Formación digital, tecnología accesible y extensión de redes de banda ancha son claves para reducir la brecha digital en la España rural.
Miguel Ángel Sánchez Vidales, tecnólogo y profesor del Máster en Industria 4.0 en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), considera que lo más básico para reducir la brecha digital en la España rural es dotar de infraestructuras a estas áreas, especialmente, de fibra óptica y de
Sobre el 5G, el experto cree que «permitirá dotar de comunicación a las zonas rurales y aplicar esta tecnología en lo que se conoce como el Internet de las cosas (loT), gracias a la cual se podrá monitorizar a un animal o un terreno de cultivo sin necesidad de sistemas tecnológicos muy costosos y que consumen grandes cantidades de energía”.
En este sentido, los fondos europeos para la reconstrucción por la pandemia de COVID-19 ofrecen una excelente oportunidad para hacer llegar la cobertura de fibra y 5G en aquellas áreas rurales donde es difícil para las operadoras rentabilizar sus inversiones. Gracias a las nuevas tecnologías se pueden convertir en sitios idóneos donde teletrabajar, abrir nuevos negocios o mejorar la rentabilidad de los existentes y vivir con mejores condiciones, arraigando a nueva población en entornos en riesgo de quedar deshabitados.
La extensión de las redes de banda ancha, fijas y móviles, constituye un pilar fundamental para reducir la brecha digital en la España rural pero, según Sánchez Vidales, no es el único. «El problema radica en que partimos de un entorno en el que las posibilidades digitales y tecnológicas son casi inexistentes y desconocidas, por lo tanto, para reducir la desigualdad digital en el ámbito rural es necesario llevar a cabo también un proceso de transformación digital de ciudadanos y empresas», apunta el experto de la UNIR.
LA ESPAÑA RURAL que no se quiere vaciar
“No es suficiente con instalar 5G o fibra óptica en el medio rural -añade-, se necesita formar a las nuevas generaciones que trabajan en el campo o tienen un comercio. No debemos olvidar que son el futuro de esa España que no queremos vaciar. Por lo tanto, hay que invertir en formar a aquellas personas que estén interesadas en entender cómo, aplicando las nuevas tecnologías, se puede optimizar los costes y aumentar beneficios».
Por otro lado, Sánchez Vidales señala que los proyectos piloto son otro elemento esencial para impulsar la transformación digital en estas áreas. “Llevar a cabo una prueba de concepto permite al agricultor, al ganadero o al comerciante ir aprendiendo, durante el proceso, las ventajas que les aporta esa nueva tecnología en su día a día y finalmente ponerla en marcha”.
Sirva como ejemplo el piloto desarrollado por Orange junto con Agroamb, Ericsson y Qampo, en el marco del Plan Nacional 5G, basado en la instalación de sensores conectados mediante IoT 5G en los campos de cultivo. Unidos a la utilización de mapas satelitales, permiten obtener información puntual sobre el estado de la explotación agraria y mejorar así su rendimiento.
“Si somos capaces de entender que más allá de las infraestructuras se necesita formación, reducir la brecha digital en las zonas rurales será mucho más rápido, pero si no es así, la resistencia cultural y el miedo al cambio va a prevalecer sobre todo lo demás”, concluye el tecnólogo.