Alex Rogers, uno de los biólogos marinos más importantes del mundo, ha pasado los últimos treinta años estudiando la vida en los océanos. En su nuevo libro, Misterios de las profundidades, hace un recorrido por sus investigaciones y nos dice cómo podemos contribuir a la recuperación de los océanos.
Menos personas han estado en la parte más profunda del océano que en la Luna, e incluso ahora la gran mayoría de este mundo submarino, que cubre tres cuartas partes del planeta y conforma su mayor ecosistema, sigue siendo un lugar desconocido, todavía no explorado por los científicos. Pero los océanos contienen casi el noventa por ciento de la vida, y los procesos físicos y biológicos que allí se producen son esenciales para nuestra supervivencia en la Tierra.
Misterios de las profundidades es un retrato magistral de unos mares y océanos que solo ahora empezamos a comprender, y una llamada de atención llena de esperanza para que cambiemos nuestra relación con ellos antes de que sea demasiado tarde.
En su libro, Alex Rogers nos lleva en un viaje épico a un mundo extraño: nos presenta espectaculares arrecifes de coral, montañas submarinas y criaturas marinas a cada cual más asombrosa, pero también nos enseña cómo estamos destruyendo ese mundo con la contaminación, la sobrepesca y el cambio climático.
6 consejos para la recuperación de los océanos
Además de plantear medidas globales para la recuperación de los océanos, el autor también apela a nuestra responsabilidad individual para conseguir este empeño y lo hace ofreciendo seis sencillos consejos que pueden mejorar la salud del ecosistema marino. Son estos:
- «Reduzca su huella de carbono. Economice, en lo posible, el consumo de energía en casa. Evite el uso del coche siempre que sea posible: vaya en bicicleta, camine al trabajo o utilice el transporte público; ¡incluso puede mejorar su salud!
- Infórmese de qué pescados se consideran sostenibles. Varias organizaciones elaboran guías sobre la sostenibilidad del pescado y el marisco.
- Evite los plásticos de un solo uso. Todos esos plásticos desechables -bebidas embotelladas, bolsas de plástico, pajitas de plástico, platos de plástico, vasos de plástico y, sin duda, muchos otros artículos desechables-. Elija artículos reutilizables (por ejemplo, botellas de agua de acero, bolsas de tela reutilizables) o, si tiene que usar artículos desechables, asegúrese de que sean reciclables o puedan ser transformados en abono. Aunque no lo crea, incluso la ropa que lleva puesta influye en la contaminación del océano.
- Sea consciente del contenido químico de los artículos domésticos que utiliza a diario. Sin duda, cuando mira los ingredientes de un frasco de champú o gel de ducha, se encuentra con una gran lista de productos químicos con los que no está familiarizado y, por tanto, probablemente pensará que se trata de información inútil. Pero no desespere. La ayuda está al alcance de la mano.
- Infórmese sobre el océano, su biodiversidad, su importancia para nosotros y nuestro impacto como humanos en él. La lectura de libros relevantes (si está leyendo esto, ya ha dado este paso), la visualización de documentales o la investigación en internet son formas divertidas de hacerlo.
- Tenga en consideración el impacto de las actividades de ocio en el océano. Muchos de ustedes pasarán tiempo en la playa o en el mar, navegando, haciendo kayak, buceando o pes-cando. ¿Puede realizar su actividad de forma que sea menos perjudicial para su entorno? Puede hacerlo utilizando puntos de anclaje fijos, no tocando o sentándose sobre la vida marina cuando bucea, no dejando su basura en la playa».