Folksonomía: la usas a diario, te mueves por ella y ni siquiera sabes lo que es

Navegamos a diario por Internet rodeados por conceptos como jQuerys, wrappers, ransomware o scripts. Muchas veces con poco o nulo conocimiento de lo que significa alguno de los conceptos que nos mantienen horas ocupados todos los días. ¿Por qué motivo íbamos a saber lo que es algo tan escondido como la folksonomía?

Claro que, para entender la folksonomía, hay que entender primero qué es la taxonomía. Y, antes de eso, saber lo que es el etiquetado y cómo se organiza la información en enormes bases de datos. La usas y te mueves por ella diario: ya era hora de saber lo que es la folksonomía.

El orden de la información digital

Tener todo ordenado es complejo. Esto lo sabe cualquiera que haya trabajado un par de meses con un ordenador. O unas pocas horas con personas en línea. Aunque en un inicio se establecen unas pautas, pronto aparecen excepciones, archivos que no sabe uno dónde ubicar, y errores. El problema, claro, viene cuando queremos encontrar algo que guardamos en su momento.

Los sistemas de listas

En el inicio (de los ordenadores) había listas. Catálogos de opciones que partían del número 1 y cuya máxima dificultad radicaba en saber contar. Cada nuevo elemento de una misma lista se metía a continuación de los elementos anteriores, y todo estaba ordenado:

sistemas de lista antes de la folksonomía

Aunque era un sistema sencillo de manejar (para ejecutar un comando o programa bastaba con posicionarse sobre él), pronto se descubrió que era demasiado básico. Si uno quería acceder a la última opción, debía pulsar ? hasta alcanzar la meta deseada. Resultaba poco útil.

Listas de listas (y el sistema de carpetas)

Pronto fueron necesarias las listas de listas. Listas que englobaban otras listas dentro de ellas, que se ramificaban ad infinitum. Con las ventajas que ello traía (interfaces más limpias) y con sus desventajas (o te conocías el sistema o estabas perdido).

listas de listas antes de folksonomía

Un ejemplo de listas abiertas a nivel visual lo encontramos al ejecutar ipconfig en el CMD de Windows. Existe una lista (rojo) que engloba otras dos (azul y naranja).

Una vez fue posible contar con una interfaz visual, todos los ordenadores adquirieron el clásico sistema de carpetas. Mucho más intuitivo, pero que no escondes más que listas con listas dentro:

sistema de carpetas

Etiquetado de los archivos

Pronto, este sistema se vio limitado. Las carpetas eran demasiadas y, aunque se intentase seguir un orden, siempre había archivos fuera de lugar. Por suerte, aparecieron los metadatos. Los metadatos son etiquetas que se pueden añadir a los archivos para que su localización o reconocimiento sea más sencillo.

rosa etiquetas folksonomía

Por ejemplo, en la página web pixabay.com encontramos –junto a las imágenes– una breve lista de datos (superpuestos en la imagen superior). Son los metadatos de la propia imagen, y gracias a ellos es más fácil ubicarla en una carpeta.

El mismo sistema suele usarse para la música, para así poder agregar autor, disco, año…

Etiquetado con categorías

Dentro de un mismo ordenador, los metadatos están bien a la hora de organizar la información. Pero, ¿qué ocurría en Internet, con millones de personas con enfoques diferentes? Que este tipo de etiquetado solo era válido para una serie de objetos. Por ejemplo, si uno coloca el ratón sobre la rosa de arriba, debería aparecer un cartel «rosa amarilla con etiquetas».

Es el alt de la imagen, un tipo de etiqueta que sirve a la hora de buscar imágenes en, por ejemplo, Google. Pero, cuando nos movemos por una página web o un blog no estamos buscando en un motor de búsqueda como este. Para mantener la web en orden hizo falta que aparecieran las etiquetas y categorías de las páginas web.

categorías

Internet se estaba complicando para con ello volverse más ágil, y esto implicaba un gran esfuerzo de cara par a los webmasters a la hora de ordenar la información de su página. De ahí que muchos blogs y webs sean un auténtico caos: categorías y etiquetas todavía plantean dudas de uso.

En general, las categorías se usan para grandes clasificaciones, mientras que las etiquetas se añaden pensando en palabras clave de una entrada de blog.

Durante muchos años, esta fue la taxonomía (taxonomy, en inglés) o forma de la jerarquía de las páginas web en Internet. Pero, como tantas otras cosas, pronto se quedó obsoleta.

Etiquetado democrático o folksonomía

En los últimos años, Internet se ha llenado de gente a un ritmo muy elevado.  Como suele ocurrir en un sistema cuando mucha gente nueva entra de golpe, pronto fue necesario un enfoque diferente que coincidiese con las ideas de estas personas.

¿El problema? Que no existe un único enfoque de clasificación para miles de millones de nuevos usuarios. Cada uno tiene en mente una serie de etiquetados, reglas y estándares. Por ejemplo, algo tan universalizado como la fecha tiene más de una decena de representaciones diferentes:

formato de fechas diferentes

Hacía falta un enfoque diferente que sirviese para una gran mayoría, pero uno que no dejase atrás a las minorías. Este enfoque era la folksonomía, o etiquetado democrático.

La folksonomía parte de la base de que no todos los usuarios son iguales. Como los ciudadanos de una sociedad, cada uno tiene un enfoque diferente de clasificación. De modo que, en lugar de haber un webmaster que vaya poniendo etiquetas, se deja que los lectores las añadan.

La palabra folksonomía viene de fusionar:

  • folk (pueblo, del sonido alemán Volk)
  • taxo (del  griego taxos, que significa ordenamiento)
  • nomía (del griego norma o regla).

En este sistema de ordenación de los datos, la norma es dejar al pueblo que lo haga. En otras palabras, una democratización de la información. No tanto en el acceso, sino en la construcción de la misma.

Uno de los casos más representativos es del.icio.us, una web que permite guardar marcadores mediante etiquetas que luego podemos compartir. Por un lado, podremos guardar webs para nosotros del mismo modo en que usamos los marcadores en los navegadores. Por otro, estamos añadiendo etiquetas a las webs para poder clasificarlas.

La folksonomía está por todas partes

Por ejemplo, Twitter, que en realidad es una página web de microblogging, usa los trending topics leyendo millones de tweets y sacando las palabras más usadas. A medida que los usuarios (folk) van añadiendo micro-artículos a la plataforma, la clasificación TT va cambiando.

Otra red social en la que se usa la folksonomía es LinkedIn. En el perfil de cada usuario, este puede añadir habilidades que son puntuadas por sus seguidores. Habilidades que también pueden ser sugeridas por estos, y votadas una vez aprobadas. De este modo, los perfiles de nuestros conocidos han sido construidos con referencias cercanas. En función del puntaje de nuestras habilidades, recibiremos unas u otras ofertas de trabajo.

folksonomía etiquetas

Instagram o Pinterest, las redes sociales de las imágenes, usan buscadores basados en folksonomía. Por ejemplo, si al subir la imagen de arriba el usuario le pone la etiqueta #paisaje, los buscadores solo la encontrarán cuando alguien teclee esa palabra. Pero en comentarios, el resto de usuarios puede añadir etiquetas #amanecer #bosque #niebla. Así, la imagen se enlaza a las nuevas etiquetas.

Este es el mecanismo de Unsplash, una red social de imágenes UHD Creative Commons Zero en la que se pide a los usuarios que etiqueten las fotos como les parezca que estén bien. Sin restricciones.

unsplash folksonomía

La folksonomía es un sistema de clasificación basado en el etiquetado social de diversos espacios compartidos. Pero que los usuarios participen activamente no significa que sean conscientes de su etiquetado.

google trends folksonomía

Por ejemplo, en Google Trends. Un sistema que enlaza la geolocalización, el día y la búsqueda a través de Google para publicar paneles de tendencias. A cada búsqueda realizada con su buscador se le agrega un +1, dando como resultado sistemas de búsquedas populares generadas por una gigantesca comunidad.

Por supuesto, hay muchos más ejemplos.

La folksonomía está hasta en la sopa, aunque solo el tiempo dirá cuánto dura este sistema de clasificación. Internet crece de un modo tan acelerado que está llegando un punto en el que los humanos no somos capaces de catalogar todos los datos.

Quizá tengamos que delegar esta tarea a las IA basadas en deep learning, u olvidarnos de etiquetarlo todo. Aunque, de momento, el sistema que funciona es el del pueblo: la folksonomía.

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Imágenes | iStock/5xinc,  Carina.org,  Microsoft, FrancoGG,  Polski,  iStock/claudiobaba, Marcos Martínez,  Aaron Burden, Unsplash, Google Trends

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