En 2011 Adobe se llevó a la nube sus programas de edición, vídeo y diseño gráfico.Eso significaba que herramientas tan extendidas como Photoshop, InDesign o Acrobat se iban al cloud. Con este movimiento, la multinacional estadounidense se ponía a la altura de los tiempos. Fue un terremoto en el sector mundial del diseño gráfico.
Además, Adobe aliviaba así uno de los grandes males que había sufrido desde siempre, la piratería de su software. En la nube, Adobe unificaba toda su oferta de aplicaciones en torno a un servicio: Adobe Creative Cloud.
Hasta ese momento, la empresa con sede en San José, California, vendía licencias perpetuas. Es decir, programas que se adquirían de por vida pero que, ni aun así, daban derecho a las actualizaciones del fabricante, por las que el usuario tenía que volver a pagar, aunque para ello disfrutara de algún descuento.
Como decimos, el problema es que este modelo de instalación daba lugar a un alto índice de piratería. Muchos usuarios particulares y también de empresa siempre consideraron desproporcionado el precio de entrada de los programas, de muchos cientos de euros en algunos casos.
Hoy, con la suite Creative Cloud, el usuario usa los programas bajo un esquema de software como servicio (SaaS). Es decir, abona mensualmente una cantidad (por ejemplo, 24,19 euros al mes por Photoshop). Eso sí, una vez deja de pagar, pierde el acceso a las aplicaciones.
70 euros al mes por la versión para empresas
La suite completa está disponible en versión para particulares a 60,49 euros/mes. Ese importe incluye hasta 100 GB de almacenamiento en la nube de Adobe. Para las empresas, el coste se eleva un poco (hasta los 69,99 euros/mes). Esta versión añade una consola de gestión de licencias y sincronización instantánea de activos en todos los dispositivos. Además, las compañías que contraten la suite tendrán acceso a las fuentes de Adobe, asistencia técnica exclusiva a cualquier hora y los mismos 100 GB de almacenamiento cloud que los particulares.
Adobe Creative Cloud incluye más de 20 programas, que van desde los clásicos Photoshop (retoque fotográfico), Illustrator (para creación de gráficos vectoriales) o Acrobat Pro (para trabajo con PDF), a otros más específicos, como After Effects (para crear efectos visuales en películas), Dimension (creación de imágenes en 3D), Lightroom (para organizar las fotos en el escritorio) o Adobe Fresco (para dibujar y pintar en los dispositivos táctiles de Apple).
Precios especiales para el sector educativo
Estas aplicaciones se pueden comprar también de forma individual. Y tienen precios que van de los 12 a los 30 euros, dependiendo del programa y del plan que elija el cliente. Hay que recordar también que, además de los paquetes de consumo y de empresa, Adobe Creative Cloud también ofrece esquemas de pago especiales para colegios y universidades. Y también los estudiantes y profesores, de forma individual, se pueden beneficiar de descuentos de hasta un 65% sobre el PVP inicial.
La suite lanza una actualización potente de sus aplicaciones una vez al año. No obstante, mientras tanto, Adobe va introduciendo cambios menores cada dos meses aproximadamente. Esa renovación constante del software, que se extiende a todos los programas del paquete y que a veces afecta a la configuración de los menús o a los atajos de teclado, hace que para los usuarios sea complejo mantenerse al día.
más fácil gestionar las actualizaciones
De todas formas, en la última versión de Adobe Creative Cloud para Windows y Mac, lanzada solo hace unas semanas, la gran novedad tenía que ver precisamente con la gestión de estos cambios. Ahora, la interfaz de la suite funciona como ventana independiente.
Desde ella, el usuario puede ver las actualizaciones pendientes de instalar en cada herramienta o incluso ir a una versión anterior. También tendrá los programas cubiertos por la suscripción y podrá acceder a tutoriales y a las bibliotecas con materiales y recursos.
Son las últimas modificaciones en una suite que, de uno u otro modo, está omnipresente en las empresas de todo el mundo y en los escritorios de millones de profesionales del diseño gráfico y la fotografía.
No hay que olvidar que programas como Photoshop, InDesign o Acrobat (para el trabajo con PDF) son estándares de facto de la industria. y, de hecho PDF, el formato de almacenamiento para documentos digitales más universal ahora mismo, fue un desarrollo de la propia Adobe a inicios de los 90.
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Imágenes | Adobe y iStock.com/PrathanChorruangsak / DavidTran