¿Y si te decimos que ya hay terráqueos trabajando en Marte a día de hoy? Desde la Tierra, claro, pero con un calendario laboral como el que tendría un marciano que trabajase allí. Son las personas encargadas de los Rovers marcianos Spirit y Opportunity, que los manejan por control remoto, así como otras misiones en el planeta rojo.
¿El inconveniente? Que los días marcianos tienen 24 horas… y 39 minutos con 35 segundos. Esto genera que los trabajadores marcianos actuales, que viven en la Tierra, sufran ciertos problemillas diarios. Un notable desfase que va creciendo cada día unos 40 minutos más.
Marte no tiene días, tiene soles
Marte no tiene días. O, como hemos dicho antes, sus días no son días terrestres. Marte tiene soles. Cada vez que Marte da una vuelta, se dice que ha pasado un sol. Como los días terrestres duran 24 horas, los soles marcianos no coinciden con ellos.
Supongamos que nuestra pareja es una de esas personas que viven por y para las misiones Rover. Dado que son proyectos multimillonarios, la NASA no puede arriesgarse a atenderlos únicamente cuando en la Tierra es de día. De hecho, estos profesionales regulan su sueño en base al horario marciano.
Imaginemos que pactamos con nuestra pareja que, cuando salga de trabajar (a la hora 20 del sol marciano) nos llama y nos avisa de que viene a cenar. «Llego en quince minutos, ve preparándome la cena». Algo que podría valer para uno o dos días terrestres pero, incluso aunque un día se diesen que la hora 20 marciana y las 20:00h terrestres coincidieran, día a día irían divergiendo:
Pasada una semana, la llamada se realizaría casi a medianoche. Y una semana después nuestra pareja nos llamaría a las cuatro y media de la madrugada para que preparásemos la cena. Vivir en Marte y conciliar el horario laboral es complejo.
Hoy en día, cientos de personas viven con el horario marciano. No solo los equipos del Spirit y del Opportunity. Personal de gestión, calculistas, matemáticos, observadores… Y su número va en aumento a medida que lanzamos más y más misiones al planeta rojo. Hace falta un nuevo reloj.
Reloj marciano, cultura marciana
Nagin Cox se considera marciana de primera generación a pesar de no haber pisado el planeta. Como ingeniera espacial en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, ha tenido que seguir el calendario marciano en cada misión a Marte.
Y para ello ha necesitado llevar dos relojes: un reloj terrícola con la hora local en la Tierra y un reloj marciano con la hora local del punto de aterrizaje. Así como regalar relojes trucados (que vayan un 3% más lentos) a sus familiares cercanos. De este modo ellos sabrían en qué hora estaba Nagin.
Por supuesto, hoy día ya existe en forma de aplicación, y esta muestra también los soles de cada misión. Para complicar un poco más el vivir en dos planetas a la vez, el año marciano todavía no está definido. Es decir, no es el mismo sol para el Opportunity que para el Spirit. Cada uno lleva su cuenta independiente.
Estos hechos hacen complicado que profesionales de todo el mundo con distintas horas terrícolas (más sus familiares) se coordinen. Y han dado lugar a una nueva cultura. La cultura marciana, de la que ya tenemos sus primeras palabras. Series como The Expanse nos llamaban la atención por su realismo, pero la realidad vuelve a superar a la ficción.
¿Qué significa que un experto en rocas te diga «Mañana el Rover hará una perforación»? ¿Qué significa mañana? ¿El día después del hoy terrestre o el sol tras el hoy marciano? El término mañana es confuso fuera del planeta Tierra.
En el vídeo What time is it on Mars?, Nagin Cox nos explica el origen de todo un nuevo vocabulario temporal. Hay que actualizar al horario de Marte palabras terráqueas como mañana, pasado mañana, hoy, ayer o anteayer.
Para ello, Today (hoy terrestre) pasa a ser Tosol; Yesterday (ayer terrestre) pasa a ser Yertersol; Tomorrow (mañana terrestre) pasa a ser Nextersol o Solorrow. Esta última distinción en función de los proyectos a los que los técnicos estén asignados.
Es notable. Tras muchos muchos años de uso han surgido varios acentos dentro de la NASA para estas nuevas palabras. Los trabajadores de las misiones Rover dicen Tosol. Pero las que no tienen que ver con ellas tienden a pronunciarlo como Tosoul. De manera que es fácil detectar, en base a la pronunciación de los soles marcianos, a qué equipo pertenece la persona a la que tienes delante.
Es curioso darse cuenta de que no es necesario viajar por el espacio para ver cómo los planetas transforman nuestra cultura. Para acelerar el proceso (irreversible) de la colonización marciana y sus consecuencias, los civiles que no tenemos nada que ver de cara a la colonización marciana tenemos juegos didácticos como Let´s go to Mars.
Así, cuando las próximas generaciones lleguen, estaremos preparados.
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