Las redes sociales son un gran contenedor donde cabe de todo y, si bien algunas veces nos estresan, otras sirven para relajarnos…a nosotros y a nuestras mascotas. Sirva como ejemplo la existencia de canales en Youtube de música para gatos.
La música amansa a las fieras, dice la sabiduría popular, y no le falta razón a la luz de diversos estudios científicos. El último de ellos, publicado en Journal of Feline Medicine and Surgery, confirma esta hipótesis, si bien señala que la música para gatos es mejor que la produzcan los propios felinos.
No se trata de que formen una orquesta, sino que se utilicen en las composiciones el rango de frecuencia del sonido que perciben y las características de su comunicación natural. Vamos, que Rachmaninov puede resultar relajante para los humanos pero no necesariamente para nuestras mascotas.
musica para gatos sin violín
Estas prefieren sonidos y melodías en el rango de su vocalización (de 55 a 200 hertzios) acompañados de los ronroneos que emiten al alimentarse. Así se demostró en esa investigación de la Universidad de Maryland en la que se sometió a 21 felinos a tres tipos de estímulos sonoros mientras eran examinados por un veterinario: música clásica (“Elegía” de Gabriel Foret), música para gatos (“Scooter’s Bere Aria” de David Teie) o silencio. Todos tuvieron que someterse a tres exámenes por un veterinario con una diferencia de dos semanas cada uno.
Los indicadores de estrés no diferían antes del inicio de la exploración veterinaria, pero durante la misma, fueron más bajos en los felinos que escucharon música para gatos, en comparación con aquellos que escucharon música clásica o nada.
Además, en los gatos que escuchaban música para gatos, el estrés también se redujo significativamente incluso después del examen, cuando la música estaba apagada. Las conclusiones de esta investigación puede servir para mejorar la atención en entornos veterinarios.
En la investigación se utilizaron composiciones de David Teie, que pone a la venta sus discos para mininos a través de su página web. En ella nos explica cómo introduce en las composiciones sonidos familiares para los felinos, como el ruido que hacen al mamar o al utilizar el rascador.
Si no queremos comprar su música, aunque parte de los ingresos se dedique a refugios para gatos, podemos escucharla –nosotros y nuestro amigo peludo- en su canal de Youtube. Y debe ser verdad eso de que dos que comparten el mismo colchón se vuelven de la misma condición porque, escuchando esa música para gatos, no podemos evitar que se nos escape algún ronroneo.
Foto de cabecera: Instagram @Tang9599
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