Internet fue un bonito regalo para la humanidad. No obstante, es innegable que la red también es un vehículo de propagación de extrañas teorías y modas.
Cuestionables, cuando no abiertamente peligrosas. Esta vez hablamos del mewing: cómo cambiar la apariencia de la mandíbula y verte mejor en un selfi.
“Las redes sociales otorgan el derecho de palabra a legiones de imbéciles que antes solo hablaban en el bar después de una copa de vino, sin dañar a la comunidad. Entonces se les silenciaba de inmediato, mientras que ahora tienen el mismo derecho a hablar que un Premio Nobel. Es la invasión de los imbéciles», sentenció hace unos años Umberto Eco. Y eso que el gran filósofo y escritor aún no había presenciado los efectos provocados por Instagram.
Volvemos al caso que nos ocupa. La ‘técnica’ del mewing no es nueva, pero a la red le ha apasionado especialmente en los últimos meses. En YouTube, los videotutoriales muestran cómo funciona. Aunque en inglés «meow’» significa «maullar», el ruido de los gatos no tiene nada que ver. El secreto está en la postura correcta de la lengua, que debe ser aplanada contra el paladar.
Entre los beneficios declarados (pero nunca comprobados) se encontrarían estos: respirar mejor, aliviar el dolor en los músculos de la mandíbula y redefinir la forma maxilar, alineando los arcos dentales. El efecto obtenido es el de una mandíbula volitiva, el paradigma del macho alfa. Por eso el mewing es, sobre todo, algo de hombres, aunque no faltan mujeres que lo han probado.
¿En qué consiste el mewing?
Más concretamente, la técnica consiste en unir los labios, entornar y alinear los arcos dentales y empujar la lengua hacia el paladar. También en su parte central y trasera. La punta de la lengua debe tocar los incisivos, pero el resto debe aplanarse en el paladar tanto como sea posible. Estéticamente el ejercicio resalta los músculos de la mandíbula entrenándolos.
El término mewing parece proceder del apellido del ortodoncista Mike Mew. Pese a que él mismo diga que lo descubrió y no lo inventó. Junto con su padre, John Mew, comenzó a difundir esta técnica desde su canal de YouTube Orthotropics, en 2012. En poco tiempo publicó un gran número de videotutoriales. Debido a esta actividad, Mew fue expulsado de la British Orthodontic Society.
Sin embargo, sus seguidores no le abandonaron. Entre ellos también se encuentran algunos de los youtubers más famosos: Elisha Long, Tanner Hef, Astro Sky y Joey Saavedra. Estos ‘expertos’ señalaron al periódico inglés ‘The Guardian’ que, si bien los beneficios respiratorios llegan de inmediato (uno aprende a respirar por la nariz), cambiar la postura de la lengua para modificar los rasgos faciales es un uso inadecuado de la técnica.
En este sentido, explican, «llevará años ver los resultados». De momento no existe una verdadera dialéctica entre médicos sobre el mewing. Por ahora, es solo otra locura de YouTube, con fotos de ‘antes y después’ que en muchos casos son difíciles de creer. Si detrás de los vídeos de ASMR existe por lo menos una pequeña investigación científica, con el mewing estamos al nivel de la pseudomedicina medieval. Supersticiones con, tal vez, un fondo de verdad.
Triunfa entre los más ‘amargados’
Para algunos, es la «nueva moda healthy del momento” que arrasa en YouTube e Instagram. Donde abundan los dudosos testimonios de gente que asegura su funcionamiento. En realidad, el mewing es una tendencia que lleva tiempo ocupando los foros de incel, un neologismo que une las palabras inglesas involuntary y celibate. Y que podríamos traducir como ‘célibe involuntario’.
Las personas que se autodefinen incel afirman no poder encontrar una pareja sexual a pesar de quererlo mucho. Son rechazadas porque no son atractivas, dicen. La composición demográfica de esta subcultura consiste principalmente en hombres heterosexuales, a veces misóginos, en muchos casos vírgenes. Pero también incluye a hombres de diferente orientación sexual e incluso mujeres.
El mewing es muy apreciado también entre los fans del lookmaxing. Otra subcultura nacida en Internet donde se difunden trucos de belleza. A veces se trata de prácticas muy invasivas, como verdaderas operaciones de cirugía estética. Aquí también el objetivo es mejorar la apariencia física de personas acomplejadas por su aspecto.
Internet: un pozo de modas absurdas
Sin embargo, solo en los últimos meses, el mewing ha explotado definitivamente en la redes sociales. Según dijo un representante de YouTube a ‘The Guardian’: «Hubo un gran aumento de los vídeos de mewing desde diciembre de 2018 hasta febrero de 2019. Registramos un crecimiento del 84% en el Reino Unido y del 255% a nivel mundial”.
Estos fenómenos que invaden cíclicamente la red a la mayoría nos producen ironía y escepticismo. No obstante, debe decirse que algunos defensores del mewing aseguran haber experimentado una gran mejora en su forma de respirar. Según el doctor Mew, estos problemas pueden resolverse o mitigarse intentando mantener la lengua cerca del paladar. La que, de hecho, él llama «la postura correcta de la lengua”.
En la revista ‘Vice UK’, el doctor Mew dijo también: «Estoy aquí para sostener una tesis controvertida. El hecho de que pocas personas en el mundo moderno han adquirido el potencial genético completo con respecto al desarrollo del rostro». Lástima que el profesor Eco nos haya dejado. Un gran amante de la Edad Media como él, sin duda habría podido escribir un bestiario de las criaturas que pueblan internet.
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Imágenes | YouTube/BRIGHT SIDE