«Por un mundo digital inclusivo: Innovación y tecnología para la igualdad de género» ha sido el lema elegido por Naciones Unidas para celebrar el Día Internacional de la Mujer en 2023.
avances registrados en los últimos años en igualdad de género, las mujeres siguen teniendo una baja representación en el ámbito de la creación, el uso y la regulación de la tecnología. Según destaca la ONU, esta situación no sólo limita su empoderamiento digital, sino también el potencial transformador de la tecnología en su conjunto: durante la última década, la exclusión de las mujeres del universo digital ha restado 1 billón de dólares estadounidenses del producto interno bruto de los países de ingresos medianos y bajos.
Y es que, a pesar de losDado que nuestra vida diaria está cada vez más digitalizada, las brechas de género en el acceso digital amenazan con dejar todavía más rezagadas a las mujeres y a las niñas. A pesar de que los esfuerzos para cerrar estas brechas han logrado mejoras en los índices de paridad de género, la diferencia absoluta entre el número de hombres y mujeres en línea ha aumentado en la práctica en 20 millones desde 2019. Hoy, el 63 por ciento de las mujeres tiene acceso a Internet, una cifra que asciende al 69 por ciento en el caso de los hombres. Y las mujeres tienen un 12 por ciento menos de probabilidades de poseer un teléfono móvil.
Cifras globales que no reflejan la realidad en grupos marginados, como las mujeres de más edad, las que viven en zonas rurales y las mujeres con discapacidad, se enfrentan a barreras de conectividad más acusadas.
Tal como apunta la ONU «no podemos permitir que la tecnología exacerbe las desigualdades existentes y concentre todavía más el poder en manos de unos pocos sino que debemos ponerla a trabajar por un futuro más seguro, sostenible y equitativo para todas y todos».
igualdad de género en carreras stem
Para eliminar la brecha de género en el acceso a la tecnología, es clave que las mujeres sean partícipes de su desarrollo. Sin embargo, siguen estando en minoría en las disciplinas STEM en el mundo laboral como en el académico, y constituyen sólo el 28 por ciento de las personas graduadas en ingeniería, el 22 por ciento de quienes trabajan en inteligencia artificial y menos de un tercio de la fuerza laboral en el sector tecnológico en todo el mundo.
Hay que crear programas específicos de mejora y ampliación de las competencias profesionales enfocados prioritariamente en los grupos con un mayor riesgo de exclusión
Tal como afirma Naciones Unidas, «sin una representación igualitaria en estos campos, la participación de las mujeres en el diseño de la tecnología, la investigación, las inversiones y las políticas seguirá estando seriamente restringida». Esos mismos retos también condicionan su acceso a empleos bien remunerados que están experimentando un rápido crecimiento, una desigualdad a la que se suma el hecho de que, cuando la tecnología y la innovación digital transforman un sector, son las mujeres quienes más sufren la pérdida de trabajo.
Uno de los elementos clave para que las mujeres tengan éxito en un entorno laboral cambiante, es la creación programas específicos de mejora y ampliación de las competencias profesionales enfocados prioritariamente en los grupos con un mayor riesgo de exclusión. En este sentido, hay que destacar la reciente inauguración del Orange Digital Center de Fundación Orange en Madrid que, entre sus líneas de trabajo, incluye la inclusión digital de mujeres en situación de vulnerabilidad.
Esta entidad realiza múltiples actividades relacionadas con la eliminación de la brecha de género que dificulta el acceso de la mujer a la tecnología, entre las que se encuentran la concesión del Premio Mujer y Tecnología para visibilizar referentes femeninos en este ámbito, las aulas EDYTA o la firma de acuerdos con otras entidades para, a través de la tecnología, mejorar la opciones laborales de mujeres desempleadas.
Como señaló a Nobbot Elizabeth Tchoungui, directora ejecutiva RSC, Diversidad y Solidaridad del Grupo Orange, presidenta delegada de la Fundación Orange, lo digital es progreso si es accesible para todo el mundo y solo de esta forma, mediante la eliminación de barreras, la innovación y la sostenibilidad serán los motores del cambio en un mundo global.
eliminación de sesgos en la tecnología
Otra de las líneas de trabajo que apunta Naciones Unidas para eliminar la brecha de género en el mundo de la tecnología es el desarrollo de herramientas digitales que atiendan a las necesidades e intereses de las mujeres. Crear una tecnología más inclusiva y menos sesgada empieza por aplicar procesos de diseño y regulación anclados en los derechos humanos. Eso implica centrarse en la voz de las mujeres marginadas y vulnerables, así como incluir a profesionales de las ciencias sociales y del comportamiento y a especialistas en derechos humanos en el diseño de las nuevas herramientas digitales.
Entre otros efectos negativos, las brechas de acceso digital implican que las mujeres generan menos datos que los hombres y la carencia de información desglosada por género conduce a una representación desigual en los conjuntos de datos. Esta realidad tiene consecuencias importantes en los resultados del aprendizaje automático y la prestación de servicios a través de inteligencia artificial (IA). Un estudio global que ha analizado 133 sistemas de IA creados desde 1988 ha desvelado que el 44 por ciento presentan sesgos de género, con un 25 por ciento que combina sesgos de género y raciales, lo que se traduce en un servicio de peor calidad, una distribución desigual de los recursos y la perpetuación de los estereotipos negativos.
El 44 por ciento de los sistemas de Inteligencia Artificial presentan sesgos de género que, en un 25 por ciento, se combinan con sesgos raciales
violencia de género online
Por último la ONU apunta la necesidad de acabar con la violencia de género facilitada por la tecnología. Aunque estos actos suelen producirse en un entorno virtual, provocan daños tangibles de naturaleza física, sexual, psicológica, social, política y/o económica. Este tipo de violencia no acaba cuando las mujeres se desconectan: existe una conexión entre el mundo real y la violencia en línea, de modo que la tecnología contribuye a perpetuar e intensificar conductas como el acecho, la trata y otras formas de abuso.
Como ocurre con el resto de formas de violencia de género, la violencia en línea apenas se denuncia: sólo 1 de cada 4 mujeres denuncia los actos violentos a la plataforma en la que se han producido y son todavía menos —un 14 por ciento— las que denuncian ante un organismo de protección.
Por ello hay que desarrollar marcos legales más amplios coordinados con las organizaciones de mujeres y centrados en los derechos humanos y en enfoques sensibles a la experiencia de las personas sobrevivientes. La capacitación sobre ciudadanía digital ayudaría también a abordar la cuestión de la violencia en línea, a inculcar un uso ético y empático de los medios digitales y a formar a los niños y a los hombres como defensores de la igualdad de género.
Una buena práctica está representada por el proyecto europeo Destalk. Nace de la colaboración de empresas de seguridad informática, instituciones públicas y organismos de investigación y el sector privado. Su objetivo es fortalecer las habilidades en el reconocimiento y manejo de la ciberviolencia y el stalkerware, brindando herramientas y habilidades para reconocer y enfrentar estas nuevas formas de violencia de género.
Otra iniciativa de interés está protagonizada por la compañía Orange y consiste en una campaña que, con el nombre #porunusolovedelatecnología, pretende educar a las familias y a los más jóvenes en el uso responsable de las herramientas digitales.
Fuente: ONU