La nueva ley de educación hace peligrar la asignatura de informática en Bachillerato. Profesores, colegios de ingenieros informáticos y asociaciones empresariales advierten de que su desaparición empobrecerá a los alumnos en un mundo y una economía cada vez más digital. Y eso supone un paso atrás para el país.
A principios de 2021 entró en vigor la LOMLOE o ‘ley Celaá’, que es nada menos que la octava ley educativa en los últimos 40 años de historia de España. Su redacción ha levantado mucha controversia en el sector tecnológico y entre los docentes de informática. El problema es que no hace referencia explícita a la asignatura de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en la lista de materias optativas para el Bachillerato. Algo que sí contemplaba la norma anterior, la LOMCE, que data de 2013 y que incluso estipulaba el número de horas que debía tener.
DECIDIRÁ CADA COMUNIDAD AUTÓNOMA
El Ministerio de Educación y Formación Profesional, cuya titular es Pilar Alegría, tiene intención de dejar en manos de las comunidades autónomas la ordenación de las materias optativas en este periodo docente. Es decir, que serán las consejerías de educación de cada territorio las que al final decidirán si incluir o no las nuevas tecnologías en el currículum de los jóvenes que se preparan para la universidad. Por lo tanto, puede darse el caso de que haya infinitas versiones de cómo organizar las optativas en este país. Pues cada una de las 17 autonomías generará un listado de materias propio y, además, cada centro tendrá un margen para configurarlas a su gusto.
La ministra Alegría ha tranquilizado los ánimos diciendo que el Gobierno no va a eliminar esta materia, sino que la va a hacer omnipresente. En línea con el ejemplo de otros países europeos, el objetivo del Ministerio es que las competencias digitales y tecnológicas sean transversales a todo el currículum académico. Es decir, que estén de alguna manera presentes en todas las asignaturas que cursan los alumnos.
Docentes e informáticos están que trinan
Sin embargo, profesores, asociaciones de docentes de Tecnologías de la Comunicación (TIC) y colegios de ingenieros informáticos están que trinan con la medida. Entienden que debilita una asignatura que, ya de por sí, cuenta con muy pocas horas en los planes de estudio. Y muchos profesionales temen que acabe desapareciendo o teniendo una presencia muy residual. Muchos no comprenden la decisión en un mundo cada vez más digital y tan necesitado del llamado ‘talento tecnológico’: programadores, expertos en ciberseguridad, inteligencia artificial y big data y arquitectos cloud.
David Santo, decano del Colegio de Ingeniería en Informática de Andalucía, no se anda con rodeos. Él considera la decisión del Gobierno de no hacer mención a la asignatura de informática en el Bachillerato en la LOMLOE como “una auténtica barbaridad”. Para Santo es, sencillamente, “el mayor error de una ley educativa de la historia de este país y un sinsentido histórico para el futuro de nuestra sociedad”.
Y sostiene que, con una medida así, se está condenando a ser analfabetos a toda una generación. En un tono menos encendido, pero también combativo, se manifiesta Ana María Navarro, vicepresidenta de la Asociación de Profesores de Informática de la Comunidad Valenciana (APICV). Esta entidad ya ha enviado alegaciones para modificar la LOMLOE y se ha movilizado para cambiar el curso de los acontecimientos. Para Navarro, el alumnado de Bachillerato perderá “la oportunidad de adquirir los conocimientos necesarios para su futuro, tanto personal como profesional”. Y tendrá que buscar alternativas en la universidad o en los ciclos formativos de Formación Profesional.
“faltaN coherencia y miras a nivel social”
Marisol Moreno da clases de TIC a alumnos de Bachillerato en un instituto público del centro de Madrid. Ella considera que la LOMLOE muestra “falta de coherencia y miras a nivel social”. Y asegura que desconecta a los alumnos de una realidad que “está marcando y va a marcar sus vidas a todos los niveles». “Los alumnos podrían perder una asignatura imprescindible. Las grandes decisiones hoy están relacionadas con los algoritmos o se toman en función de las redes sociales. Además, los chicos pierden capacidades para la resolución de problemas o la programación”.
Otra profesora de nuevas tecnologías en un instituto de secundaria de la capital de España, Celia Gómez, no entiende la decisión, sobre todo cuando hay mucho por hacer en materia de formación tecnológica. Ella reconoce que muchos alumnos que llegan al Bachillerato ni siquiera han abierto una hoja de Excel en su vida, y mucho menos “le han puesto una fórmula o han creado un filtro”. Además, duda que la tecnología se pueda hacer transversal cuando no hay ni siquiera ordenadores en todas las clases.
Para Navarro, de la APICV, apostar por la tecnología como material transversal es una incongruencia. “Asegurar que se adquieren suficientes conocimientos y destrezas trabajando la competencia digital de forma transversal es equivalente a proponer que no haga falta la asignatura de lengua castellana porque en todas las demás materias se habla y se escribe”. “Nadie se pensaría en eliminar las matemáticas o las lenguas porque ya se utilizan en el resto de las materias. La informática lleva en nuestras vidas poco tiempo, pero ha entrado con fuerza, y por eso no se debe obviar”, añade.
UNA asignatura que va más allá de Office
Durante la secundaria está generalizado el uso de la ofimática, sobre todo del procesador de textos y de PowerPoint para hacer presentaciones, y la búsqueda de información en internet. “Pero eso no es informática”, advierte la portavoz de los profesores valencianos. Y es que la asignatura de TIC en Bachillerato aborda cuestiones básicas como la arquitectura de un ordenador y los sistemas operativos al comienzo del primer curso, pero luego trasciende y añade conocimientos sobre creación de contenidos (HTML, CSS…), bases de datos, análisis de redes, programación, desarrollo de aplicaciones, producción digital y ciberseguridad. Marisol Moreno, por ejemplo, enseña a sus diez alumnos de segundo de Bachillerato programación en Java o creación de páginas web en las escasas dos horas semanales que tiene con ellos.
La portavoz de los profesores de informática de la Comunidad Valenciana recuerda que anteriores leyes y la misma pandemia “han dejado en evidencia que no es suficiente abordar dicha competencia digital únicamente de manera transversal. La transversalidad suele trabajar la competencia digital de forma superficial y restringida”. Es decir, que si las TIC, como se las conocen hasta ahora, desaparecen del currículo, tendremos universitarios que solo sabrán manejar, a veces de manera pobre, internet y Microsoft Office, y poco más.
No es lo mismo consumir contenidos que crearlos
Es, como subraya el decano del Colegio de Ingeniería Informática de Andalucía, David Santo, condenarlos al analfabetismo digital. “La propuesta de LOMLOE pretende formar al alumnado mayoritariamente como personas usuarias de las herramientas, no como creadoras de las mismas. La propuesta dirige a la ciudadanía española a ser consumidora de los productos tecnológicos, no la empodera para crearlos”, avisa Navarro, de la APICV.
Por su parte, Eduard Martin, el decano del Colegio Oficial de Ingeniería Informática de Cataluña (COEINF), tiene una opinión más matizada. Él defiende el concepto de transversalidad. Y recomienda ser “muy cautos” a la hora de ver cómo se introducen unas competencias digitales en la educación. Y es que, para Martin, hay que distinguir entre las personas que van a ser profesionales de la informática y las que serán usuarios de productos digitales.
Para la profesora Moreno, “no es lo mismo ser usuario de aplicaciones informáticas que saber crearlas y analizarlas, o desarrollar un pensamiento computacional o una reflexión crítica sobre la sociedad que tenemos y los algoritmos que la controlan”.
En definitiva, eliminar horas de informática en los cursos preuniversitarios supone renunciar al empoderamiento tecnológico y digital de esos futuros profesionales y ciudadanos. Nuestros jóvenes saldrían peor formados que un bachiller del siglo XX que hubiera acabado sus estudios sin saber leer ni escribir, proclama Santo.
Drama para el profesorado especializado en TIC
Una transversalidad con una mínima calidad requeriría tener profesores de todas las materias con buenos conocimientos informáticos. O, por lo menos, darles tiempo para adquirirlos. Y eso también es una quimera hoy en día. Para los profesores de TIC, la LOMLOE puede convertirse en un drama. “Al profesorado interino de la especialidad se le está enviando al paro”, mantiene David Santo.
La profesora Gómez asegura que eliminar las TIC del Bachillerato en su centro supondría quitar nueve horas lectivas a la semana, lo que equivale a la carga de “medio profesor”. Los expertos temen que con el nuevo planteamiento legal, los profesores ‘puros’ de informática terminen desapareciendo de los institutos de secundaria. Y que acaben en los centros de Formación Profesional, ya que en la ESO y en Bachillerato no habrá suficientes horas para ellos con las nuevas asignaturas de tecnología y digitalización. “El talento tecnológico estará solamente en la Formación Porfesional relacionada con la tecnología y la informática”, avisa Santo.
Para los expertos consultados por Nobbot, la decisión de diluir la presencia de las TIC en Bachillerato llega en el peor momento. Y podría tener serias implicaciones no solo para estudiantes y docentes, sino para el conjunto del país, para sus empresas y economía. La pandemia ha obligado a muchas compañías y organismos públicos a apostar por una digitalización acelerada para seguir operativos. Además, los fondos europeos, que podrían dejar más de 70 000 millones de euros en forma de ayudas a fondo perdido, tiene en la digitalización una pata fundamental.
El país necesita a un ejército de profesionales
Para todo ello, España, como el resto de Europa y del mundo desarrollado, necesita un ejército de profesionales expertos en programación, análisis de datos, inteligencia artificial y ciberseguridad, entre otras materias. Sin embargo, el sector docente está muy lejos de cubrir esta demanda de talento. De hecho, hoy ya faltan entre 70 000 y 75 000 informáticos solo en el sector tecnológico nacional, según la patronal DigitalES. Según un informe de Barcelona Digital Talent, en 2019 España necesitaba 300 000 programadores para hacer frente al nuevo escenario tecnológico. Y es previsible que hoy sean muchos más.
En este escenario de carestía de talento, todo lo que sea mermar la docencia tecnológica en la secundaria complica aún más las cosas. Además, la desaparición de las TIC en el Bachillerato en muchos institutos ahondaría aún más la brecha de género en el sector tecnológico y alejaría aún más a las chicas de las carreras técnicas.
una optativa que puede marcar el futuro
Los expertos consultados por Nobbot lo tienen claro. El decano del COEINF, Eduard Martin, cree que el país perdería competitividad y potenciales vocaciones profesionales. Sobre todo porque supondría la desaparición de la tecnología del periodo formativo en el que muchos estudiantes están decidiendo qué carrera y futuro profesional escoger. Es también la advertencia que lanzan desde la patronal Ametic. Por su parte, Ana María Navarro, de la APICV, enfatiza que es “una aberración que pagaremos como sociedad en corto y medio plazo con una pérdida tremenda de competitividad de nuestra fuerza productiva”.
”La economía productiva que tendremos dentro de 10 o 20 años será principalmente digital. Y habremos optado como sociedad por excluir de esta economía a grandes capas de nuestra sociedad mediante el analfabetismo digital”, advierte el decano del Colegio de Ingenieros Informáticos de Andalucía. Pero no todo está perdido. “La semilla del interés por la tecnología se puede poner en una asignatura optativa. Una optativa puede marcar el futuro de un alumno”, recuerda la profesora Celia Gómez. Ahora queda el reto de mantener esa optativa llamada TIC.
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