Un equipo de físicos en la Universidad de Sussex han creado microsensores basados en una mezcla de grafeno, agua y aceite, que conducen la electricidad y que podrían ser incorporados a la ropa de cama de los bebés para monitorizar su salud. Gracias a este pijama inteligente, aún por desarrollar, los padres podrían seguir las constantes vitales de sus bebés y así poder evitar, por ejemplo, dolencias como la apnea del sueño. El sistema, cuya fabricación se concibió para monitorizar bebés a distancia en países con escasos recursos, se ha desarrollado con el impulso de la Fundación de Bill y Melinda Gates, que lanzó la propuesta de fabricar wearables de bajo coste con fines sanitarios.
pijama inteligente y gazpacho de grafeno
A modo de anécdota, el Dr. Matthew Large, director de este equipo de investigación, se inspiró en la emulsión de una vinagreta casera mientras preparaba una ensalada para su hija. Al ver cómo se formaban las pequeñas burbujas de aceite pensó en un líquido conductivo. Las burbujas de su sensor se mantienen estables gracias al grafeno, pero al separarse -debido a los antedichos procesos de torsión o estiramiento- la conductividad se reduce de forma proporcional, lo que, de acuerdo a Large, lo convierte en el sensor basado en líquidos más sensible que jamás se haya creado. Se prevé que en un futuro los sensores se integren en la ropa de los bebés para controlar todas sus constantes vitales.
Otra muestra de pijama inteligente es el desarrollado por la compañía Xenoma, capaz de medir las constantes vitales de un paciente y enviar toda la información telemáticamente. Este pijama inteligente está diseñado para entornos hospitalarios y detectar precozmente cualquier señal de peligro.
Este pijama inteligente cuenta con unos pantalones que detectan el movimiento lo que es especialmente útil en el caso de pacientes con demencias propensos a vagar sin rumbo. La parte superior del pijama consta de sensores que miden variables como el pulso o la temperatura corporal. Además, lleva incorporado un disco de plástico con la batería, un transmisor Bluetooth, un acelerómetro y un giroscopio.
La ropa inteligente es tendencia
Más allá del pijama inteligente, en los últimos años asistimos a una explosión de wearables incorporados a las prendas de vestir con aplicaciones que van desde la obtención de energía a la utilización de una chaqueta como si se tratara de un smartphone o una camiseta climatizada.
Pero tecnología y moda también pueden aliarse de otro modo: con el objetivo de crear sistemas de producción más ecológicos e, incluso, con el de dar lugar a tejidos que nos protejan de bacterias –como el sistema Aegis Microbe Shield-, hidraten nuestra piel o liberen medicamentos determinados y aceleren los procesos de curación, y un largo etcétera que, de momento, se encuentra en fase de investigación.
Según los analistas de IDC (International Data Corporation), el sector de la wearable technology está entrando en una nueva fase de desarrollo. En 2017 se vendieron alrededor de 125 millones de dispositivos en todo el mundo, con un aumento del 20,4% en comparación con los 104 millones de 2016. Las previsiones hablan de cifras duplicadas hasta un total de 240 unidades vendidas en 2021.
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