Captar una imagen desde una perspectiva diferente, única y original es el objetivo de accesorios como los palos selfies o las cámaras de acción. Pero, a veces, esto tiene un precio, sobre todo cuando estamos más pendientes de la imagen que de lo que tenemos por delante o algo salió mal en nuestra aventura y la cámara de acción acaba por ser un fiel notario de nuestro «epic fail».
Con los palos selfies ocurre aquello de que los árboles nos impiden ver el bosque, o dicho de otra manera, estamos tan pendientes de la pantalla de nuestro móvil amarrado al palo selfie que muchas veces se pierde la perspectiva de lo que ocurre a nuestro alrededor y el espacio por el que nos movemos. Vamos a ver algunos de los problemas que pueden darnos estos dispositivos que nos permiten capturar momentos algo embarazosos.
Palos selfies fails o cómo no ver el peligro
Empezando por el clásico de «no ves el peligro», con esta chica que desciende con una cuerda en un rápel vertical, donde quizás sus manos estarían mejor pendientes de mantener su estabilidad. Un claro ejemplo de disfuncionalidad, ya que aquí hubiera sido mucho mejor utilizar la cámara de acción.
Aunque está claro que muchos son auténticos aventureros y les da lo mismo estar en un desierto que nadando entre tiburones, el palo selfie tiene que cumplir su función y ya se ha convertido casi en una extensión de su brazo. Su máxima es: «si yo voy, mi palo también».
Y es que muchas veces es un tema de perspectiva. Nos venimos arriba buscando crear un vídeo o una foto de lo más original y acabamos subidos donde no debemos para grabarlo. Claro así luego pasa lo que pasa, acabamos por los suelos y con un poco de mala suerte con algo roto.
Y es que el palo selfie nos da pie para tomar a broma algunas situaciones que capta, que a veces ni siquiera las protagoniza su portador, sino otros protagonistas del vídeo o de la foto. En este caso hubiera sido más lógico que la chica que se cae de la bici hubiera sido la que sujeta el manillar con una sola mano mientras con la otra lleva el palo selfie, pero no, fue su amiga que mientras saludaba a la cámara perdió el control.
En este caso se trata de la propia protagonista la que sufre las consecuencias, un resbalón inoportuno, mientras graba con su cámara. Hay que saber por dónde se pisa para no verse luego por los suelos retratados.
Aquí va otro claro ejemplo de lo que significa no ver el peligro con esta foto tomada con un palo selfie mientras su protagonista iba conduciendo… ¿Cómo es esa campaña de la DGT? «¿La foto más cara del mundo?».
Y es que hay que andar con mucho ojo, tal y como le ocurre al protagonista del siguiente vídeo, en el que queda claro que los palos selfies no nos dejan ver aquello que nos rodea. Caída y móvil al suelo, aunque parece que sin daños posteriores.
Las cámaras de acción guiadas por el diablo
Lo cierto es que con las cámaras de acción cambia un poco el concepto. Están pensadas para dejarnos las manos libres, y para grabar escenas en movimiento, muchas veces de deportes de riesgo, en los que la resistencia de las mismas es básica. Por eso, es muy normal ver caídas, tanto que hasta sus protagonistas nos aconsejan dónde situar la cámara para que no sufra daños en las caídas.
Algo por otro lado bastante común, aunque a veces la cámara de acción sólo es testigo del accidente de otro, eso si tenemos suerte. En el caso de los deportes de motor, las imágenes que se consiguen pueden ser espectaculares, pero más vale no protagonizarlas.
Si se trata de utilizar la cámara para seguir a otro protagonista, tal vez seamos sólo testigos de su dolor si algo no sale tal y como se había planeado. Hay que tener en cuenta que no siempre la toma buena sale a la primera, así que toca levantarse tras el resbalón o pedir ayuda para que alguien nos rescate (como es el caso).
Lo cierto es que las imágenes que se consiguen con las cámaras de acción son casi siempre espectaculares. Es parte de su propia esencia intentar captar esos momentos de riesgo que muchas veces sufrimos mientras realizamos una actividad deportiva o lúdica, que no siempre acaba del todo bien.
Y vosotros, ¿habéis capturado alguna película de este tipo durante vuestras vacaciones?
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