El medioambiente tiene cada vez más interés para la población, que busca comprender sus interacciones, amenazas y necesidades. El cambio climático, al fin sobre la mesa política, ha dado impuso a este querer saber. Y Planeta Mauna Loa es una de las respuestas a esa demanda.
Los periodistas Tania Alonso y Juan F. Samaniego lanzaron en 2020 esta newsletter medioambiental. Finalistas de los Premios Periodismo y Sostenibilidad de Orange, cuentan su experiencia con este formato.
– En abril de 2020, justo tras la pandemia, enviasteis vuestra primera newsletter. ¿Por qué entonces? ¿Cómo nace el proyecto?
Tania Alonso (T. A. en adelante): Realmente coincidió. Nosotros empezamos a pensar en este proyecto el año anterior, y le fuimos dando vueltas a la idea. A principios de 2020 fue cuando empezamos a trabajar en ello: en el diseño, el nombre y en hacer algunas pruebas. Sí es verdad que la pandemia nos dio pie a hablar de muchos temas ligados a la sostenibilidad y a la propia pandemia durante las primeras newsletters.
«Tiene también un toque personal porque está llegando a tu bandeja de entrada»
– ¿Cómo disteis con este formato? ¿Por qué boletines en email frente a opciones más clásicas como un blog?
Juan F. Samaniego (J. F. en adelante): Nos gustaba el formato newsletter porque nos permitía recoger artículos de otros medios. Al final en un blog tienes que publicar tu ‘propio’ contenido, existe una línea editorial, mientras que esto nos permite interactuar con otros medios.
Es un formato que ya conocíamos porque a nivel generalista ya existen newsletters así, por ejemplo, sobre la actualidad del día con enlaces a otros medios. Además, al llegar al email de las personas nos parecía una forma muy directa de contactar con la gente. Nos daba, por un lado, rigor y seriedad y, por el otro, un espacio donde dar nuestro enfoque.
T. A.: Con la newsletter tú ‘llegas’ a los lectores. No hace falta que ellos sean proactivos y cada semana vayan a tu blog. Es una forma en la que tú, directamente, les estás escribiendo. Y eso tiene también un toque personal porque está llegando a tu bandeja de entrada.
– ¿Por qué esta forma de estructurar la newsletter? Para el que no la haya leído aún: una serie de temas tratados en detalle y otros esbozados a modo de lista.
T. A.: Salió todo de forma bastante sencilla y natural. Los primeros temas, que son más relevantes, nos dan pie al desarrollo, a explicarlos y relacionarlos. No queríamos hacer una lista, sino que queríamos relacionar temas entre sí. Pero, al tiempo, veíamos que siempre se quedaban ‘colgadas’ algunas noticias muy interesantes. En temas de medioambiente siempre es muy importante la curiosidad. Nos pareció interesante dejar el final para una sucesión de noticias, a veces con un toque más optimista, para balancear con los primeros temas.
J. F.: Lo que nos gustaba de los dos primeros temas, siempre un poco más largos, era mostrar que las cosas están relacionadas. A veces tú lees una noticia y la lees de forma aislada, pero de esta forma era posible hablar en profundidad. Por ejemplo, “se ha publicado este informe sobre el impacto de la transición energética”. Nosotros hablamos de ese informe, pero, además, si esa semana había una noticia sobre algún tema relacionado, tratamos de enlazarlo. Es importante que los lectores entiendan que diferentes eventos están relacionados y que no ocurren porque sí o de forma aislada.
T. A.: Lo cierto es que la estructura es bastante parecida a los magacines de radio. Primero se debate sobre varios temas y luego entre un par de locutores se van intercambiando titulares. De esto nos dimos cuenta en mitad del proyecto.
– Os definís como una “newsletter sobre medioambiente”, pero os estáis convirtiendo en un referente de calidad, casi en una minirevista.
J. F.: Se podría llamar una revista corta, pero el formato es de newsletter. Evidentemente, para aquellas personas que quieran profundizar dejamos siempre las fuentes, que se reparten entre primarias (artículos científicos) y secundarias (medios). Dicho esto, los datos nos dicen que la gran mayoría de los lectores consume la información que nosotros le damos, y solo una pequeña fracción (digamos el 15 %) profundiza y hace clic en los enlaces. «Newsletter» está bien.
«Es importante que los lectores entiendan que diferentes eventos están relacionados y que no ocurren porque sí o de forma aislada»
T. A.: Nuestra calidad es la calidad de nuestras fuentes de referencia. Así que a menudo nuestra calidad es fruto de periodistas que están escribiendo todas estas noticias.
– Habéis quedado finalistas en los Premios Periodismo y Sostenibilidad de Orange en la categoría Nuevos Formatos, junto a ‘Light for Humanity’ (Eugenio Calderón) y a la ganadora ‘La Lupa Sónica’ (Maite Pérez y Xaviera Torres). ¿Os consideráis un nuevo formato?
T. A.: Yo creo que sí porque, aunque a pesar de que para cierto sector de la población una newsletter es algo muy normal, todavía queda mucha gente que lo ve como algo novedoso. De este tipo, que quizá podríamos llamar «editorial», y de temáticas tan específicas, realmente no hay muchas en España aunque cada vez hay más.
«La newsletter es algo que no funciona aislada, tiene una continuidad»
J. F.: Es cierto que la newsletter no es un nuevo formato aunque, si nos ponemos estrictos, un podcast tampoco lo es, es un programa de radio. Quizá sí podríamos señalar como nuevo formato un directo de Twitch (por la interacción).
T. A.: Cuando se habla de prensa, por mencionar otros formatos de la convocatoria, se suele hablar de un proyecto concreto: un reportaje, una entrevista, etcétera. La newsletter, por otro lado, es algo que no funciona aislado, tiene una continuidad.
– ¿Cuánto tardáis en preparar una sola publicación? A menudo no se valora el trabajo necesario para escribir.
J. F.: Nos lleva mucho tiempo. Podría parecer que después de un año y medio que llevamos haciendo estas publicaciones iríamos reduciendo el tiempo, pero lo cierto es que ocurre al revés porque cada vez hay más tareas.
Ahora mismo le dedicamos los miércoles enteros. Los dos, es decir, dos jornadas laborales (largas) completas. Hablamos desde las 8:30 horas hasta las 18:30 horas, aproximadamente. Más luego otro medio día más entre redes sociales, temas de marca, etcétera.
Es importante tener en cuenta que la gente que consigue vivir de sus newsletters (en España no sé si habrá casos, pero en Estados Unidos seguro) le dedican toda la semana. Es decir, es su trabajo a tiempo completo.
«Le dedicamos los miércoles enteros. Los dos, es decir, dos jornadas laborales (largas) completas»
– Para quien no sepa cómo se redacta una newsletter o qué pasos hacen falta, ¿qué podéis contar sobre vuestra forma de trabajar?
T. A.: Nosotros de lo que partimos es de una lista de medios y cada semana los revisamos. Son unos 40…
J. F.: 68; que los he contado esta mañana.
T. A.: Hacemos una lectura y vamos seleccionando aquellos temas que nos parecen más interesantes. Tras ello nos reunimos y hacemos lo mismo que se hace en la prensa tradicional: ver qué temas deben entrar en la newsletter. Elegimos los más relevantes, nos los dividimos y escribimos. Esto ocurre generalmente ya por la tarde.
J. F.: Y sobre eso hacemos varias revisiones y correcciones.
T. A.: El trabajo principal es de lectura, formación y síntesis. El formato es nuevo, pero es el trabajo de periodista de toda la vida.
– El hecho de no tener ninguna marca detrás, ¿os da más libertad que en otros formatos en los que participáis?
J. F.: A priori, sí, aunque yo nunca he sentido que nadie me haya dicho que no a algo. Tanto medios como empresas para los que he trabajado y trabajo me han dado libertad. Claro que siempre hay un punto de autocensura. Mientras sea riguroso y correcto, adelante.
«El formato es nuevo, pero es el trabajo de periodista de toda la vida»
– ¿Consideráis adecuado hablar de «crisis climática» o debemos seguir usando «cambio climático»?
J. F.: Es un debate muy abierto en periodismo medioambiental. Igual me equivoco, pero creo que nosotros tendemos a llamarlo «cambio climático». A veces se puede usar la palabra «crisis», aunque si hablas desde una perspectiva científica el fenómeno al que asistimos se llama «cambio climático».
Caer en el abuso de usar «crisis climática» puede incluso llegar a desvirtuar el problema porque cuando pasan 10, 15, 20, 30 años y sigues en crisis climática, quizá «cambio climático» funcione mejor para definir el problema.
T. A.: Creo que «crisis climática» se puede usar más cuando se habla de las consecuencias.
J. F.: En efecto. «Crisis ambiental» sí que lo usamos más. O para crisis puntuales como la que vive ahora Madagascar. Tampoco diría que seamos tan expertos como para tener una opinión fuerte al respecto. Personas como Andreu Escrivà manifiestan que el término «crisis» puede llegar a banalizar el hecho. Además, el cambio climático es solo uno de los muchos problemas medioambientales que tenemos. A este se suma la pérdida de la biodiversidad, el agotamiento de los suelos, etcétera.
– Es una estimación, pero cada año que un correo pasa almacenado en un servidor online genera unos 10 gramos de CO?. ¿Habéis calculado vuestra huella ambiental?
T. A.: De la newsletter, aún no. De otros aspectos de nuestra vida, sí. Hay muchas calculadoras que se pueden usar si tienes curiosidad. Cualquier aspecto de nuestra vida va a tener un impacto medioambiental, de eso sí somos muy conscientes. De hecho, lo que intentamos con la newsletter es informar y que otras personas también sean conscientes. Sin alarmar.
J. F.: Yo estaba pensando en la elección de los servidores, que sin duda siempre influye algo. En nuestro caso están aquí, en Santiago de Compostela (Galicia). Sabemos que es una empresa que tiene un porcentaje alto de energías renovables, aunque es muy difícil de saber la huella real. Pero nos lo apuntamos como tarea.
– Hay entornos que permiten calcular la huella de la web como Website Carbon Calculator.
J. F.: Ah, pues somos ‘limpios’. Dice que “¡Hurra! Esta página web es más limpia que 74 % de páginas web probadas”. Aunque estoy pensando que nuestro mayor impacto son los emails.
– Algo de lo que apenas habláis en vuestra newsletter es de hábitos sostenibles, a diferencia de otros medios que llaman a la acción. ¿Por qué esta postura más informativa?
«Nosotros no tenemos las verdades absolutas»
T. A.: Queríamos diferenciarnos de la faceta más activista por el simple motivo de que eso ya existe. En lugar de sugerir a la gente qué debe o no debe hacer, darle herramientas para que ellos mismos lleguen a sus decisiones. Sí que nos han dicho los lectores que necesitan consejos para solucionar algunos problemas, por lo que sí nos hemos planteado dar alguna información de este tipo.
J. F.: Alguna vez hemos publicado algo, como cuando abordamos el tema de vivir sin plástico. Pero es cierto que el tema tips no lo tratamos, en parte porque hay mucha turra por ahí. Esto puede cansar y, además, nosotros no tenemos las verdades absolutas para ir diciendo a la gente cómo puede cambiar su vida y que todo vaya a mejor.
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Imágenes | Johann Siemens, Fabian Struwe, frank mckenna