Imagínate que te registras por primera vez en Facebook o en Instagram y, cuando lo haces, ya hay cientos de publicaciones en las que eres el protagonista. Actualizaciones que aparecen en tu perfil, que no has hecho tú y que definen cómo eres. Publicaciones con reacciones y comentarios y que han sido vistas por multitud de personas.
perfiles en aplicaciones y servicios y tener, por tanto, una identidad digital, ésta estará en parte ya construida por alguien que no son ellos.
Esto es, básicamente, lo que puede pasarles a todos esos niños del presente cuyos padres se dedican a subir fotos de sus hijos a las redes sociales. ¿Deben los padres subir estas imágenes de sus hijos? Cuando los niños lleguen a la edad de poder abrirseMás fotos de tus hijos que tuyas
Según un estudio realizado en el Reino Unido, los padres de niños menores de 5 años suben cerca de 200 fotos de sus hijos al año. Es decir, que al cumplir 5 años, un niño ya tiene 1.000 fotos suyas publicadas en internet. Mientras, otro estudio de 2010 señalaba que alrededor del 92% de los niños de 2 años de Estados Unidos ya tenía una presencia en Internet.
Cabe recordar que, cuando algo se sube a Internet, se queda para siempre. Y aunque son muchos los padres que hacen esta continua advertencia a sus hijos, el estudio del Reino Unido asegura que los padres a menudo no han considerado el alcance potencial y la longevidad de la información digital que están compartiendo de sus hijos.
Es cierto que cuando un padre o madre sube una foto de sus hijos lo hace sin mala intención. Es más, en realidad se hace porque creen que están exponiendo algo personal sobre su propia vida en lugar de la de su hijo.
Pero ya el año pasado el gobierno francés instó a los padres a dejar de publicar imágenes de sus hijos en redes sociales. Según las leyes de privacidad de Francia, los padres podrían ser castigados con penas de hasta un año de prisión y una multa de 45.000 euros si son declarados culpables de publicar detalles íntimos de sus hijos sin su consentimiento.
¿Daño psicológico?
Que levante la mano el que, revisando sus fotos de pequeño, no haya sentido un poco de vergüenza por verse con determinada ropa y apariencia y haya pensado que cómo sus padres le vestían así. Ahora ponte en la piel de tu hijo y piensa cómo puede sentirse, dentro de 20 años, cuando alguien le recuerde esa foto que has subido de él, en el que te parece que va tan guapo pero que, a los ojos de la moda de 2030, irá hecho un payasete.
Según Bahareh Keith, pediatra miembro de la Academia Americana de Pediatría, publicar fotos de nuestros hijos en Internet podría afectarles psicosocialmente. Fundamentalmente, el problema con la sobreexposición de los niños es a las opiniones de otras personas y cómo les puede afectar esos comentarios. Por no hablar de los otros problemas, como el robo de identidad.
La Academia de Pediatría de Estados Unidos recomienda a los padres revisar y conocer las políticas de privacidad de las diferentes redes sociales y seleccionar audiencias específicas para cada pieza de información compartida. De esta forma, evitaremos que un comportamiento que consideramos gracioso de nuestro hijo pueda convertirse en carne de cañón de meme y volverse viral.
También podemos establecer el acceso por contraseña en el caso de los sitios de fotos o evitar que los motores de búsqueda indexen este contenido. La asociación de Pediatría también considera útil tener una alerta por si el nombre de nuestro hijo aparece en Google. Además, se recomienda no compartir la ubicación real del menor y evitar la publicación de fotos de sus hijos cuando están desnudados o en trajes de baño.
Yo confieso: subo fotos de mis hijos
Pese a que son casi más las voces que exponen argumentos en contra de publicar fotos de nuestros vástagos en Internet, hay padres que confiesan abiertamente que las publican. Eso sí, algunos lo hacen tomando ciertas precauciones.
Por ejemplo, Rebeca, madre de dos niñas de 12 y casi 10 años, expone poco a sus hijas pero “en ocasiones van a actos conmigo (presentaciones de libros, feria del libro, etc.)” y comparte estas instantáneas. También sube imágenes de vacaciones en las que aparecen, “pero intento que las imágenes se suban a redes sociales unos días después de que hayan sido tomadas, o que salgan sin localización, porque la verdad es que me asusta un poco que puedan verlas todo el mundo o que sepan dónde están. Podría parecer paranoico pero nunca se sabe quién está mirando”.
Además, asegura que la mayor tiene móvil desde hace ocho meses, pero no se le permite tener redes sociales. “Le hemos hablado mucho de que no tiene que mandar imágenes por WhatsApp porque nunca se sabe quién está realmente al otro lado o qué pueden hacer con esas imágenes”.
Mientras, Fernando se cuida mucho de subir fotos de su «pequeño» de 12 años y, cuando lo hace, normalmente él está con su hijo. “No me importa lo que digan los demás, lo hago porque no me gusta «exponer» demasiado a mis hijos en redes, pero no veo mal mayor si son fotos normales: con sus padres, jugando, etc.”, asegura. Una opinión compartida por Ivan, padre de dos niñas de 7 y 10 años. “En ocasiones subo alguna foto suya (conmigo normalmente) a Twitter. No suelo subir muchas pero ocasionalmente no me parece tan mal”, sentencia.
Hay quienes incluso confiesan (como Josep) que, aunque ellos no publican nunca nada donde se las pueda reconocer fácilmente, su ex “lo hace en abierto donde le parece y yo no saco espumarajos por la boca ni nada”, ironiza.
¿Vulneramos sus derechos?
Más allá de las cuestiones de la seguridad de los menores, uno de los argumentos que se suele mencionar entre quienes no son partidarios de que se suban fotos de los hijos a Internet es porque se puede estar menospreciando algunos de los derechos básicos de toda persona. Así que la pregunta es que si cuando un padre sube una foto de su hijo a Internet, ¿está vulnerando el derecho del menor a la intimidad, el honor y la propia imagen?
La Agencia Española Española de Protección de datos asegura que no hay una respuesta taxativa ni a favor ni en contra, pero sí que cree que es necesario que los padres “hayan recibido una formación sobre el impacto de las imágenes subidas a Internet, así como la conveniencia de hacer conscientes tanto a los menores como a los adultos de los derechos y deberes —de unos y de otros— respecto al uso de Internet en general y de las redes sociales en particular”.
Además, este organismo asegura que la LOPD otorga a los menores de edad —pero mayores de catorce años— la capacidad de prestar el consentimiento para el tratamiento de sus datos de carácter personal. Para que este consentimiento sea válido, se exige que la información sobre el tratamiento de los datos de carácter personal de los menores para el cual estos deben prestar su consentimiento sea expresada «en un lenguaje que sea fácilmente comprensible por aquellos.
En Nobot | La seguridad de los niños en internet
Fotos | Pixabay, Pilin_Petunyia