especie. En nuestra especie, los dientes se desarrollan lentamente porque tenemos infancia y niñez, un periodo inmaduro en el que no dependemos de la lactancia, lo cual es una característica humana moderna. Así, en función de los dientes, sabemos si otras especies crecían de una forma diferente.
Además, la forma de los dientes es altamente hereditaria. Cuanto más se parezcan las denticiones de diferentes individuos, más próxima será su relación de parentesco. De esta manera, podemos caracterizar especies y, dentro de cada una, establecer filogenias, relaciones de parentesco dentro de los grupos. Por último, también nos otorgan información sobre algunas enfermedades.
– Además, a partir de un diente o un trozo de maxilar, llegáis a reconstruir un modelo, un holotipo.
El holotipo es el espécimen representativo de la especie, el que marca la pauta. Es con el que se comparan el resto de fósiles. En muchísimas especies, los dientes son el holotipo. Los dientes no van a cambiar su forma en función del estilo de vida que lleves. Otros huesos se adaptan y deforman según la actividad que se desempeñe. Con los dientes eso no pasa. Son la caja fuerte del código genético.
Atapuerca es única en el mundo. Tienes un registro completo de todas las especies que habitaron Europa desde hace 1,2 millones de años hasta la actualidad. Es un libro al que no le falta ninguna página
– La genética ha salido ya varias veces en la conversación. ¿Cuál ha sido el impacto de esta ciencia en la paleontología?
Importantísimo. Tenemos una fuente de información nueva para complementar el estudio de los fósiles. Pero no entraría en qué es mejor y qué es peor. Por ejemplo, con los fósiles podemos ir mucho más atrás en el tiempo que con la genética. Los estudios genéticos de los últimos 10 años han provocado un cambio de paradigma, ha cambiado el guión de la película humana, la historia sencilla se ha convertido en un culebrón. Ya no es una evolución lineal de un árbol con ramas, es un arbusto enmarañado. Va a ser muy difícil de descifrar.
La genética nos ha descubierto cosas nuevas, como fue confirmar el aspecto de la hibridación entre especies. También ratifica cosas que ya sabíamos. El ADN más antiguo que existe en el mundo, sin ser en un ambiente de permafrost, es de la Sima de los Huesos, en Atapuerca. Este ADN ha venido a corroborar que los homínidos de Atapuerca estaban muy emparentados con los neandertales.
– ¿Cuál es la importancia de Atapuerca en la historia de la evolución humana?
Atapuerca es única en el mundo. Tienes un conjunto de yacimientos excepcionales en el mismo lugar. Tienes un registro completo de todas las especies que habitaron Europa desde hace 1,2 millones de años hasta la actualidad. Es un libro al que no le falta ninguna página.
Tenemos el homínido más antiguo de Europa, un yacimiento de Homo antecesor con 860.000 años con al menos 11 individuos y la Sima de los Huesos con al menos 28 individuos que están relacionados con el origen de los neandertales. Tenemos finalmente a los neandertales en la Cueva Fantasma, que es un yacimiento que aún estamos empezando a estudiar, y tenemos al Homo sapiens. Y toda su arqueología, la fauna y la flora, el paisaje y el clima. Es el libro más completo al que nadie le ha arrancado ninguna página.
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Imágenes | María Martinón-Torres, CNIEH, Wikimedia Commons