Un estudio de la Universidad de Standford, dirigido por Michal Kosinski, afirma poder determinar la tendencia política de las personas aplicando técnicas de reconocimiento facial a fotografías de sus rostros.
Nature, se ha aplicado un algoritmo de reconocimiento facial a imágenes de 1.085.795 individuos, de EE.UU., Canadá y Reino Unido con el objetivo de predecir su orientación política al comparar su similitud con los rostros de otros liberales y conservadores. El porcentaje de acierto fue del 72%, notablemente mejor que la casualidad (50%), la precisión humana (55%). El resultado fue similar en todos los países, entornos (Facebook y sitios web de citas) y al comparar rostros entre muestras. La precisión se mantuvo alta (69%) incluso al segmentar por edad, género y origen étnico.
Para realizar este polémico trabajo, publicado enMás que en los rasgos, la investigación encuentra diferencias en las actidudes de los retratados. Las personas que se identifican a sí mismas como liberales, por ejemplo, resultan más propensas a mirar a la cámara y a expresar “sorpresa” en sus fotografías. Los conservadores, por su parte, además de ser en general hombres blancos y de edad avanzada, también muestran más “incomodidad” en sus fotos.
dudas sobre los resultados
Hay dudas sobre los resultados obtenidos por este estudio, que recuerdan a los anunciados por la Frenología, en el siglo XIX, que hoy resultan obsoletos. En 2017, este investigador publicó otra polémica investigación en la que afirmaba poder detectar con precisión la orientación sexual de una persona en función de sus rasgos faciales, que fue recibida con escepticismo por la comunidad científica.
Quizás para cubrirse las espaldas, Kosinski dice en sus notas que «algunos pueden dudar de que las precisiones informadas aquí sean lo suficientemente altas como para causar preocupación. Sin embargo, se puede conseguir una mayor precisión utilizando varias imágenes por persona o de mayor resolución; formando redes neuronales personalizadas destinadas específicamente a la orientación política; o incluyendo señales no faciales como peinado, ropa, sombreros o imagen de fondo».
Visto así, puede que este estudio solo sea una llamada de atención sobre las posibilidades que puede tener la tecnología de reconocimiento facial en el futuro.
preocupación por el reconocimiento facial
Tal como explica en su estudio Kosinski, existe una preocupación creciente de que el uso generalizado del reconocimiento facial conducirá a un declive dramático de la privacidad y las libertades civiles . «Las ubicuas cámaras de circuito cerrado de televisión y las gigantescas bases de datos de imágenes faciales, que van desde perfiles de redes sociales públicas hasta registros de tarjetas de identificación nacionales, hacen que sea alarmantemente fácil identificar a las personas, así como rastrear su ubicación e interacciones sociales. Además, a diferencia de muchos otros sistemas biométricos, el reconocimiento facial se puede utilizar sin el consentimiento o conocimiento de los sujetos».
Este nuevo estudio apunta que la vigilancia generalizada puede no ser el único riesgo que genera el reconocimiento facial. Además de identificar a las personas, los algoritmos pueden identificar sus atributos , ya que algunos de ellos están relacionados con la apariencia facial. «Como los humanos, los algoritmos de reconocimiento facial pueden inferir con precisión el género, la edad, la etnia o el estado emocional. Desafortunadamente, la lista de atributos personales que se pueden inferir del rostro se extiende mucho más allá de esos pocos ejemplos obvios», alerta Michael Kosinski.
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