Gracias a la música sináptica podemos ‘escuchar’ cómo interactúan entre sí las neuronas. Así de fascinante resulta el trabajo de la investigadora que ha logrado transcribir como música electrónica la sinapsis del cerebro. ¿Ha llegado la hora de que el ‘neurotechno’ se ponga de moda?
La investigadora Simón(e) Sun trabaja en el laboratorio Tsien, perteneciente al departamento de Neurociencia del centro Langone Health de Nueva York (Estados Unidos). Allí se pasa el día entre placas de Petri y sintetizadores, imaginando combinaciones entre dos mundos no tan alejados como pueda parecer.
La idea de convertir una serie de datos en música no es una propuesta nueva, pero el trabajo de Sun la lleva a otro nivel. No solo por el interés que despierta poder ‘escuchar’ la sinapsis en el cerebro; también por las posibles aplicaciones médicas que aportaría. Entre ellas, ayudar a comprender mejor el autismo y mejorar las interfaces cerebro-computadora.
Buscando los acordes de la música sináptica
Sinapsis viene del griego ‘???????’ y significa “unión” o “enlace”. En nuestro caso, define una aproximación intercelular especializada entre neuronas. La transmisión del impulso nervioso inicia una descarga química que origina una corriente eléctrica en la célula emisora (presináptica). Por explicarlo de una manera muy sencilla, así es como se ‘hablan’ entre ellas.
El trabajo de Sun comienza aislando neuronas de ratón en una placa de Petri. Sus armas: microscopio, drogas estabilizadoras, pipeta y un artefacto que le permite ‘soplar’ sobre la placa. Así es capaz de simular en el laboratorio los micro-procesos del cerebro. Es decir, el lenguaje de las neuronas.
Para su estudio es fundamental comprender la plasticidad sináptica (homeostatic plasticity en inglés). Gracias a ella, las neuronas modulan la percepción de los estímulos entrantes y salientes. Esto, que vendría a ser algo parecido al volumen del amplificador de tu guitarra, permite mantener la base sináptica para el aprendizaje, la respiración y la locomoción.
A qué suena la música sináptica, el ‘neurotechno’ del cerebro
La parte más curiosa del trabajo de Sun es cómo conecta la ciencia con el arte. Más en concreto, los datos con la música. Los cambios electromagnéticos se graban en una escala de voltaje. En cierto modo equivale al proceso analógico de acercar un micrófono a una voz o una guitarra acústica.
De esta manera Sun ‘escucha’ la sinapsis y convierte el comportamiento de las neuronas en una especie de partitura. En la parte final del proceso vuelca los datos en una interfaz musical y selecciona qué instrumento MIDI ‘pondrá voz’ a las neuronas. El resultado es sorprendente, una especie de electrónica ambiental y etérea que, sin duda, casa bien con el feeling del proyecto.
No hay duda de que el aspecto musical de este proyecto va en serio. Con el sobrenombre de SÉN, Simón(e) Sun ya ha publicado varios trabajos, como los sencillos ‘Exist’ y ‘EP SC’ (2018) y el EP ‘DATA_EP’ (2020). Se encuentran disponibles para escucha en todas las plataformas de distribución musical.
Otros proyectos científicos locos que han convertido datos en música
Sun no es, ni mucho menos, la primera persona que se plantea producir música a partir de los datos obtenidos durante un experimento. Siempre se ha dicho que la música es pura matemática. Además, a riesgo de provocar iras, una partitura viene a ser, en esencia, la interpretación de una hoja de cálculo.
Otro representante de esta estirpe de músicos enfundados en batas de laboratorio es Mark Ballora. Experto en tecnología musical en la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos), lleva dos décadas transformando datos, como los extraídos de una estrella de neutrones, en música. Uno de sus últimos proyectos, becado por la National Academies Keck Futures Initiative, es el de ayudar a los biólogos poniendo banda sonora a las profundidades del océano.
Las posibilidades son infinitas mientras haya acceso libre a los datos. Por ejemplo, el canal de Forrest Mims está plagado de propuestas tan alucinantes como convertir en sonido los anillos de un árbol o los rayos cósmicos registrados durante un vuelo transatlántico a Zúrich (Suiza).
Aplicaciones médicas prácticas para la música sináptica
Volviendo a la iniciativa de Sun, su proyecto busca ser útil más allá de que nos pueda regalar los oídos. Según la investigadora, parece consistente la idea de que exista una relación entre el autismo y la plasticidad sináptica. Esa podría ser una de las aplicaciones más importantes.
Otra de las posibilidades que cita en su entrevista con ‘Verge Science’ es crear audios personalizados para tratar la epilepsia. Hay estudios preliminares que afirman que un ritmo específico para cada paciente podría ayudar a la hora de mantener la calma y mejorar la respiración.
Los avances también podrían servir para mejorar las interfaces neuronales. Este campo es uno de los que está beneficiándose de mayor financiación, tanto pública como privada. Solo hay que recordar que estamos a la espera de saber si el mono Pager del programa Neuralink de Elon Musk aceptará el reto de batirse contra Nathan Copeland a una partida de ‘pong’.
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Imágenes | Portada: fotografía de Robins Weermeijer en Unsplash. Interior: entrevista en Verge Science, disco «DATA_EP» de SÉN en Spotify, sonido que produce el viento solar por Mark Ballora.