En 2012, el CEO de Apple, Tim Cook, se disculpaba públicamente con sus usuarios por el paso en falso dado por su empresa al lanzar una aplicación, Maps, que no estaba a la altura de la casa.
Apple Maps, por ejemplo, mostraba la ciudad australiana de Mildura como si estuviera dentro de un parque nacional, donde las temperaturas pueden alcanzar los 46 grados centígrados, cuando en realidad se encontraba a 70 kilómetros al noreste. Hubo también casos de islas que aparecían dos veces, hospitales y supermercados que se mezclaban y otros errores por el estilo.
Cupertino había decidido separarse de Google y crear sus propios mapas. Desde entonces ya han pasado seis años y Apple ha contratado ingenieros y usado múltiples herramientas para mejorar su sistema de mapeo, incluso con la ayuda de vehículos especiales. El esfuerzo no ha sido en balde y hoy en día los mapas de la Manzana han alcanzado un buen nivel. Además, todo este trabajo probablemente será recompensados con el desarrollo paralelo de su sistema de conducción autónoma. Sin embargo, Google Maps sigue estando lejos.
Apple vs. Google
En un artículo muy detallado llamado ‘Google Maps’s Moat’, el conocido cartógrafo estadounidense Justin O’Beirne ilustra la evolución de los datos cartográficos de Apple y Google a lo largo del tiempo. En esta comparación, el experto explica que la ventaja competitiva de Google reside en el tiempo que tuvo a disposición para mejorar su sistema. «Big G» ha recopilado tantos datos, en tantas áreas, que Apple ahora mismo no puede competir.
Como referencia, Google Maps se lanzó en 2005, y Street View se agregó dos años después. Apple, por otro lado, lanzó su aplicación en 2012. En esta industria, siete años de diferencia son un abismo, ya que han permitido que Google tuviera más tiempo para capturar datos detallados de las diversas áreas del planeta.
El análisis muestra que Google ha ido agregando detalles constantemente en sus mapas, con un nivel de precisión que se extiende a almacenes de herramientas, refugios en parques y garajes. Apple Maps, por otro lado, ofrece muchos menos detalles en la mayoría de las áreas.
O’Beirne explica que Google crea estos datos usando sus propias imágenes de satélite, mientras que Apple probablemente toma sus datos de proveedores terceros como TomTom. Al ser capaz de crear internamente su propia biblioteca de información y datos cartográficos, Google ha podido generar sus propios metadatos, que se utilizan para extrapolar aún más información. Es una ventaja competitiva que continúa creciendo impulsada por sí misma.
Mayor precisión en los mapas de Google
Según O’Beirne, Apple ha perdido algunas ventajas competitivas, cediendo al competidor la oportunidad de contar con una cartografía mucho más detallada que, de cara al usuario, se traduce en instrucciones más precisas e inmediatas. La diferencia cualitativa se encuentra no tanto en las grandes ciudades, sino más bien en las áreas extra urbanas.
Una de las deficiencias detectadas durante el análisis es el tratamiento de la huella de los edificios (incluidas las casas, los depósitos comerciales y demás), que parece particularmente pobre, si no completamente ausente, en los mapas de Apple. El cartógrafo ha notado que Google puede proponer las siluetas de los edificios incluso en áreas rurales que se encuentran en ese 1% de territorio estadounidense no cubierto por Google Street View (o donde el servicio de captura de imágenes pasó hace más de 9 años).
El grado de detalle es aceptable incluso en presencia de pequeños conjuntos de viviendas y también las porciones de áreas verdes parecen recibir un tratamiento muy aproximado en el caso de Apple Maps, a diferencia de Google que las representa correctamente.
Haciendo zoom desde arriba en modo satélite, Google Maps permite ver los techos de los edificios con una resolución y detalles de buena calidad, sobre todo si se compara con las imágenes de hace 10 años. Para desarrollar el 3D de los edificios, Google ha invertido esfuerzos concretos y tecnología desde 2012, cuando de la renderización de unos mil edificios se pasó en unos pocos meses a 25 millones.
Pero el progreso tecnológico no se detiene ahí. Google Maps también ha podido resolver en parte la oferta de una serie de informaciones fundamentales para el usuario, tales como la identificación de los llamados corredores comerciales, aquellas vías de particular interés para el tiempo libre y las compras.
Google recupera información a través de un algoritmo capaz de interceptar restaurantes, bares y tiendas. Comenzó a hacerlo en julio de 2016 con la introducción de una estrategia para mostrar las AoI (area of interest). Para asignar correctamente esta información, serían 80.000 millones los datos procesados, a los que se agrega una técnica de computer vision capaz de asignar la toponimia de manera automática.
Para crear buenos mapas, no son suficientes excelentes habilidades de dibujo, cada vez hacen falta más datos que procesar. Y Google en esto no tiene rivales. El machine learning es fundamental tanto para la gestión de los nombres como para la recuperación de modelos 3D a partir de las imágenes. Esto es lo que Google llama ‘proyecto Ground Truth‘, iniciado en 2006. Para Apple todo esto aún queda lejos.
Imágenes | iStock – Justinobeirne.com
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