El uso de las redes de telecomunicaciones no mancha, no genera ruido ni humo, pero, sin embargo, contamina.
Por eso, empresas como Orange tratan de reducir su impacto en el medioambiente mediante, entre otras acciones, el aprovechamiento de las posibilidades que ofrece la inteligencia artificial y las nuevas redes 5G.
7.700 millones de seres humanos sobre el planeta y nuestra huella de carbono es, hoy por hoy, inevitable en cualquier actividad. La digitalización ha supuesto avances importantes para los más de 4.500 millones de personas con acceso a internet pero la reducción del impacto medioambiental de la tecnología parece esencial si queremos sumar los 3.000 millones de humanos restantes a la revolución digital.
Aproximadamente, el 3% de las emisiones de CO2 las provocan las telecomunicaciones y el sector de las TIC, y las previsiones dicen que seguirán creciendo exponencialmente. SomosAnte esta situación, y tal como refleja en su último informe de sostenibilidad, Orange asume el compromiso con la sociedad de reducir su huella de CO2 en un 30% para 2025 hasta lograr cero emisiones de carbono para 2040.
Para ello, la compañía naranja ya ha puesto en marcha distintas iniciativas que van desde un programa de sensibilización de la sociedad cuyo objetivo es impulsar la recuperación de móviles en desuso para su reciclaje y reacondicionamiento, hasta la reforestación de casi 10 hectáreas de bosque en Teruel o un acuerdo con Iberdrola que evitará la emisión de 110.000 toneladas de CO2 al año.
Con estas y otras medidas, las emisiones de Orange se han reducido hasta las 4.300 toneladas, “frente a las más de 100.000 que tienen nuestros competidores en el mismo entorno”, según Daniel Morales, manager de Responsabilidad Social y Sostenibilidad de Orange.
Este esfuerzo le ha valido a la compañía la concesión del sello Calculo y Reduzco de la Oficina Española de Cambio Climático que distingue a Orange entre aquellas entidades que calculan su huella de carbono y se encuentran en la senda de reducir sus emisiones.
Orange, hacia la neutralidad en emisiones de CO2
¿Pero cuáles son los siguientes pasos en este camino hacia la neutralidad en emisiones de carbono? Inteligencia artificial y 5G son dos de las principales apuestas de la compañía para lograr esta meta. La tecnología, que a veces plantea un problema medioambiental; otras, ofrece la solución.
Así, gracias a la inteligencia artificial, el consumo de las antenas se ajusta a la demanda real, “al igual que la luz de una escalera puede mantenerse apagada salvo cuando pasa una persona”, explica Morales.
“En un centro comercial –añade- las antenas funcionan con su máxima capacidad cuando hay mucha gente, pero, al cerrar, detectan que no hay nadie y pasan a modo standby. Así, por ejemplo, si el vigilante de seguridad hace una ronda y está usando WhatsApp, se encienden un poco pero, siguiendo con el símil de la luz, no hace falta encender todas las bombillas de la casa”.
En cuanto a 5G, gracias a esta tecnología, este uso inteligente de la red será incluso más eficiente, ya que el consumo energético se ajustará milimétricamente a lo que los clientes necesiten, pudiendo incluso hacer predicciones basadas en los patrones habituales de uso.
Uno de los tres pilares de la industrialización del 5G es que sea una red eficiente, sostenible –consume la mitad de energía que 4G- y segura en base a la implementación de buenas prácticas como: la evaluación de proveedores, el control de residuos electrónicos, y la reducción de gases de efecto invernadero.
Las redes de telecomunicaciones se están volviendo más ecológicas por diseño, lo que reducirá drásticamente el consumo de energía. El 5G permitirá el desarrollo definitivo de conceptos como el IoT (Internet de las cosas), donde Orange trabaja en aplicaciones que contribuyan con el medio ambiente para que sus clientes conozcan en tiempo real la huella de carbono que emiten (por el uso de nuestras tecnologías), aplicaciones para medir la polución, regular el tráfico o controlar incendios mediante drones o el flujo migratorio en épocas estivales. Además, estas soluciones digitales facilitarán una transición verde de sectores como la agricultura, la salud o la planificación urbana.